Desde el 1989, veinticuatro años de historia contemplan la masacre y las matanzas que se produjeron un 4 de junio de ese año en la plaza Tian An Men. Aquellos jovenes que reivindicaban mas democracia y libertad, y que hicieron de esa plaza su lugar de protesta y de reivindicación contra un regimen opresor que solo supo responder con el terror, la violencia y la muerte.
Es curioso como las historias se repiten hoy y ayer en todas las ciudades y culturas del mundo, desde Pekin a Estambul, El Cairo o Madrid. Siendo la respuesta de las clases dirigentes las mismas. Cargando contra los líderes de los movimientos reivindicativos, masacrando y persiguiendo a una juventud que exige cambiar las bases de esta sociedad donde unos pocos privilegiados usurpan la democracia y protegen sus intereses y los de las clases dominantes a las que sirven. Llameseles, Banca, Ejercito, Iglesia, Estado, etc.
Algun día llegará una sociedad mas justa donde podamos ser libres y donde los derechos de los pueblos y sus gentes no deban pagarse con sangre derramada en plazas como la de Tian An Men. Mientras tanto, seguiremos trabajando para la utopia aunque nadie nos escuche.

Pero no todo son ventajas, como exponen algunas organizaciones medioambientales. El principal inconveniente radica en que las bombillas de bajo consumo contienen entre 5 y 8 miligramos de mercurio en su interior; aunque se trata de una cantidad muy pequeña, hay que tener este factor muy en cuenta a la hora de deshacernos de estas bombillas, tal como ocurría con los termómetros de mercurio, ya prácticamente en desuso, y cuya venta y dispensación esta prohibida desde abril de 2009.
No se deben tirar estas bombillas a la basura, sino que deberás acudir a los puntos limpios de tu ciudad o llevarla, una vez usada, al centro en el que la compraste. Es necesario su reciclaje, al igual que con otros productos altamente contaminantes, como las pilas y las baterías de teléfonos móviles.
Cuidados en caso de rotura
En caso de que la bombilla se rompa en tu hogar, tienes que tomar precauciones para no tocar, ingerir ni inhalar el vapor de mercurio. Para ello, debes: evacuar la habitación y airearla durante al menos 15 minutos; no usar la aspiradora para recoger los restos de la bombilla rota, ya que pueden contener mercurio y debemos usar guantes de goma para recogerlos.
Haciendo caso a estas indicaciones, evitarás cualquier caso de intoxicación por mercurio gaseoso. En cualquier caso, la cantidad de mercurio que contiene una bombilla de bajo consumo es mil veces menor a la que tiene un termómetro, por lo que el riesgo de padecer una intoxicación es mucho menor.
El mercurio puede ser inhalado y absorbido a través de la piel y las mucosas. El sistema nervioso es muy sensible a muchas de las formas de mercurio. Los efectos sobre el funcionamiento del cerebro pueden ser: irritabilidad, timidez, temblores, cambios en los problemas de visión o audición, y en la memoria.
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Fuente: mail recibido, depurado y ampliado.
Quedan vivos sólo dos de los veinticinco marines que integraron el Team 6 de los Navy Seals, la fuerza de élite que protagonizó la “Operación Gerónimo” que acabó con el terrorista Osama Bin Laden en Abbottabad (Pakistán) hace dos años.
La última muerte fue la del marine Brett D. Shadle, uno de los 25 hombres que participó en el operativo, falleció el pasado jueves mientras realizaba maniobras de paracaidismo nocturno cerca de la localidad de Marana, en el estado de Arizona.
En agosto de 2011 durante una operación en la provincia de Wardack (Afganistán), un helicóptero pesado Chinook de la OTAN se estrelló provocando la muerte de 31 soldados estadounidenses, siendo 22 de ellos especialistas de los Navy Seals. El gobierno estadounidense no quiso desvelar la identidad de los militares americanos fallecidos pero según informó el presidente afgano, Hamid Karzai, el comando que acabó con el líder de Al Qaeda, viajaba casi al completo en el transporte aéreo que fue atacado por rebeldes talibanes. Además de los soldados de EEUU, murieron siete soldados del Ejército afgano y un traductor.
El pasado febrero, se conocía, que el hombre que disparó al terrorista en el ojo izquierdo y acabó con su vida, dejó el Ejército en septiembre de 2012 después de 16 años sirviendo al país y ahora lucha por sobrevivir. No tiene seguro médico público y no sabe quién le pagará la pensión.
Después de cientos de misiones, acabó en la operación de los Seals más crucial de su historia. Aunque el Pentágono nunca identificó al hombre que apretó el gatillo, varios militares confirman que fue él. Un testigo a su lado dice que él entró en el dormitorio del tercer piso donde Bin Laden estaba con sus mujeres y se enfrentó solo al terrorista más buscado.
Por último, Matt Bissonnette, fue dado de baja del Ejército por revelar detalles de la operación Geronimo en un libro escrito con el pseudónimo de Mark Owen, en el que cuenta cómo fue el asalto al refugio en el que se escondía el terrorista.
Este desgraciado y coincidente destino de los miembros del cuerpo de elite norteamericano ya es calificado como “La maldición de Bin Laden”.

La gran pregunta es saber qué hay dentro del núcleo que explotó. Qué queda allí. Qué es tan peligroso que ha habido que enterrarlo y sellarlo porque es ingobernable. El director general adjunto de la central atómica de Chernóbil, Valery Seyda, el hombre encargado de desmantelarla, cuenta que después de la explosión, el combustible del reactor se fundió con el metal, el cromo, el cableado, el cemento, el boro, todo lo que allí había y todo lo que se echó encima para taparlo, creando un magma que sigue activo: “Es un nuevo material, es algo nuevo, desde el momento en que se fundió se convirtió en algo diferente. Mutó…”.

Fuente: El País
Vedlo y oidlo vosotros mismos …
Entonces me pregunto; es que la gente enloquece en Suecia ? es por el frio ? es contagioso y pronto nos vamos a ver abocados a vociferar como posesos cuello erecto asomados a nuestra ventana ? va a servir para descargar toda la rabia acumulada ? esto último seguro que sí.
Esto me recuerda una magnífica película de 1976, Un mundo implacable (Network), dirigida por Sidney Lumet y protagonizada por Faye Dunaway, William Holden, Peter Finch y Robert Duvall.
En la susodicha el presentador de un programa de televisión, a punto de ser despedido, enloquece y tras una sarta de estupideces que suelta en un discurso sin desperdicio propone a los espectadores que para aliviarse de todas las injusticias que viven a diario salgan a la ventana y vociferen como bestias: «Estoy furioso y no pienso aguantarlo más».
Lo curioso del caso es que a partir de entonces la audiencia sube como la espuma y por supuesto la gente en masa sale a las ventanas a aullar.
No os la perdáis, el guión es de los más original y no podréis dejar de verla hasta el final.
Rosa Montero publica hoy en El País, «Tesoro», un certero articulo, como siempre, del que recomiendo su lectura completa.
Y, por último, la sanidad no es un negocio, sino un deber social. De hecho, es el mayor logro social de la historia española. Es una cumbre de la equidad tan importante que, si hoy nuestro país está aguantando mal que bien un paro carnicero, es porque esos parados siguen teniendo una buena cobertura sanitaria. Cuando los niños empiecen a morir porque algunos no puedan costearse la mejor asistencia, entonces dará comienzo la degollina. Y con razón.
Autora: Rosa Montero
Ver articulo completo: El País.