¿Recuerdan aquella magnífica serie de humor de los 70, protagonizada por Don Adams y donde la figura del superagente 86, Maxwell Smart nos hacía reir hasta la extenuación con sus absurdos gadgets y procedimientos de espia al servicio de su organización? Sin duda una gran comedia como pocas que nos sirve para ilustrar una de las lacras de muchas grandes organizaciones.
Puede tener varios nombres, y no hace falta que nos centremos en ninguno, en realidad lo entenderan muy facil cuando vean el video. Yo los llamo, los conos del silencio, en referencia a un mítico artilugio que sembraba el caos en la oficina de CONTROL.
Cuando bajaba el cono, no se necesitaban enemigos para sembrar la desinformación y el CAOS. No se necesitaba la participación de la organización enemiga, o en este caso de la competencia. La propia corporación, generaba sus propios problemas en forma de gadget mortal que dificultaba la comunicación, entorpecia los procesos y abocaba la misión al fracaso.
¿Cuantos conos del silencio tienen uds en sus organizaciónes? ¿Cuantos absurdos procesos interrumpen el flujo normal productivo para entorpecerlo? ¿Cuantas veces, en aras de algunos paradigmas llevados a extremos paranoides tales como «seguridad», «estándares», «compliance», «audit», etc, la creatividad, el empuje, la iniciativa y la eficiencia son cercenadas?
Es triste observar como las grandes organizaciones tienden a generar este tipo de departamentos y politicas que se encargan de asegurar el correcto cumplimiento de los «estándares» impidiendo con ello cualquier tipo de innovación, e iniciativa. ¿Para que voy a mejorar algo, si hay un proceso estandar de obligado cumplimiento?
Cuantas veces, leyes de seguridad llevadas hasta el absurdo, son capaces de parar el normal funcionamiento de departamentos de todo tipo. Cuantas veces hemos asistido a alucinantes auditorias realizadas con la única función de castigar al departamento autónomo y eficaz que se diferencia del común y estandar comportamiento.
Conforme mas crece la partida de seguridad, cuanto mas deben intervenir los auditores, abogados, compañias externas de seguridad de todo tipo, consultores de seguridad y analisis de riesgos. Cuando menudean los tests de vulnerabilidades, escaneos perimetrales, etc, etc, los beneficios de las empresas se dilapidan en absurdas partidas llenas de insensateces.
Otro tipo de conos del silencio son los «procesos», entendiendolos como algo inamovible e imparable. Dos fuerzas que no pueden chocar, pero que tienen la costumbre de atrapar a las organizaciones en un sinfin de normas absurdas que obligan a desperdiciar cantidades ingentes de recursos en aras del «proceso». Reports que cumplimentar, hitos que cumplir, steering comites que atender, capas y capas de management a la que se debe alimentar, satisfacer… , y todo ello, sin nada que ver con los objetivos originales de la empresa.
Creo que la mayoria de organizaciones pasan y padecen por varias fases en su proceso de coneificación, (un palabro que acabo de inventar). Desde ágiles empresas de rapido crecimiento basadas en fuertes liderazgos y con grandes iniciativas basadas en la innovación, hacia organizaciones rígidas basadas en procesos y normas que añoran sus glorias pasadas y que pretenden atrapar entre los dedos su éxito fugaz, para acabar en organizaciones esclerotizadas y caducas donde la innovación y la iniciativa son castigadas por absurdas leyes internas y por un management desconectado de la realidad.
Normalmente, cuando las empresas llegan a la fase esclerótica, estan condenadas al fracaso y a su disolución o absorción. ¿En que fase está la tuya? Si observais esas grandes empresas que llevan años en el negocio y que en algun momento han liderado su segmento, te puedes preguntar, porque no han conseguido conservar su liderazgo. Porque no han continuado aportando innovación. Porque se han convertido en grandes y lentos dinosaurios, abocados a la extinción. No citaré nombres, todos podeis escoger algunos…