Una adolescente conocida como glamourista16 confesaba a a las masas de YouTube: «Mi amiga me ha vuelto adicta al Chipotle y no puedo parar». Así comenzaba un video de casi cinco minutos sobre su decisión de abandonar el consumo de comida rápida.
En YouTube se han colgado miles de estos videos con propósitos para el nuevo año. Al mismo tiempo Facebook, Twitter y otras paginas como 43Things están plagadas de publicaciones con promesas que incluyen correr maratones, aprender inglés y utilizar hilo dental.
Anunciar sus objetivos al mundo puede parecer lo ultimo en cibernarcisismo, pero podría ser una motivación eficaz: según los economistas, la gente que hace públicos sus propósitos tiene muchas más posibilidades de cumplirlos. «Aumenta el precio de tu fracaso», señala Dean Karlan, catedrático de Economía en la Universidad de Yale.
Ese precio puede referirse al coste psíquico o social del fracaso. Pero, en caso de que eso no les motive, está StickK.com, que pone un precio a la derrota.
StickK, nació a partir de un sencillo principio de la economía conductal: la gente tiene más posibilidades de alcanzar sus metas si pone en juego su reputación o su cuenta bancaria. Para utilizar la página, los decididos introducen sus objetivos, apuestan dinero (ofreciendo por adelantado la información de su tarjeta de crédito, aunque solo se efectúa el cobro si fracasan) y designan adónde irá ese dinero si no lo consiguen. Los usuarios pueden elegir a su organización benéfica favorita o, a modo de perverso incentivo añadido, a otra a la que jamás apoyarían. Luego escogen a una persona que ejerce árbitro y varios animadores virtuales.
Existen más de 63.000 contratos en StickK y hay más de 5,9 millones de dolares en juego. Si navegan por la página, encontrarán resoluciones perennes sobre el ejercicio y la gestión económica, pero también algunas perlas como: «Se acabó lo de salir con perdedores» y «Se acabó hablar más despacio a los extranjeros en Nueva York».
Otras páginas van dirigidas a propósitos concretos. Para el aspirante a tener un cuerpo tonificado está PEERtrainer.com. Un escritor indeciso puede visitar 750Words.com y los fumadores, DeterminedToQuit.com.
Desde luego, no es necesario el ciberespacio para compartir nuestros propósitos. Pero la posible humillación del fracaso es más potente en la Red. Páginas de redes sociales como Facebook también nos permiten formalizar y, en muchos casos, realizar un seguimiento periódico de nuestros objetivos.
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