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Junta a un grupo de diez personas de diferentes países en una pequeña sala de reuniones durante siete dias. Sin mas reglas, dales una tarea imposible de realizar y unos plazos a todas luces inalcanzables. Esta era la esencia del mejor training que jamás realice. Cada día se presentaban los resultados, los hubiera o no a otros grupos de desdichados como nosotros.
Diferentes culturas, personalidades e historias personales se reunían para aprender a trabajar juntas. Los niveles no servían para nada. Escaquearte no era una opción y al fin y al cabo, no había una mejor oportunidad para fallar, para no conseguir tus objetivos, para sencillamente fracasar y aprender haciendo algo diferente.
Los primeros días hubieron bajas, crisis personales, lloros, y mal rollo. Se llama feedback, cuando te dices las cosas a la cara. Luego nuevas reglas, roles y revelaciones surgieron de forma espontanea. A continuación el liderazgo cambio de forma natural y llegamos al final de la semana, a la exposición final unidos con un plan de presentación, una sola visión.
Habíamos trabajado quince horas diarias y nos merecíamos conseguir el objetivo. Formar un equipo. Porque de eso se trataba, de conseguir un equipo unido y cohesionado que trabajara unido por un solo objetivo. Yo lo descubrí en la mitad del training, en un momento de inspiración y eso me ayudo a la hora de pensar que podía liderar aquel grupo de personas.
Pero ningún plan podría sobrevivir al sabotaje de una de nuestras primerizas bajas. En nuestra presentación final, con miembro del excom incluido, una de las personas que nunca se integró, volvió para sabotear cualquier atisbo de producto o exposición. Una única voz, consiguió hundir los planes de un buen equipo. Y aunque fracasamos, fue un gran triunfo para todos.
Luego, los Coach, respondieron a nuestras preguntas. En nuestro caso, era acerca de nuestra exposición final. ¿Qué había que hacer cuando una persona no se integra en un equipo? La respuesta era obvia. Se había de separar, excluir, despedir o eliminar. Escoged la palabra que mas os guste. Yo no lo hice y por eso dulcemente, fracase.
En este training, al Kaizen de los japoneses, a esa mejora continua, lo llamaban feedback renewal, pero la cosa era bastante parecida.