Visitamos el Louvre en el verano de 2007. Nos agolpamos entre millones de turistas para ver la Mona Lisa y la Venus de Milo. Recorrimos las salas de arte egipcio y nos perdimos entre sus inmensas salas. Nos agotamos de admirar sus obras. Pasamos un magnifico día aunque estoy seguro de que se merece mucho mas.
Las prisas, el turismo de verano, la masificación. No son las mejores formas de abordar un museo como el Louvre. Sin duda debe haber una manera mas relajada de hacerlo, pero nosotros no teniamos mas tiempo aquella vez. Esperamos volver y saborearlo de nuevo pausadamente, relajadamente, sutilmente.
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