Puertas de Funchal. Madeira.

 

Nuestra elección de visitar Madeira en Septiembre de 2011 y pasar unos días de relax con paseos, buena comida y sol, fue una buena elección.

Funchal fue fundada en 1425, es la capital de Madeira y aunque ya han pasado casi 600 años, sus principales edificios históricos permanecen intactos, a pesar de los incendios, los piratas y los terremotos. Recibe el nombre de Funchal (hinojo) por la abundancia de plantas de hinojo silvestre que encontraron en la zona los primeros colonos.

Las calles del casco antiguo están pavimentadas con mosaicos y sombreadas por jacarandá, son estrechas y plagadas de restaurantes, galerías de arte y tiendas. Deambular sin rumbo fijo siempre es la mejor opción para conocer una  ciudad pero en Funchal es un placer obligado dado su asequible tamaño. En algunas calles los vecinos han decorado las puertas y muros de sus casas como si fuera una exposición de pintura al aire libre.

Terry Pratchett, en la serie de Mundodisco.

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«El sol estaba cerca del horizonte. Las criaturas de vida más corta de todo el Mundodisco eran las cachipollas efímeras, que apenas si duraban veinticuatro horas. Dos de las más viejas zigzagueaban sin rumbo fijo, sobre las aguas de un arroyo de truchas, discutiendo acerca de historia con algunos de los miembros más jóvenes de la nidada vespertina.

—En estos tiempos, el sol ya no es el que era —dijo una de ellas.
—En eso no te falta razón. En las horas de antes sí que había un sol como debe ser. Era todo amarillo. No como esa cosa roja.
—Y también estaba más alto.—Es verdad, tienes razón.
—Y las ninfas y las larvas te mostraban un poco de respeto.
—Muy cierto, muy cierto —asintió la otra cachipolla efímera con vehemencia.

Las cachipollas más jóvenes escuchaban con educación.

—Recuerdo —prosiguió una de las moscas viejas— cuando todo lo que abarcaba la vista eran praderas.Las cachipollas jóvenes miraron a su alrededor.
—Siguen siendo praderas —aventuró una de ellas tras un cortés intervalo.
—Recuerdo cuando eran praderas mejores —replicó bruscamente la vieja.
—Sí —asintió su colega—. Y también había una vaca.
—¡Es verdad! ¡Es verdad! ¡Me acuerdo de esa vaca! Estuvo justo allí durante…, oh, durante cuarenta o cincuenta minutos. La recuerdo bien, era marrón.
—Ya no hay vacas así en estas horas.
—Ya no hay siquiera vacas.
—¿Qué es una vaca? —preguntó una de las jovencitas.
—¿Lo ves? —replicó la cachipolla vieja en tono triunfal—. Así son las moscas modernas.
—Hizo una pausa—. ¿Qué estábamos haciendo antes de empezar a hablar sobre el sol?
—Zigzaguear sin rumbo fijo sobre las aguas —dijo una de las moscas jóvenes.

No estaba del todo segura, pero era una suposición con visos de probabilidad.

—No, antes de eso.—Eh…, nos estabas hablando sobre la Gran Trucha.
—Ah, sí. Eso. La Trucha. Bueno, veréis, si has sido una buena cachipolla efímera, si has revoloteado bien arriba y abajo…
—… prestando atención a los ancianos, que saben más que tú…
—… si, prestando atención a los ancianos, que saben más que tú, entonces, al final, la Gran Trucha…Clop.Clop.
—¿Sí? —inquirió una de las moscas más jóvenes.No recibió respuesta.
—¿Qué pasa con la Gran Trucha? —quiso saber otra mosca, nerviosa.

Contemplaron la larga serie de anillos concéntricos que se expandían en el agua.

—¡El signo sagrado! —exclamó una cachipolla—. ¡Recuerdo que me hablaron de eso! ¡Un Gran Círculo en el agua! ¡Ése será el signo de la Gran Trucha!

La más vieja de las cachipollas jóvenes contempló el agua, pensativa.
Empezaba a darse cuenta de que, al ser la mosca de más edad entre las presentes, le correspondía el privilegio de revolotear más cerca de la superficie.

—Se dice —empezó la cachipolla que volaba en la parte superior de la zigzagueante multitud— que, cuando la Gran Trucha viene a buscarte, vas a una tierra donde abunda…, abunda…
—Las cachipollas efimeras no comen. No sabía cómo seguir—. Donde abunda el agua —terminó como pudo.
—Debe de ser verdad —asintió la mosca más vieja
—Pues allí se debe de estar muy bien —siguió la joven.
—¿Sí? ¿Por qué?
—Porque nadie ha querido volver aquí. »

MANEL – BENVOLGUT – en directe 3-4-2011

Benvolgut, permet-me suposar
que, malgrat que no haguem gaudit de presentació oficial,
més o menys, així com jo, estàs assabentat
de la meva existència, de les coses que faig.
Benvolgut, jo ho reconec, què hi faré, covard de mi,
no és que siguis cada tarda el meu tema preferit,
vostres són les promeses que ningú ja complirà,
vostres les nits que els telèfons no paraven de sonar.
Però sí que et vaig veient en discos que al final no et vas endur
i alguns quina meravella, i alguns que mai tindràs prou lluny,
benvolgut, i en un somriure que fa sola caminant
i en aquella foto antiga oblidada en un calaix:
heu parat una furgoneta aprofitant la vista privilegiada d’una ciutat.
Tu assenyales l’absis romànic d’una catedral i sou joves i forts!
I sentiu l’eternitat al vostre davant!
I, benvolgut, ni sospiteu que gent com jo
estem esperant.

