Un hombre sabe cuándo llega al fin de su camino; el cuerpo manda avisos, el maravilloso mecanismo que te mantiene inteligente y alerta empieza a fallar, la memoria hace todo lo posible por salvarte y adorna lo que deseas recordar de manera objetiva. Nunca confíes en la memoria, pues siempre está de parte nuestra; adorna lo atroz, dulcifica lo amargo, pone luz donde sólo hubo sombras. La memoria siempre tiende a la ficción.
La sombra de lo que fuimos, Luis Sepúlveda (1949)
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