Noruega. De Stavanger a Oslo. Cuatro días.

En principio, todo el viaje podría haber empezado en Bergen, pero en mi caso, me incorporé en Stavanger. Me desperté a las 5:00 de la mañana para tomar con tiempo un vuelo con escala, mi destino final a Stavanger estaba planificado para las 16:00. Sin embargo llegué mas tarde, casi de noche, la compañia SAS había faltado a la puntualidad nórdica y mi llegada se atrasó hasta el atardecer. Apenas dados unos  pocos pasos en suelo noruego me encontré con un esperado percance. Parece ser que la policía fronteriza destinada en el aeropuerto de Stavanger considera como un hecho sospechoso la llegada de un solo pasajero de pasaporte español en un vuelo local entre Copenhagen y su querida pequeña ciudad.

Me tomaron como un forastero melenudo con aspecto de portar problemas, una especie de Rambo trotamundos. No acabé acorralado en una montaña, no presenté batalla ni trinchera, únicamente fui víctima de una búsqueda minuciosa de posibles males en mi equipaje, así como de un interrogatorio improvisado y bastante incómodo. No estando el agente contento con su corta ración de trabajo diario, quiso acabar  de  hacerme pasar por un delincuente acompañándome  hasta la salida, para comprobar, por sí mismo, si me estaban esperando. Al presentar un grupo de personas como mis allegados, el policía no dudo en preguntar al único individuo de aspecto escandinavo si mi historia era cierta. Tras su confirmación, el agente reculó y dio por terminada su productiva jornada laboral nórdica. Me pregunto que hubiera pasado si mis compañeros  hubiesen aparecido tarde, quizá habría pasado la noche en un húmedo calabozo, a la espera de una ducha y un afeitado para estar presentable en un juicio rápido.

Pasada mi primera experiencia en territorio noruego, me dirigí junto a mi grupo a la ciudad. Antes de dar por terminado el día, decidimos ir al puerto, donde comimos una grasienta hamburguesa y contemplamos la magnificencia del populacho noruego emborrachándose. Era uno de los pocos días del año con buen tiempo así que debían aprovechar. Después de cruzar miradas con un prominente personaje ebrio y ser probablemente insultado por este, no estoy seguro, no hablo el idioma; llegamos al hotel. La habitación era grande, se trataba de lo mejor que me había pasado en el país.

Al día siguiente me levanté con fuerzas, olvidé mis encontronazos y me reuní con mi grupo en el comedor. Tomamos un desayuno consistente y nos preparamos para marchar hacia el duro ecosistema escandinavo, para descubrir sus bosques y acantilados, para dormir en los profundos valles costeros y conocer  la esencia de la aventura noruega.

Subímos al 4×4 y nos dirigimos otra vez al puerto, esta vez para tomar  una barcaza flotante al estilo lancha de desembarco. Abandonamos Stavanger y tras una cautivadora travesía abordamos la siguiente orilla, desde donde partimos hacia el interior por carreteras bastante solitarias. El viaje nos llevó unas cuantas horas y al mediodía alcanzamos  nuestro destino. El puerto de salida del  ferry que nos transporta  hasta los adentros del fiordo noruego. Después de estar posado en la cubierta del barco con la cámara en mano, puedo afirmar lo precioso y único que es el paisaje. Las descomunales paredes de piedra me mantienen inmerso en un estado de incredulidad durante todo el trayecto.

Llegamos a nuestro destino y caminamos hasta donde será nuestra morada los próximos dos días. Una casa situada en la profundidad omnisciente de la nada, en la ladera de la montaña; a un kilómetro por referencia visual  y a cuatro de carretera de un pueblo nacido en el valle, frecuentado por practicantes del salto base, obreros de construcción encargados de ampliar una central eléctrica cercana y unos pocos lugareños comprometidos al limitado negocio turístico.

Pasamos dos días, un pequeño espacio de tiempo que me permite experimentar una enorme cantidad de experiencias gratificantes. Podría pasarme días citando la espectacularidad de la ascensión por las montañas noruegas, la dificultad de sus múltiples caminos, la  diversión y adrenalina, y el aporte constante de belleza exuberante.

El ultimo día visitamos Oslo, tierra de Teslas y barcos vikingos. finalizamos un viaje de puro contacto con la naturaleza salvaje y espectacular de la región que, al menos durante estos pocos días, lucia soleada y con una temperatura muy agradable.

Realizamos miles de fotos con la Sony RX-100 IV en modo automático. La selección ha representado un esfuerzo notable, rebuscando las mejores tomas que os puedan dar una idea real del paisaje de una Noruega que nunca olvidaré. Espero que os gusten.

Atentado en Niza, Francia.

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Un camión se abalanza contra la multitud en el paseo marítimo de Niza.

Ha ocurrido hace escasas  horas en el concurrido paseo  Promenade des Anglais de la ciudad francesa de Niza. Han habido numerosos heridos, no se han confirmado muertos. El pánico se ha desatado como la pólvora a causa del conductor lunático.

Algunos medios informan que el criminal se ha atrincherado en una cafetería armado con una pistola, se han escuchado disparos y la policía ha acordonado la zona. Se desconoce el carácter ideológico del suceso, no se ha confirmado si se trata de un atentado ideológico.

