La falta de sueño crónica es un hecho para mucha gente, pero pagar una deuda de sueño no se logra durmiendo hasta tarde un domingo. Los científicos han encontrado que las consecuencias cognitivas y psicológicas de la falta de sueño pueden tardar una semana o más en desaparecer.

En un estudio de 2003 del Instituto Militar de Investigación Walter Reed, los científicos analizaron las consecuencias cognitivas de una semana de falta de sueño, seguida de tres días durmiendo ocho horas diarias. Encontraron que el sueño reparador no compensaba por completo la bajada de rendimiento en una prueba de tiempos de reacción y otras tareas psicomotoras.

En un estudio similar de 2008, del Instituto Karolinska de Estocolmo, se comprobó que, cuando los sujetos dormían cuatro horas por noche durante cinco días y luego se “recuperaban” con ocho horas por noche durante la semana siguiente, mostraban ligeros daños cognitivos residuales una semana después.

Pero en otro estudio del Walter Reed, encontraron que la gente se recuperaba mucho más deprisa de una semana de falta de sueño, cuando ésta iba precedida de una semana de “acumulación” que incluía noches con diez horas de sueño.

En otras palabras, si saben que se les presentan unos días de dormir poco, procuren recuperar el sueño de antemano, no solamente después.

Fuente: The New York Times