Bubbles fue víctima de la caza furtiva en África. Él logró sobrevivir pero la mayor parte de su manada y su familia fue asesinada. Luego de quedar huérfano, fue adoptado por la reserva Myrtle Beach Safari en 1983.
En 2007, la reserva contrató a una persona para que construyerá una piscina para el elefante. El contratista dejó abandonada a su cachorra de labrador. El parque decidió adoptar a la perrita y, desde entonces, Bella y Bubbles pasan sus días jugando juntos en la reserva de 20 hectáreas.
Fuente: Lesly Espejo