Patetismo web 2.0

Tras la idea iniciática de mi socio de fundar un blog esgrimiendo como objetivo el hacer un dinerillo y después de mis reticencias iniciales resumidas en la complejidad del aspecto técnico, que no en las semánticas de blogear, pero con energía y conocimientos para poder controlar los innumerables detalles técnicos necesarios,  contratar host, dominio, ancho de banda, espacio en disco, ftp, instalación wordpress, php, mysql, html, metatags, google, visitas, publicidad y un sinfin me dispongo a ejecutar la ardua labor.

Después de afrontar la primera fase veo que no ha sido tan dificil, dominio y hosting están funcionando, asi como wordpress que resulta muy estable en el servidor.

Ilusionado en que tal vez haciendo los pasos necesarios, en el orden adecuado, correctamente, sin prisas pero sin pausa, tal vez se podría llegar a acabar ganando un dinerillo, muy poco, y poder entonces estar orgulloso del trabajo realizado.

Tras darles acceso a los 2 socios a la nueva tecnología de la tan traida web 2.0 nada hacía presagiar los acontecimientos que se producirían aquel finde. Aunque en los primeros pasos de los inclitos personajillos ya se atisbaba el desastre, ninguno leía los correos que les enviaba sobre todo el trabajo realizado, recomendaciones,  logins y cuestiones administrativas eran ignorados. Uno se comunicaba a través del blog en lugar de por email sin pensar en que son medios de comunicación distintos, uno para expresarse al mundo y el otro para cuestiones personales, además de intentar imponer el cemento de Nueva York en el fondo del diseño. Mientras, el otro, estaba muy preocupado por unos monos.

Salgo a cenar con familia y peña y me encuentro en un barrio de Gracia en estado de guerra, tomado por la policía, manis diversas y con antidisturbios que nos impiden el paso por la calle Séneca. Resultaba que otra vez se había permitido a un neonazi hacer su defensa del holocausto en la tristemente célebre librería Europa. Pero todo esto no era nada comparado con la batalla que se estaba librando por el control del servidor.

Ya por la mañana, resacoso, observo que en el blog se vierten comentarios personales que nuevamente no están en el canal adecuado, además se ha realizado una profunda depuración de contenidos sin tener en cuenta el significado de la palabra «pruebas». También algunas llamadas perdidas me hacen ver lo cruenta que ha sido la batalla.

Indignado decido apretar el botón rojo, depuración total de contenidos y fuera admin para los susodichos. La acción no voy a negarlo me da cierto gustito, depués de todo, como a ellos, me gusta aplicar la filosofía de la tiranía de los hombres malos.

Tras unas enconadas conversaciones telefónicas los dos desadministrados coinciden en abandonar un proyecto de apenas 1 dia de vida si no cuentan con los privilegios necesarios para hacer y deshacer a su antojo en la jungla del desahuciado servidor.

Entonces veo que mi correcto proceder en cuanto aspectos técnicos y de organización es puro papel mojado, el proyecto en general tiene un futuro muy incierto. Repongo permisos y que la ley de la selva se imponga en un servidor de tres socios los cuales son a la vez administradores y webmasters. Que la fortuna favoreza a los locos !

Recojo los restos de la batalla y observo que mientras uno intentaba colar a toda costa el fondo de NY y defender una pretendida propiedad intelectual de valor real igual a cero patatero, el otro se creía ninguneado al no tener incorporada en su léxico la palabra pruebas y ejercía una tiránica depuración de todo contenido que hacía el anterior o yo mismo, hasta el punto de depurarme un gracioso video de alien y predator con la justificación de «que hacen ahí esos bichos ?» , su objetivo en realidad era colar unos monos indus como única especie dominante en la web.
Que Dios nos asista cuando empiece a depurar líneas de código PHP !

Para todo este desaguisado ya podéis ver vosotros, sufridos visitantes, el patético resultado, que no acaba aquí porque ahora mismo muestras mujeres e hijos ya empiezan a verter sus ideas e imposiciones.

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