Sony RX100 IV. Un sueño hecho realidad.

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Un colega me ha prestado un tiempo su Sony RX100 IV para que le haga una puesta a punto. Mi camarada se ofuscó con el focus peaking y no conseguía salir de una configuración que afeaba e incluso entorpecía la visualización de las tomas en la pantalla. En cualquier caso, con plena libertad para hacer y deshacer, no hay nada mas fácil que restablecer los ajustes de fabrica y empezar de nuevo.

Luego, solo he recorrido los menús, sin entrar en detalles. He puesto el modo automático y me he lanzado a pasear por los aledaños del Borne, de la calle Princesa y de Santa Maria del Mar. Después de unos cuantos cientos de fotos y de ver los resultados, me pregunto cual es el problema de esta cámara. Todas las fotos salen nítidas. En un 99% de las veces, incluso con poca luz, las fotos salen casi perfectas.

Se pueden tomar varias fotos seguidas de cada escena incluso en modo RAW+JPG sin problemas. La tarjeta de 64Gb incorporada también ayuda a no agobiarte por darle al disparador. Y me pregunto para que tiro RAW si los jpg’s son de una calidad asombrosa.

Estamos ante lo que Ken Rockwell denomina, la mejor Pocket Cámara del mundo (2015) y acierta sin duda. Las fotos de Santa Maria del Mar, difícilmente se pueden mejorar, sin trípode. Aun con cualquier réflex de medio pelo. Y esta es una cámara que cabe en el bolsillo. Un artilugio que casi no llama la atención. Que pasa desapercibido. Nadie sabe de la potencia, de la versatilidad, de los 20 millones de pixeles, del zoom 24-70 mm. Del objetivo Zeiss de 1,8….

Bueno, desde que probé la versión 2 de este modelo, en el video del año pasado, que sentía una inclinación a ser infiel a la ricoh con una Sony como esta. Pero los 1000 € del precio me tiraban para atrás. Ahora que puedo, le sacaré todo el jugo por una temporada. Y feliz. Al fin y al cabo, me lo merezco. Que para algo tiene uno estas amistades. 🙂

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Paseo por Pueblonuevo 2016

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Hace unas semanas, recorrimos el barrio por multitud de lugares, desde las vias del tren de glorias, pasando por las calles de solares en demolición, que cada día cambian. Lugo visitamos las playas y el paseo. Finalmente, me quedo con este par de fotos, de nuevo en blanco y negro, casi pintando. Recupero el grano, y a veces recorto y doy cromo.

Metro 2016. Paseo en tres actos.

Paseo por la Barcelona subterránea. Desde la estación del Liceo, el edificio al que van a sujetar con multitud de candados gigantes para que nadie se lo lleve, hasta plaza de Joanich, pasando por el enlace de Paseig de Gracia.

Un sin fin de rostros y caminos que se entrecruzan en el día de la Mona. Finalmente, alcanzamos nuestro destino a la hora prevista. Sin dilación o demoras. Historia en tres actos.