Leo con asombro en la prensa que el Ayuntamiento de Salou (Tarragona) pide ayuda a los responsables de Turismo de la Generalitat para elaborar un plan estratégico que mejore la deteriorada imagen de Salou tras el festival Saloufest que atrajo la pasada Semana Santa a 8.000 estudiantes británicos y que dio lugar a un sin fin de borracheras callejeras y desmanes varios.
Un evento que hace ocho años viene celebrándose, sin tener en cuentas las repetidas quejas vecinales pero que este año para desgracia de los promotores ha alcanzado gran impacto en la prensa internacional.
Después que los hoteles, restaurantes, comercios y Ayuntamiento de Salou han sacado su beneficio económico, sin tener ningún escrúpulo por las molestias causadas al resto de población y ocasionales turistas que coincidieron con el Saloufest, ahora estos sinvergüenzas, seguidores fieles del «todo por la pasta», tienen la desfachatez de pedir ayudas para lavar su imagen, al mismo tiempo que, pásmense, preparan el Saloufest del año próximo.