Ya extraemos energía del sol y del viento y dentro de poco también lo haremos de los baches, Levant Power Corporation está desarrollando un nuevo tipo de amortiguador que transforma en electricidad útil los golpes y las sacudidas de los vehículos en las carreteras en mal estado.
Normalmente los amortiguadores disipan la energía que emiten los vehículos al rebotar como calor. Pero los nuevos amortiguadores pueden usar la energía cinética de los botes para generar vatios, de modo que la electricidad haga funcionar, por ejemplo, los limpiaparabrisas o las luces del salpicadero del vehículo.
Los aparatos denominados GenShocks, que se puden instalar en los vehículos normales y en los híbridos, reducen el consumo de carburante entre un 1 y un 6%, asegura Shakeel Avadhany, el consejero delegado de la empresa de Cambridge, Massachusetts.
Los nuevos amortiguadores parecen unos amortiguadores corrientes con un cable eléctrico en un extremo. Se enchufan a una centralita que regula la electricidad que producen y que la transforma en el voltaje que precisa el vehículo.
El precio del los GenShocks será ligeramente más elevado que el de los amortiguadores convencionales, afirma Avadhany, «pero ese dinero se recuperará gracias al ahorro en carburante». Prevé que los productos estén en el mercado en el segundo trimestre de 2011.
Uno de los mercados en el que Levant tiene puestas sus miras es el de los vehículos militares en los que una parte de la energía generada por los nuevos amortiguadores se podría usar para las comunicaciones y los sistemas armamentísticos de los vehículos de combate.
Los GenShocks forman parte de las numerosas innovaciones en un campo al que se conoce no como el de la conservación de la energía sino como el de la «extracción» de la energía.
El éxito de los trabajadores en estos conflictos ha provocado un rosario de huelgas en diferentes empresas extranjeras en China exigiendo mejoras en los salarios y en las condiciones de trabajo.