En 1977 unos oceanógrafos que trabajaban en las profundidades del Pacifico se toparon con unos extraños ecosistemas que vivían sin luz solar. Entre las formas de vida presentes se encuentran grandes gusanos de más de 2 metros de longitud. Los científicos afirman que algunas de estas criaturas parecen lo bastante antiguas para haber estado allí antes de la llegada de Colón al Nuevo Mundo.

Una mezcolanza de vida abisal sustentada por microbios y compuestos petroquímicos fríos que se filtran desde el gélido lecho marino.

Actualmente los científicos ya han identificado unos 100 lugares del Golfo de México donde estas comunidades con algunos tipos de almejas, mejillones y gusanos dependientes de los filtrados fríos prosperan en las profundidades a las que no llega el sol.

Estas comunidades se han encontrado también en Angola, Indonesia y Trinidad aunque la mayor concentración mundial de estas llamativas comunidades se encuentra en el Golfo de México.

Ahora después de la explosión de la plataforma petrolífera de B.P. el 20 de abril, existe una gran preocupación por la amenaza a la que se enfrentan los ecosistemas sin luz. Muchos factores, como la densidad del del petroleo en los hilos submarinos, la gran reducción de la concentración de oxigeno y la posible toxicidad de los dispersantes podrían amenazar o destruir estos ecosistemas.

«Hay mucha incertidumbre», afirma Charles R.Fisher, catedrático de biología en la Universidad Estatal de Pensilvania, que dirige un estudio federal sobre los hábitats oscuros. «Lo mejor que podemos esperar es que el impacto sea neutro y no altere estos ecosistemas».