Nelson Mandela ha muerto. Desaparece un hombre legendario y universal que ayudo a mejorar el mundo, pero ante todo desaparece un hombre bueno (perdonó el horror del apartheid a la minoria blanca) que dedico su vida a la libertad de su pueblo a costa de perder la suya. Ojala que su memoria mantenga la lucha por la igualdad racial en Sudáfrica y en todo el mundo. Hoy lloramos su pérdida, descanse en paz.
Nelson Rolihlahla Mandela nació el 18 de julio de 1918 en Mvezo, un poblado de 300 habitantes cerca de Umtata en el Transkei. Pertenecía al clan Madiba de la etnia xhosa, conocido en su país, Sudáfrica, como Madiba, (título honorífico otorgado por los ancianos del clan de Mandela, también era llamado Tata), abogado y político, fue el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente mediante sufragio universal así como el líder del Umkhonto we Sizwe, el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA).
En 1962 fue arrestado y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. Permaneció prisionero durante 17 años en precarias condiciones en la isla de Robben, fue el prisionero número 466/64. Posteriormente pasaría otros 10 años más en otras dos prisiones diferentes, sumando una pena total de 27 años. El gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad. Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta de libertad de todos los hombres negros sudafricanos.
Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, Mandela lideró a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, cosa que se consiguió en 1994 con las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. Mandela ganó las elecciones y fue presidente desde 1994 hasta 1999, su prioridad fue la reconciliación entre blancos y negros. En 1993 recibió el Premio Nobel de la Paz.
Nelson Mandela dijo:
«Durante toda mi vida me he dedicado a esta lucha del pueblo africano. He peleado contra la dominación blanca, y he peleado contra la dominación negra. He buscado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que todas las personas vivan en armonía»
“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario”.
«El perdón libera el alma, elimina el miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa».
«La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad»
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INVICTUS, el hermoso poema de William Ernest Henley (1849 -1903), dio fuerzas a Mandela durante miles de noches para no perder la esperanza, para mantener despiertos sus sueños e ideales, para no morir.
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Out of the night that covers meBlack as the pit from pole to pole,I thank whatever gods may be,For my unconquerable soul.In the fell clutch of circumstance,I have winced but not cried aloud.Under the bludgeonings of chance,My head is bloodied but unbowed.Beyond this place of wrath and tears,Looms but the horror of the shade.And yet the menace of the years,Finds, and shall find me, unafraidIt matters not how strait the gate,How charged with punishments the scroll,I am the master of my fate,I am the captain of my soul. | Desde la noche que sobre mí se cierne,Negra como su insondable abismo,Agradezco a los dioses si existen,Por mi alma invicta.Caído en las garras de la circunstancia,Nadie me vio llorar ni pestañear.Bajo los golpes del destino,Mi cabeza ensangrentada sigue erguida.Más allá de este lugar de lágrimas e iraYacen los horrores de la sombra,Pero la amenaza de los años,Me encuentra, y me encontrará, sin miedo.No importa cuán estrecho sea el camino,Cuán cargada de castigo la sentencia.Soy el amo de mi destino;Soy el capitán de mi alma. |
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