Me gusta leer, siempre tengo un libro en activo, encadeno uno con otro, tengo un stock de 20 o 30 para poder deleitarme escogiendo el próximo, el número nunca disminuye pues voy añadiendo las novedades, entonces algunos se quedan obsoletos, creo que esto es un vicio sin solución.
Básicamente leo novela, ocasionalmente algún ensayo y muy poca poesía, pero hoy quiero hablar de poesía.
Hace muchos años llegó a mis manos este poema, después conseguí el libro del que formaba parte y contiene muchas perlas como esta.
Si entonces ya me hizo pensar, hoy, muchos años después, podéis imaginar.
Leamos y pensemos.
ANCIANO (1894)
En el interior de un ruidoso café
un anciano se apoya sobre un velador;
un periódico ante él, iluminado por la soledad.
Y en el desprecio de su miserable vejez
piensa qué poco gozó de los años
cuando tuvo vigor, y elocuencia, y belleza.
Ha envejecido tanto; lo siente, lo ve.
El tiempo de su juventud, como si hubiera sido ayer,
pasó. Qué velozmente, qué velozmente.
Medita en cómo ahora se ríe de él la Sabiduría:
y cómo fió siempre – ¡que locura! –
de esa embustera que le decía: » Mañana. Tienes mucho tiempo.»
Recuerda impulsos que contuvo; y el sacrificio
de su felicidad. De su insensata prudencia
se burla hoy cada ocasión perdida.
… Hasta que de tanto evocar el pasado
se adormece. Hundido
sobre el velador solitario.
Constantino Kavafís
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