En el barrio de Gracia en Barcelona siempre encontraras una plaza con un bar para sentarte a beber una cerveza y relajarte viendo pasar la vida pero si prefieres caminar y perderte por sus calles tal vez tengas suerte y salgan a tu encuentro Graffitis tan buenos como estos, los de Axe Colours son frecuentes y a mi me gustan mucho, son todo un lujo para el barrio.
Hay días que son azules y les sienta bien el proceso cruzado. Siempre me guardo el raw, el blanco y negó y la película positiva. Ricoh GR siempre me alegra el día. Ahora, a veces vuelvo a salir con dos cámaras, y siempre puedo dejársela a alguien con quien nos juntemos para que disfrute.
No hay prisa. Algún día cambiare los ajustes y os sorprenderé. Pero de momento, os traigo esta serie de un día azul de febrero de 2014 donde paseamos por Barcelona.
Enero da para mucho y un viaje a Casablanca es una ocasión especial para disfrutar de un buen hotel y un par de cenas en los lugares mas típicos de la ciudad. Por supuesto, estuvimos trabajando duro y nos merecimos una tarde de asueto buscando una medina que nunca encontramos. En su lugar visitamos una mezquita, paseamos por calles donde encontramos el tipismo de talleres anclados en tiempos pasados y donde tomamos te en la típica tienda de alfombras, entre otras cosas.
Lo especial fue visitar el café de Rick, donde esperábamos encontrarnos con la magia de la película Casablanca. No estaban Rick, ni Sam ni cantamos la marsellesa, pero el lugar rezuma encanto y calidad gastronómica. Probamos y degustamos las mejores especialidades y sin duda el local se merece que lo visiteis, en lugar de cualquiera de los tugurios a los que los guias locales os quieran llevar. Cenamos de maravilla por un precio muy asequible para un europeo.
Las fotos fueron casi robadas en las pocas horas que pasamos allí. Espero que reflejen un país y una ciudad de cuatro millones de habitantes que crece a un ritmo sin igual y donde los negocios con las cercanas metrópolis, proliferan.
Cerró Vinçon victima de su gran tamaño. Lo vimos también en restaurantes que no supieron adaptarse a las crisis. Si no puedes mantener los costes de una infraestructura muy grande, llámese alquiler o personal o lo que sea, debes reducir el tamaño de todo (y sus gastos) hasta un nivel que puedas resistir. Las empresas deben ser flexibles como acordeones. Estirarse en tiempos de bonanza y reducirse en tiempos de crisis.
Pero a lo que íbamos. Cerró Vinçon pero abrió RS-Barcelona. Allí encontrareis objetos de rabioso diseño. De una frescura sin igual. Podréis resarciros por fin y experimentar otra vez con nuevas posibilidades. Desde mesas, sillas y bancos, pasando por sofás y soluciones de almacenaje con unos acabados que no se parecen a nada sueco. También hay mesas de ping-pong, futbolines, radios y otros artilugios con los que perder el tiempo.
No tenéis que entenderlo todo. La tienda os enseñará sus tesoros y hasta el 31 de enero, tenéis un 10% de descuento. Para mi, era una compra imprescindible, esos tiestos de cemento que evocan las antiguas baldosas de los pisos de Barcelona y de otras ciudades del Mediterráneo. Una ensoñación que nos habla de lo que estamos hechos. Del barrio que pisamos cuando jugábamos en la calle. Un lugar del que, aunque nos hayamos alejado, seguirá en nosotros, muy dentro, hasta el ultimo de nuestros días.
Esa semana venia de Perm. A dos horas de vuelo al este de Moscú. Había ido por trabajo, pero no podía irme sin gozar de la experiencia Rusa completa. El vodka forma parte importante de su cultura y a menos 20º centígrados, ni te enteras del numero de chupitos que llevas. Pero no lo toman solo. Lo acompañan con un pescado marinado que le da cien vueltas al mejor sushi. Por eso se puede decir que esta gente controla bastante. Si se equivocan a esta temperatura, no hay solución.
Llegue al aeropuerto moscovita durmiendo unas cuatro horas en total y sin ninguna resaca. El alcohol se evaporó en los cinco minutos de vuelta al hotel. Tenia una misión que cumplir relacionada con unas matrioskas. Al final lo consegui y pude volver satisfecho de mi viaje. Y de regalo unas fotillos preciosas con la Sony RX100-IV. Un lujazo de cámara que me acompaña a todas partes. Modo automático. Aunque hace de todo, los controles me aburren y no son comparables a los de la Ricoh GR… Nadie es perfecto. La subo a toda la resolución de 5472 x 3648 pixels. Si os la bajáis, hacedle un zoom y leeros las lejanas matriculas. Flipante.