Nuevas medicinas para un mañana mejor.

Desde el año pasado sabemos que la Metformina, un medicamento común en el tratamiento de la diabetes, se ha demostrado efectivo en la difícil cuestión de retrasar el envejecimiento y aumentar la esperanza de vida. Dicho así, puede parecer el típico producto milagro que se anuncia para perder peso y eliminar las arrugas, pero estudios científicos serios avalan las propiedades de esta molécula que tal vez pronto sea la nueva estrella de las clínicas antiaging.

¿Pero quien se atreve a empezar a tomar una medicina con sus efectos secundarios cuando no estas enfermo? Solo porque unos ratones viven casi el doble de lo normal, ¿vas a ser tú el pionero que haga quebrar a la seguridad social, viviendo hasta los ciento cincuenta?.

Asimismo, hace poco también conocíamos las propiedades de la silibinina, un compuesto obtenido del cardo mariano y utilizado hasta ahora para descongestionar el hígado y que ahora se descubre efectivo contra algunos tipos de cáncer de piel y también en las metástasis cerebrales, como asegura el estudio realizado por Jaume Bosch, oncólogo del servicio de oncología medica del ICO en Girona.

Aunque los últimos descubrimientos nos acercan a las bacterias que viven con y en nosotros, existen mas de quinientas especias en nuestro aparato digestivo y algunas de ellas juegan un papel primordial que ahora empezamos a descubrir, como la bacteria Akkermansia muciniphila que se ha demostrado capaz de controlar la obesidad y de facilitar la secreción de insulina.

También la mycobacterium vaccae abundante en el campo y las plantas, así como en el estiércol de vaca, podría ser pronto un eficaz y natural remedio contra la depresión, la tuberculosis, la dermatitis atópica, el asma e incluso el cáncer. También tiene efectos testados sobre la capacidad de aprendizaje y el aumento de la serotonina que nos disminuye la ansiedad y aumenta nuestra felicidad.

Finalmente la bacteria Volvakia, inocua para el hombre,  es utilizada por los científicos de la fundación de Bill Gates, para infectar a los mosquitos que transmiten los virus del dengue, el zica y el chikungunya. La bacteria, debilita a los zancudos y les impide transmitir los virus eficazmente.

Por de pronto, cada día, hundo mi cara en las plantas de mi terraza y hozo a la búsqueda de alimentarme de bacterias para mi cerebro y para las cien mil neuronas que viven en mi intestino. La gata medicinal, secunda la idea.

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