Edit: hay al menos 30 muertos y cerca de 100 heridos.

Edit 2: Se informa de rehenes en el hotel Meridiane.

Edit 3: 60 muertos y 100 heridos.

Incendio cercano a la Torre Eiffel, no se sabe si esta relacionado con los hechos.

Edit 4: Las víctimas mortales ascienden a 77, 15 heridos de extrema gravedad.

atentado camion

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Las religiones.

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El origen de las religiones está basado en la necesidad imperiosa del ser humano en hallar respuestas a cuestiones tan diversas como la naturaleza, el mundo, el espacio y otro tipo de temas que eran inexplicables hace milenios. Fruto del desconocimiento y la duda nacen las religiones, a partir de leyendas y mitos transmitidos durante muchas generaciones se forman reductos culturalizados de creencias. Las religiones con los años se actualizan y varían de diversas maneras. La religión judía está basada en otras religiones indoeuropeas caldeadas a fuego lento durante más de 5000 mil años y la cristiana es su evolución más directa.

Es un hecho irrefutable que todas y cada una de las religiones son una patraña, sus fábulas son eso, fábulas. Con la aparición de las matemáticas y la ciencia en general pudimos empezar a explicar fenómenos que antes resultaban inexplicables. Las religiones son una consecuencia inevitable de la curiosidad humana, aunque llegados los medios reales para inspirar un aprendizaje veraz de la realidad, es estúpido e irresponsable seguir creyendo en cuentos prehistóricos como el cristianismo. Por desgracia, la herencia familiar juega un papel importante en este engaño. Así que, por mucho que te escueza, por mucho que te enfade o pienses que estoy equivocado; tu religión es, usando un calificativo preciso, una soberana chorrada milenaria.

Inteligencia Artificial.

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En los últimos años, los avances en inteligencia artificial han crecido hasta consolidar esta tecnología como uno de los campos más prometedores del siglo XXI. Para comprender su alcance es necesario remontarse al inicio del concepto de IA, cuando el precursor de la informática moderna, Alan Turing, estableció las bases teóricas que sirvieron para promover la noción de una computadora capaz de poseer inteligencia abstracta y sensitiva.

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Alan Turing afianzó su trabajo con la redacción del test de Turing, una prueba creada para demostrar la inteligencia de una máquina. Muchas primaveras han pasado desde entonces, y a lo largo de los años, la iniciativa e ilusión de este científico se han contagiado para convertir el florecimiento de la IA como el rumbo de muchos profesionales con la pretensión de lograr el siguiente gran paso de la humanidad.

Si citamos la praxis histórica, es indispensable reparar en la etapa del Boom informático acontecida en las últimas tres décadas del siglo XX. La Inteligencia Artificial vivió esta época como un tiempo de constante evolución. Todos los campos de la computación fueron mejorados a un ritmo abrumador; a partir de este periodo, la tecnología de un determinado momento no sería más que un ínfimo remanente comparada con la disponible en la década siguiente.

El perfeccionamiento en IA quedó encarnado cuando la computadora “Deep Blue” fue capaz de vencer al campeón mundial de ajedrez Gari Kaspárov en una partida que pasó a la historia como un hito compartido del deporte y la tecnología. El mismo ajedrecista calificó a la máquina como un ente creativo capaz de razonar igual que una persona. Así pues, se contextualiza el descomunal avance desde los primeros transistores hasta la robótica actual.

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El desarrollo en inteligencia artificial se sostiene en gran medida por ser un tema muy contemplado en la cultura popular, suscita tanto interés que se distingue como un exponente enormemente teatralizado dentro del marco de la ciencia ficción. Podrían ser mencionadas un sinfín de obras, algunas de ellas grandes ejemplares del séptimo arte como “Terminator”, “Matrix”, “2001 Space Odissey” o “Blade Runner”. En el arte literario pueden destacarse volúmenes escritos por Isaac Asimov o Daniel H. Wilson, como por ejemplo “Yo, Robot” o “Robopocalypse”. El impacto cultural de este género es innegable. En consecuencia, la inteligencia artificial ha alimentado la imaginación de científicos y gente corriente por igual.

El día que programemos una mente artificial plenamente consciente de sí misma y con un genio equiparable o superior al nuestro, habremos forjado la llave que impulsará el progreso tecnológico universal; no obstante, la consecución de una inteligencia digital independiente y creativa podría suponer un enorme riesgo para el ser humano. Es plausible suponer que una máquina con un entendimiento afín al descrito podría llegar a dirigirse de manera hostil a la humanidad si su sistema no lo vetara de ninguna forma. No es un tema que actualmente nos afecte de manera práctica, pero constituye una escena morbosamente atractiva que ha sido escenificada múltiples veces.

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La Inteligencia Artificial es la protagonista de la nueva era digital y se prevén grandes éxitos en este campo. Su singularidad tecnológica la convierte en el epicentro del progreso en la actualidad. Todavía no somos capaces de construir un cerebro artificial comparable a la psique humana; si bien, gracias a los nuevos avances en IA, por primera vez alcanzamos la visión y mantenemos la dirección adecuada en pos de consolidar semejante hazaña. La IA tiene las propiedades para gestar un desarrollo jamás visto por la humanidad.