Paseaba plácidamente por Arenys de Munt cuando una extraña fuerza me impulso a visitar el misterioso Dolmen de Vallgorguina, un lugar relacionado desde tiempos inmemoriales con brujas y aquelarres. En la actualidad sigue siendo un sitio muy frecuentado por ocultistas y adeptos a diferentes prácticas mágicas, incluidos los rituales satánicos.
El Dolmen de Vallgorguina también llamado la Pedra Gentil está situado en el municipio de Vallgorguina, Barcelona, dentro del Parque Natural del Montnegre i el Corredor, hay que tomar la carretera C-61 que va de Sant Celoni a Arenys de Mar y en el kilómetro 13,200 seguir la pista forestal que va hasta el Santuario del Corredor, antes de llegar al Santuario encontraremos un camino donde debemos dejar el coche y después de cinco minutos de ligera subida llegaremos al Dolmen.
El dolmen de Vallgorguina está formado por 7 megalitos verticales, que soportan un gran bloque megalítico superior horizontal. Los 7 megalitos verticales no son todos de una única pieza, sino que 3 de ellos constan de una gran piedra y otra pequeña piedra superior yuxtapuesta, uno de ellos consta de 3 partes (base inferior, gran piedra central y pequeña piedra superior). Su altura exterior es de 1,53 metros (interior: 1,28 metros).
La disposición de los megalitos es de forma circular, con una distancia entre ellos que oscila entre los 20 y 39 cm, dejando una gran apertura entre dos megalitos, de 81 cm, a modo de puerta de entrada.
El gran megalito superior horizontal, está partido por la mitad, con una cierta separación entre sus dos partes (25 centímetros). Su longitud máxima es de 3,16 metros y su anchura, de 2,54 metros.
Poco conocemos de la verdadera historia del dolmen, ya que nunca ha sido excavado o documentado arqueológicamente, se cree que fue construido entre el 3.500 y el 2.000 a.C..
Dice la leyenda que el dolmen de la Pedra Gentil era el punto de encuentro de todas las brujas de la comarca desde tiempos inmemoriales, aquí celebraban sus aquelarres y rituales mágicos, de hecho, la denominación de Gentil es porque en ella se realizaban rituales paganos.
En nuestra visita encontramos una montaña solitaria y soleada, sin brujas que saludar ni aquelarres donde participar, por lo que deduzco que la poderosa fuerza que me hizo llegar hasta el Dolmen no tenía nada de sobrenatural, tan solo era que mi mujer quería verlo, que no es poco.