La industria del automóvil esta contenta, el gobierno, con el Plan 2000E, prorroga para este año 2010 las ayudas directas para la compra de vehículos, serán 100 millones de euros. Hace poco tiempo, este sector batía anualmente récords de ventas,  no recuerdo que parte de los abundantes beneficios obtenidos,  repercutiera entre la sociedad.

Pero ahora que pasamos tiempos de crisis, el estado – nosotros y nuestros impuestos – tiene que subvencionarles, así, ellos no activan el chantaje de siempre, cerrar las fabricas y despedir a sus trabajadores.

Hemos visto en la actual crisis, que los estados, para evitar el gran crack del sistema financiero, han tenido que socorrer al principal causante, la banca. No olvidemos que hasta ese momento, la banca, había obtenido anualmente grandes beneficios y sus directivos un buen botín.

Aunque solo sea para que los ciudadanos no pensemos que los empresarios también dirigen los gobiernos; para evitar que sea normal privatizar los beneficios y socializar las perdidas, es el momento de crear un impuesto para recuperar hasta el último euro utilizado en ayudas empresariales.

También se ha de regular la actuación de los directivo que en la busca del beneficio inmediato, siguiendo la doctrina del «pan para hoy, hambre para mañana», emprenden operaciones financieras arriesgadas  de dudosa legalidad para aumentar sus ya desmesuradas y obscenas retribuciones anuales.