También hay I+D en la mendicidad. Si Sevilla creó al gorrilla, Pensacola ha creado el perro-flauta bitcoinero, lo último en subsistencia en plan americano.
Tras pasar la noche en una iglesia, el vagabundo Jesse Angle comienza la jornada sentado en la acera con su portátil (recuérdese que son pedigüeños de Florida) en una plaza con WiFi gratis, donde pasará el día, aparentemente sin pegar golpe. Conclusión precipitada.
El caso lo contaba la revista Wired en septiembre. El sin techo Angle se saca al día unas milésimas de bitcoin con su portátil y su teléfono. En su jornada laboral a la intemperie mira vídeos en Youtube. Por cada uno que ve recibe 0,00004 bitcoin en el sitio BitcoinGet, que se encarga de dirigir tráfico a ciertos clips comerciales que pagan por visitas (ignoran que son del vagabundo, entre otros).
Angle se ve 12 vídeos diarios con lo que gana 0,00048 bitcoins. No es mucho, pero completa su bote virtual con la aplicación para smartphones Bitcoin Tapper, donde consigue otros 0,000133 apretando una y otra vez sobre el icono de la pantalla (ese icono publicitario también paga por tráfico).
La actividad digital, en el sentido más amplio de la palabra, le da a Angle para una comida diaria, que completa con el subsidio social. Desde que empezó en esto hace cuatro meses, el vagabundo ha obtenido pacientemente unos 5 bitcoins, que así parece poco, pero que si se multiplica por su actual valor, resulta que tiene, según el oscilante cambio, entre 3.000 y 4.000 euros.
El 22.11.2013 se cumplen 50 años del asesinato del 35º presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, a manos de Lee Harvey Oswald.
Pero no es de John F. Kennedy y de su asesinato de lo que quiero hablar si no de la penúltima novela del maestro Stephen King titulada 22/11/63, la fecha del asesinato de J.F.K.
Stephen King hace tiempo que tiene un lugar destacado en el Olimpo de escritores, es el autor de obras maestras como: It, El misterio de Salem’s Lot, Cementerio de animales, Cujo, Misery, Dolores Claiborne y muchas más aterradoras novelas que devore en mi tierna infancia. Pero después de algunos desencuentros que tuvimos, deje de leer sus libros. Sin embargo siempre estuvo presente en mi memoria y cuando me llegaron comentarios muy positivos sobre su novela 22/11/63 me apeteció volver a leer al maestro.
La comencé con un poco de reparo porque trata sobre los viajes en el tiempo y este es un tema muy trillado que para mí acostumbra a ser confuso y pesado, sin embargo en esta novela King lo presenta de una manera original y sencilla.
Como ejemplo solo tres apuntes, el viaje nos lleva siempre al mismo lugar y fecha del pasado, en el presente solo pasan unos minutos aunque estés años en el pasado y por último, cada vez que vuelves al pasado se produce un reset de las actuaciones anteriores del viajero en el tiempo.
Con estos principios, King nos cuenta una historia original que te engancha de principio a fin, transcurre en la época del asesinato de J.F.K y nos muestra magistralmente cómo eran los EEUU de finales de los 50 y principios de los 60.
Si hay algo que objetar a la novela es que en la parte central nos cuenta muchas cosas de las que podríamos prescindir y ahorrarnos algunas de las 859 páginas que tiene la edición de bolsillo. Sin embargo, para mí, este es uno de los grandes libros de Stephen King.
“Penny, Penny, Penny”. Así es como Sheldon Cooper –el famoso físico teórico de la serie Big Bang Theory que rige su vida con una programación excesiva de hábitos y horarios– llama a la puerta de su vecina. Tres veces: ni una más, ni una menos.
Esta podría ser una de las muchas rutinas que debe llevar a cabo una persona con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), que afecta a aproximadamente al 2% de la población general. Pero no todas son tan llevaderas, algunos de los pacientes ven trastocada completamente su vida a causa del trastorno.
“Aunque en la población general es normal tener algún pensamiento similar a los de los pacientes con TOC, en estos últimos la frecuencia y el malestar que generan conduce a un deterioro significativo del funcionalismo del paciente, con grave repercusión social, familiar y laboral”, explica a SINC María del Pino Alonso Ortega, miembro del Centro de Investigación en Red de Salud Mental (CIBERSAM) del Instituto de Salud Carlos III.
Suele ir acompañado de graves limitaciones en la calidad de vida, consecuencia de la evitación de situaciones y el consumo de tiempo en los comportamientos rituales, como lavarse las manos, repetir palabras o caminar por un determinado lado de la acera. Se calcula que en el mundo más de 100 millones de personas sufren este trastorno, más que el número de pacientes diagnosticados de anorexia, esquizofrenia o trastorno bipolar.
De hecho, el TOC está reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la décima causa médica más frecuente de deterioro personal. A pesar de ello, en la actualidad no se conoce una causa específica para su desarrollo.
Quizá personajes como el entrañable Sheldon de Big Bang Theory, con su extraordinaria preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, logren acercar más este trastorno a la sociedad y disminuir con ello el encubrimiento de su gravedad.
Si crees que los sioux, apaches y cherokees llevaban flecos en sus vestimentas simplemente porque eran muy chulos, estas equivocado.
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Se ha descubierto recientemente que los flecos en las chaquetas de eso, de flecos, no son puramente ornamentales sino que responden a una utilidad: sirven para que el agua resbale por ellos y la prenda permanezca seca más tiempo.
Tifones, huracanes y ciclones son un mismo fenómeno meteorológico que designa la manifestación más violenta de las depresiones tropicales, capaz de liberar una potencia equivalente a 10 veces la bomba de Hiroshima. El tifón que se ha abatido sobre Filipinas es la denominación asiática para un fenómeno que en el Caribe se nombra como huracán y en las regiones tropicales, como ciclón, informa France Presse.
