Sort. Escapada al Pallars Sobirá. Cuatro días.

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En estos días de Agosto, decidimos visitar el Pallars Sobirá y subir a los lagos de Sant Maurici. Era una escapada demorada desde que teníamos veinte años. Ya entonces, sabíamos que debíamos acudir a la llamada de un paraje sin igual. Todo lo que éramos, tenia un reflejo en aquel lago y subir allí, era uno de los hitos que debíamos conseguir.

Por desgracia, mi colega no lo consiguió, traspasando prematuramente hace unos años ya. Pero en mi interior, sabia que tenia una deuda con él, que solo pagaría realizando esta escapada primigenia. Este reto de juventud. En su honor nos reencontramos con nuestros sueños, en la inmensidad del paisaje de Aiguestortes.

En estos últimos años, el rafting se ha convertido en uno de los motores económicos de la comarca, y nuestra intención era probarlo. Para ello, contratamos los servicios de La rafting Company que no nos defraudó. Disfrutamos de un descenso de dos horas,  lleno de emociones, desde Llavorsi a Sort, por las aguas del Noguera Pallaresa de la mano de nuestro gran monitor Abraham.

Como decíamos, uno de los días lo dedicamos a subir a Espot y coger los 4×4 que te llevan al parque de Aiguestortes. En nuestro caso, subimos directamente al lago de Ratera y visitamos el mirador, para a continuación bajar por el camino de la cascada de Ratera hasta llegar al lago de Sant Maurici, unas horas después. De vuelta en Espot, comimos en La Llupia. De diez.

Los días se nos fueron, visitando la ermita de Arboló, desde Gerri de la Sal. O disfrutando de la tormenta en Sort o saboreando una opípara cena en El Fogony, restaurante de una estrella Michelin, donde sus propietarios nos deleitaron con una experiencia culinaria basada en un magnifico menú Km. 0. A destacar el exquisito trato, las explicaciones, el mimo con el que nos agasajaron.

Fueron días que permanecerán en nuestra memoria. Escapad del bochorno de la ciudad y sentid la llamada de las montañas. No hace falta alejarse mucho para disfrutar de una comarca tocada por la mano de los Dioses. No os perdáis estas experiencias a poco que podáis.

Emma Stone !! You were in Barcelona, in the Cathedral of the Sea that day?

Emma !!! Really, I didn’t recognize you. I was just taking some pictures of the Cathedral without any intention to take those shots of you. I’m just an amateur, but really I take too much photos, sometimes. Anyway, If really you are Emma Stone,  you are welcomed to our humble blog. 🙂

PD. Please, confirm me you are really who I think !! I’m not fully sure.  Let us a comment, please !!

Emma Stone in Barcelona 1

Emma Stone in Bsarcelona 2

Noruega. De Stavanger a Oslo. Cuatro días.

En principio, todo el viaje podría haber empezado en Bergen, pero en mi caso, me incorporé en Stavanger. Me desperté a las 5:00 de la mañana para tomar con tiempo un vuelo con escala, mi destino final a Stavanger estaba planificado para las 16:00. Sin embargo llegué mas tarde, casi de noche, la compañia SAS había faltado a la puntualidad nórdica y mi llegada se atrasó hasta el atardecer. Apenas dados unos  pocos pasos en suelo noruego me encontré con un esperado percance. Parece ser que la policía fronteriza destinada en el aeropuerto de Stavanger considera como un hecho sospechoso la llegada de un solo pasajero de pasaporte español en un vuelo local entre Copenhagen y su querida pequeña ciudad.

Me tomaron como un forastero melenudo con aspecto de portar problemas, una especie de Rambo trotamundos. No acabé acorralado en una montaña, no presenté batalla ni trinchera, únicamente fui víctima de una búsqueda minuciosa de posibles males en mi equipaje, así como de un interrogatorio improvisado y bastante incómodo. No estando el agente contento con su corta ración de trabajo diario, quiso acabar  de  hacerme pasar por un delincuente acompañándome  hasta la salida, para comprobar, por sí mismo, si me estaban esperando. Al presentar un grupo de personas como mis allegados, el policía no dudo en preguntar al único individuo de aspecto escandinavo si mi historia era cierta. Tras su confirmación, el agente reculó y dio por terminada su productiva jornada laboral nórdica. Me pregunto que hubiera pasado si mis compañeros  hubiesen aparecido tarde, quizá habría pasado la noche en un húmedo calabozo, a la espera de una ducha y un afeitado para estar presentable en un juicio rápido.

Pasada mi primera experiencia en territorio noruego, me dirigí junto a mi grupo a la ciudad. Antes de dar por terminado el día, decidimos ir al puerto, donde comimos una grasienta hamburguesa y contemplamos la magnificencia del populacho noruego emborrachándose. Era uno de los pocos días del año con buen tiempo así que debían aprovechar. Después de cruzar miradas con un prominente personaje ebrio y ser probablemente insultado por este, no estoy seguro, no hablo el idioma; llegamos al hotel. La habitación era grande, se trataba de lo mejor que me había pasado en el país.

Al día siguiente me levanté con fuerzas, olvidé mis encontronazos y me reuní con mi grupo en el comedor. Tomamos un desayuno consistente y nos preparamos para marchar hacia el duro ecosistema escandinavo, para descubrir sus bosques y acantilados, para dormir en los profundos valles costeros y conocer  la esencia de la aventura noruega.

Subímos al 4×4 y nos dirigimos otra vez al puerto, esta vez para tomar  una barcaza flotante al estilo lancha de desembarco. Abandonamos Stavanger y tras una cautivadora travesía abordamos la siguiente orilla, desde donde partimos hacia el interior por carreteras bastante solitarias. El viaje nos llevó unas cuantas horas y al mediodía alcanzamos  nuestro destino. El puerto de salida del  ferry que nos transporta  hasta los adentros del fiordo noruego. Después de estar posado en la cubierta del barco con la cámara en mano, puedo afirmar lo precioso y único que es el paisaje. Las descomunales paredes de piedra me mantienen inmerso en un estado de incredulidad durante todo el trayecto.

Llegamos a nuestro destino y caminamos hasta donde será nuestra morada los próximos dos días. Una casa situada en la profundidad omnisciente de la nada, en la ladera de la montaña; a un kilómetro por referencia visual  y a cuatro de carretera de un pueblo nacido en el valle, frecuentado por practicantes del salto base, obreros de construcción encargados de ampliar una central eléctrica cercana y unos pocos lugareños comprometidos al limitado negocio turístico.

Pasamos dos días, un pequeño espacio de tiempo que me permite experimentar una enorme cantidad de experiencias gratificantes. Podría pasarme días citando la espectacularidad de la ascensión por las montañas noruegas, la dificultad de sus múltiples caminos, la  diversión y adrenalina, y el aporte constante de belleza exuberante.

El ultimo día visitamos Oslo, tierra de Teslas y barcos vikingos. finalizamos un viaje de puro contacto con la naturaleza salvaje y espectacular de la región que, al menos durante estos pocos días, lucia soleada y con una temperatura muy agradable.

Realizamos miles de fotos con la Sony RX-100 IV en modo automático. La selección ha representado un esfuerzo notable, rebuscando las mejores tomas que os puedan dar una idea real del paisaje de una Noruega que nunca olvidaré. Espero que os gusten.