A ti también te pasa.

Aunque todos pensamos que nuestras vidas son únicas e irrepetibles, la realidad es que a todos nos suceden las mismas cosas, si no lo creéis, mirad esta lista:

-Yo también he tirado de la puerta cuando ponía claramente “empujar”

-Yo también he utilizado alguna vez el móvil como linterna.

-Yo también dije «trae, que tú no sabes!!» y yo tampoco supe.

-Yo también canto las canciones en inglés como me da la gana!!

-Yo tampoco sabía qué hacer con el color blanco de los lápices de colores…

-Mi madre también me decía: «como vaya yo y lo encuentre…»  y lo encontraba!

-Yo también creo que en humor amarillo moría gente.

-Saco el móvil, miro la hora, lo guardo, y ni idea de qué hora es!

-Yo también de pequeño decía «inglish pitinglish»

-Siempre quise subirme a un taxi y gritar: » ¡ siga a ese coche!»

-Señoras que dicen »Niño, pásame eso, que está ahí, encima del este»

– Yo nunca he terminado una goma de borrar, antes se me pierden.

– Yo también digo nada cuando me pasa algo.

-Le digo a un amigo que mire disimuladamente,  y nunca mira disimuladamente.

-A mí también me han mandado callar mis padres cuando veían que tenía razón!

-Siempre se me cae un calcetín cuando llevo un montón de ropa a la lavadora!

– Yo tampoco he visto nunca una paloma pequeña ¿Nacen ya grandes?

– A mí también me dijo que le salió fatal y el asqueroso sacó un 10.

-Los cortes de digestión no existen: son los padres.

-Me he muerto 19.985.322.486 veces por no haber reenviado cadenas de e-mails.

-Yo también aprieto mas fuerte el botón del mando cuando se gastan las pilas.

Una reflexión sobre la crisis.

No he podido resistir la tentación de reproducir un fragmento del articulo de Javier Marías aparecido en el El País Semanal el pasado 31.10.2010,como siempre, su comentario es certero e inteligente. Recomiendo leerlo íntegramente.

Cosas de la crisis que no entiendo

A) Por lo que veo, no son pocas las empresas que, a cuenta de la crisis, han reducido su personal al mínimo. Un solo individuo se encarga de todos los repartos de una mensajería. En un supermercado una sola mujer atiende el puesto de charcutería y hay una sola cajera, aunque existan varias cajas. Los clientes, sin embargo, son los mismos de siempre; el nivel de envíos y de ventas no ha bajado. Los empresarios han encontrado un pretexto para adelgazar sus plantillas y hacer trabajar más, mucho más, a los escasos empleados que conservan, que se pasan el día echando el bofe y aguantando las iras de los clientes, los cuales se ven obligados a hacer largas colas y a perder una hora en lo que antes los ocupaba quince minutos. Es evidente que hacen falta más trabajadores, pero los dueños de estos negocios han decidido sobreexplotar y aterrorizar a los contados supervivientes y así incrementar sus ganancias. Les trae sin cuidado que éstos se deslomen innecesariamente (lo cual es una larga tradición del empresariado español, salvo excepciones), pero también que su clientela esté mal atendida. ¿Cómo va a bajar el paro si no se contrata a gente, allí donde no sólo no sobra, sino que es precisa? Los empresarios suelen aducir que ellos han de ser los más protegidos, porque crean riqueza y puestos de trabajo. En estos momentos, y en demasiados casos, esto ha pasado a ser una falacia. Sólo crean riqueza para sí mismos: lo único a que no están dispuestos es a ver menguar sus beneficios. Que los vean disminuidos los otros, los empleados, los parados y los clientes.

Queremos el Papa por el litoral.

Para evitar malas vibraciones en la Sagrada Familia.

A pocos días de la visita del Papa Benedicto XVI a Barcelona, partidarios y detractores de la presencia del máximo representante de la iglesia católica en la capital catalana calientan motores. Si bien es cierto que la indiferencia está marcando la llegada del Santo Padre con pocas banderas vaticanas y de la campaña Yo no te espero en los balcones de la ciudad, a medida que se acerca el domingo van surgiendo nuevas iniciativas.

La última la ha creado un grupo de ciudadanos que de manera irónica reclaman que el Papa no pase por el centro de la ciudad, sino que lo haga por el litoral para «evitar malas vibraciones que afecten al templo de la Sagrada Familia».

La plataforma Queremos el Papa por el litoral, que cuenta con unos trescientos adheridos a la página que ha impulsado el facebook y que defiende el paso del AVE por debajo de la Sagrada Familia, insta al santo padre a aparcar Papamóvil y a viajar en transporte público. «Soterramiento ya» sentencian satíricamente.

Los promotores de la iniciativa animan a la ciudadanía a mostrar su oposición a la visita del Papa colgando nuevas pancartas en los balcones de las calles por donde pasará la comitiva eclesiástica. Su fundador, Ricard Riol, confía en que en los próximos días el grupo aumentará de manera ostensible gracias al boca-oreja de la red y lamenta la presencia de banderas del Vaticano en la ciudad porque «es la única dictadura de la UE».

A todo esto debemos añadir las molestias de los vecinos del barrio de la Sagrada Familia que durante esos dias, no van a poder hacer uso de sus vehiculos, circular por sus calles, aparcar en las areas verdes, usar la estacion de metro o incluso salir de su casa sin el imprescindible DNI.

Lo último que hemos oido es que como medida de seguridad añadida, inhibidores de frecuencia impedirán el normal funcionamiento de los telefonos moviles. Me imagino que el barrio estará tomado por las fuerzas del orden. En cualquier oportunidad guardias suizos camuflados velarán por la integridad del Santo Padre forrando a hostias a cualquier vecino indocumentado.

Por todo lo anterior, todos juntos debemos hacer causa común y decir No a las Corridas de Papas en Catalunya!! Tal vez, si recogemos las firmas rapido, todavia podriamos parar esta hecatombe que se avecina…

Fuentes:

http://es-es.facebook.com/group.php?gid=…
http://www.naciodigital.cat/noticia/1940…

Citas.

En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra.

Eugenio Trias (1942)