Los ciclones, término genérico para estas manifestaciones de torbellinos, se dividen por la escala de Saffir-Simpson en cinco categorías según la fuerza de los vientos máximos y el alcance de los daños potenciales.
El supertifón Haiyan es un tifón de categoría 5, la más alta, con vientos máximos estimados en 315 kilómetros por hora y ráfagas que pueden llegar a los 380 kilómetros por hora, según la agencia meteorológica japonesa y el centro estadounidense de previsión de ciclones tropicales.
En el culmen de su intensidad, la presión en su centro oscilaba, según los cálculos, entre 870 y 895 hectopascales (hPa). Podría ser la más violenta medida hasta el momento. El récord anterior lo ostentaba el Tip, en el océano Pacífico, con 870 hectopascales registrados el 12 de octubre de 1979 y vientos máximos estimados entonces en 305 kilómetros por hora, según Météo France. Cada año, entre junio y octubre, las islas Filipinas son barridas por una veintena de grandes tormentas. En el mundo, 80 tormentas o ciclones se forman al año sobre aguas tropicales.
El ciclón es un fenómeno de mares cálidos: para que se desarrolle hace falta que la temperatura del océano sobrepase los 26 grados. Como el huracán saca su energía del calor generado por el mar, tras su paso las aguas se enfrían. El ciclón desempeña así el papel de una enorme “válvula de seguridad” que evacua el exceso de energía acumulada por los océanos en las zonas tropicales.
Los ciclones miden entre 500 y 1.000 kilómetros de diámetro y están provistos de un centro relativamente calmo, llamado el “ojo del huracán”. Cuando llega a un continente se debilita progresivamente, no sin haber causado daños a menudo importantes, debidos a las lluvias y los vientos violentos. A esto se añaden fenómenos marítimos muy peligrosos como el gran oleaje generado por el vendaval, que se desplaza más rápido que el ciclón (a veces se divisa hasta 1.000 kilómetros antes que el ciclón). El nivel del mar puede también elevarse varios metros. Es la “marea de la tormenta”, que provoca fuertes inundaciones.
Seguida por los satélites, la trayectoria de un ciclón es objeto de vigilancia internacional, coordinada por la Organización Meteorológica Mundial, con centros en Miami, Tokio o Honolulú.
El 7 de noviembre de 2013 se cumple el centenario del nacimiento de Albert Camus (1913 – 1960), fue un novelista, ensayista, dramaturgo, filósofo y periodista francés nacido en Argelia en una familia de colonos franceses (pieds-noirs).
Camus murió el 4 de enero de 1960 a los 47 años, en un accidente de coche cerca de Le Petit-Villeblevin, sobre cuyas causas se han publicado posteriormente especulaciones no confirmadas.
Entre su variada obra destacan obras maestras como El extranjero (1942) y La peste (1947), desarrolló un humanismo fundado en la conciencia del absurdo de la condición humana. En 1957, a la edad de 44 años, se le concedió el Premio Nobel de Literatura por el conjunto de una obra que pone de relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres de hoy.
Desde aquí recordamos algunas de las citas de Albert Camus, un intelectual que hablaba alto y claro pero que calló demasiado pronto.
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“La única manera de lidiar con este mundo sin libertad es volverte tan absolutamente libre que tu mera existencia sea un acto de rebelión”
“Llega siempre un tiempo en que hay que elegir entre la contemplación y la acción”
“Ellos mandan hoy… ¡porque tú obedeces!”
“Cada vez que un hombre en el mundo es encadenado, nosotros estamos encadenados a él. La libertad debe ser para todos o para nadie”
“Todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro”
“El gran Cartago lideró tres guerras: después de la primera seguía teniendo poder; después de la segunda seguía siendo habitable; después de la tercera ya no se encuentra en el mapa”
“He comprendido que hay dos verdades, una de las cuales jamás debe ser dicha”
“En estos momentos están poniendo bombas en los tranvías de Argel. Mi madre puede estar en uno de esos tranvías. Si la justicia es eso, prefiero a mi madre”
“Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa”
“Puede que lo que hacemos no traiga siempre la felicidad, pero si no hacemos nada, no habrá felicidad”
“El acto más importante que realizamos cada día es tomar la decisión de no suicidarnos”
Es la obra de arte más famosa del mundo. La más copiada y versionada. Pero nunca antes la habíamos visto calva. Esta ‘Gioconda’ inédita es la versión que ha elegido la Asociación Italiana para el Estudio y la Cura del Cáncer (ANT), para acompañar su última campaña de apoyo y sensibilización de esta terrible enfermedad. El lema impactante, como la propia imagen: «Un tumor cambia la vida, no su valor».
En los próximos meses esta Mona Lisa enferma aparecerá en carteles, anuncios y vallas para expresar «el cambio que el cáncer trae consigo». «Esta campaña tiene como misión demostrar que, a pesar de los desafíos a los que se enfrentan las personas, el valor de sus vidas permanece inalterable, así como el deber de cuidar de él, que es nuestra filosofía», ha asegurado Margarita Tasttini, portavoz de ANT.
Los organizadores de la campaña reconocen el impacto de la imagen, pero consideran que es precisamente ideal para transmitir el mensaje sobre el cáncer, una enfermedad que padecen millones de personas en el mundo. «La Mona Lisa, presentada así sacude la imagen que tenemos en la memoria, igual que hace un tumor con la historia de una persona». Cuando se supera el estupor, te das cuenta de que la obra no pierde su valor», aseguran.