I que simpàtics que se us veu, i quin mal devia fer,
i m’ho imagino -o ho intento- i t’asseguro que comprenc
que encara avui, sense remei, tot trontolli un segon
quan un amic, amb bona fe, pronuncia el vostre nom.
Però vull pensar que tot va bé i que no enyores aquells temps,
que fins i tot en recordar no saps per què però estàs content
i vas veient coses pel món que t’estan agradant tant
i agraeixes que entre els dos em féssiu créixer amagat.
Amagat en mentidetes, en dubtes emprenyadors,
en cada intuïció fugaç d’una vida millor,
amagat en «som molt joves per tenir res massa clar»,
amagat en «no sé què és, però, nena, no puc respirar».
Ai, benvolgut, que estrany si un dia et van fer mal
el meu amor, la meva sort, les meves mans
o el meu dit resseguint-li la columna vertebral!
Benvolgut, que ha arribat i es vol quedar!
Ai aquests dits, no són senzills, de gent com jo
que estava esperant.

Benvolgut, ho deixo aquí, que sé que ets un home ocupat.
Suposo que és moment d’acomiadar-me esperant
no haver-te emprenyat massa, no haver semblat un boig,
que la força ens acompanyi, adéu, fins sempre, sort!
Per si un dia ens creuem ja em disculpo, que em conec,
faré d’home seriós, esperaré darrere dret
mentre tu li fas brometa, «veig que ara els busques alts»,
mentre tu et reivindiques com molt més elegant.
Farem adéu i marxarem i ella em dirà que t’ha vist vell
i, pas a pas, ja estaràs tan lluny
com el cretí que abans d’entrar a Història li tocava el cul
arrambant-la contra els arbres del costat d’un institut.
Ai, pobrets meus, com s’haguessin espantat,
si entre els matolls, sortim tu i jo dient
«ei, aquí els senyors, estem esperant.
Xicots, aneu fent lloc,
que estem esperant».

Mario Soares escribe a Barack Obama.

 

Me tomo la libertad de escribirle esta carta abierta, por más que usted no me conozca. Soy un demócrata portugués, exabogado, antiguo combatiente contra la dictadura de Salazar. Tras la Revolución de los Claveles, fui durante muchos años líder del Partido Socialista. Primer ministro en distintos Gobiernos, posteriormente, fui elegido presidente de la República de Portugal durante dos mandatos.

Soy, desde antes de su primera elección, un fiel admirador suyo. He leído sus libros. He escrito bastante sobre usted, pues le considero uno de los grandes estadistas mundiales. A la altura de un Roosevelt, de un Churchill, de un Willy Brandt, de un François Mitterrand, así como, por estatura moral y humanitaria, de un Nelson Mandela.

Le escribo desde mi convencimiento de que, si no resultara reelegido, sería una verdadera desgracia para Estados Unidos, para Europa y para el mundo. Permítame que le diga que debe usted hacer todo lo posible, absolutamente todo, para ganar las próximas elecciones. Si sus rivales republicanos llegaran a alcanzar el poder, los resultados serían mucho peores que los de los mandatos de George W. Bush. Eso no puede ocurrir. No se trata de unas meras elecciones, se trata del futuro de Occidente y del mundo.

Discúlpeme por robarle tiempo con la lectura de esta carta, que es profundamente sincera. Ha de dar usted el todo por el todo para ganar, es el futuro de la humanidad -no solo el de Estados Unidos- lo que está en juego.

Reciba los más respetuosos saludos de su admirador.

Mário Soares

 

Red Bull Stratos, Félix Baumgartner, Sergio Ramos y el Rey. Toda la verdad.

La misión Red Bull Stratos ha dado para mucho más que el salto de Felix Baumgartner desde 39.000 metros. Hoy se ha sabido que había dos retos más. El primero, encontrar el balón que Sergio Ramos lanzó al espacio al tirar el penalti ante el Bayern de Munich en la Champions League. Objetivo cumplido, Felix encontró el balón como muestra la imagen.

El segundo era aprovechar el viaje para que el Rey Juan Carlos hiciera una de sus escapadas secretas, lastima que al asomarse al exterior, tropezó como ya es habitual y se precipitó al vació, momento que también recogieron las cámaras. Tranquilos, no sufrió ningun daño.

sergio ramos su balon  y  felix baumgartner

el rey juan carlos   felix baumgartner red bull stratos

Diez frases célebres de Bruce Lee.

 

  • «No tener ningún camino como camino, no tener ninguna limitación como limitación».
  • «En el caos busca la simplicidad y en la discordia la armonía.»
  • «Si crees que algo es imposible, tú lo harás imposible.»
  • «Yo no temo al hombre que ha lanzado 10,000 patadas diferentes, yo temo al hombre que ha lanzado una patada 10,000 veces»
  • «Yo no te estoy enseñando nada, solo te ayudo a que te conozcas a ti mismo»
  • «Al infierno con las circunstancias. Creo oportunidades.»
  • «Un hombre sabio puede aprender más de una pregunta absurda que un tonto de una respuesta sabia.»
  • «La fe es un estado mental que puede ser condicionado a través de la auto-disciplina. La fe se puede conseguir.»
  • «Las batallas de la vida no siempre van al hombre más fuerte o más rápido, pero tarde o temprano el hombre que gana es el hombre que piensa que puede.»
  • «Investiga en tus propias experiencias, para llegar a entender qué funciona para ti.»