Ricoh GR. Macro, si…

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Hoy nos fuimos al Cotolengo del Padre Alegre en el Carmelo. Esta institución, cuenta con nuestras donaciones de ropa, desde tiempo inmemorial, tal vez era una tradición familiar. En cualquier caso, el tema se ha complicado cuando hemos comprobado que una gran valla nos cerraba el camino a la antes amable institución. Una persona con bata blanca, que nos recordaba al personal medico de la siempre apreciada novela del Cuco, nos salió al paso. Con un tono cansino, como dudando si paralizarnos con su hipnotico discurso para engrosar las huestes del Asilo, nos explica que no aceptan ropa en Domingos y festivos. Giramos y huimos. Parecia que hoy no tendríamos la oportunidad de ejercer nuestra caridad.

Ya la cosa apuntaba mal cuando enfilábamos las cuestas de la plaza Sanllehy…, Antes había arboles aquí. Ahora solo queda un muro circular, como si de un pequeño Chernobil tapiado de los ojos de los vecinos se tratara y creciera en medio de la indignación palpable. ¿Tal vez el arquitecto de la plaza Lesseps, se enseñorea con la parte alta de la ciudad y repite fechorías auspiciado por un Trias desbocado? El caso es que nadie sabe que se esta construyendo allí. Tal vez quieran ocultar alguna amenaza inminente, algún GodZilla particular que no quieran enseñar a los mansos turistas que por allí discurren a cientos, subiendo al concurrido parque Güell.

En cualquier caso, y deambulando por el barrio de los socavones de la calle Llobregos, hemos subido a su montaña, cual moiseses de ciudad para contemplar el panorama gris que nos cobija, amigable y canalla como pocas, nuestra querida Barcelona.  Y allí, encontramos sotomonte, vegetación, arboles, arbustos y flores y acordándome de mi cámara decido probar el modo Macro. Mas allá de las vistas del horizonte catalán, contemplo la ginesta en su magnifico esplendor. Mirad y llorad.

Y si quereis ver mas fotos en color y un gran slideshow, no dudéis de darle al más…

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Gaudí completa la nave del templo de La Sagrada Familia.

Desde noviembre de 2010, cuando se consagró el templo de la Sagrada Familia, ya se puede visitar su interior y admirar uno de los lugares mas alucinantes creados por la mano del hombre. Sin duda la obra de Gaudi traspasa los lindes de su fe, para convertirse en un icono del arte, de la arquitectura y de la naturaleza reflejado en un templo de una belleza sublime.

Cuando traspasamos las puertas, y penetramos en la nave, nos parece recorrer un bosque primordial. Un caleidoscopio de simetrias imposibles abarca una visión que nos lleva a mirar hacia arriba. Siempre hacia arriba, en un mudo acto de reverencia y admiración por la belleza que contemplamos. Por la contemplacion de la gracia del bosque original que nos lleva a un cielo de luz.

Una belleza sobria, diáfana, contenida en su expresión pero poderosa en su concepción. Hay detalles que parecen salidos de obras de arquitectura contemporanea, otros parecen recordarnos los usos de la edad media. El conjunto se abre a nuestros ojos, con mucho que explicar y recordar. Nos pide una mayor concreción. Un mayor esfuerzo para entender la pasión que esconde cada capitel, cada columna, cada pieza arquitectonica.

Soberbio sería una descripción banal. Siglos venideros le darán la dimensión que se merece. Me parece una joya arquitectonica recien iluminada. Un paseo sutil sobre una caligrafia hecha de piedra pulida. Las fotos no le hacen justicia, hay muchas imagenes mas, que escapan al querer atraparlas. Que se desvanecen entre las luces del templo.

¿Cuanto tiempo aguantaran esas columnas de porfirio? ¿Cuantos miles de años deben resistir? Esta previsto acabar las obras allá en el 2030. Tal vez lo veamos, tal vez no. El templo se erguirá magnifico como un faro. El tunel del ave, discurre cerca y sus vibraciones estaran allí, dia a dia. Mientras tanto, y hasta que finalicen las obras, acceder a la nave central cuesta 13 €.

Demasiado dinero si esperas volver cada semana o cada dia para ver la obra de Gaudí. Ese genio que nos envia su legado desde el siglo XIX. Nunca nada tan viejo, fue tan moderno. Si vivis en Japón y leeis esto, ya sabeis lo que debeis hacer. Sentis una llamada irrefrenable para vislumbrar algo que se escapa a la comprensión. Solo debeis venir y comtemplar el vacio luminoso del bosque, entre los arboles, sus ramas, las hojas …

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