
«Nos dimos cuenta de estos parches verdes circulares» explica Todd Palmer, coautor del estudio y catedrático de biología en la Universidad de Florida. «Tenían mucha vegetación y matas diversas, y la hierba estaba más verde que en otras zonas».
Debajo de cada parche Palmer y sus compañeros descubrieron millones de termitas en montículos subterráneos. Descubrieron que, cuantitativamente hablando, las plantas crecían aproximadamente un 60% mas en los parches en comparación con otras zonas y los árboles en los montículos daban un 120% más de frutas. Las poblaciones de animales también descendían de forma significativa cuanto más lejos estaba su emplazamiento de un parche.
Los montículos son ricos en nutrientes y las termitas también ayudan a ablandar el suelo para favorecer la absorción del agua, dice Palmer. Otros animales visitan los parches para comer y terminan defecando y orinando allí, depositando de este modo, sus propios nutrientes.




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