Para los que les gustan las películas de cine con historia detrás, con una buena fotografía y una gran banda sonora, os recomiendo esta película de Ben Stiller que se estrenó en 2013 y que ahora se puede adquirir en DVD o Blu-Ray. Creo que tal vez sea una de las mejores películas del año pasado y que se sale del registro habitual en estos últimos tiempos en el cine de Hollywood, plagado de superhéroes de la Marvel.
Cuenta con magnificos actores que nos cuentan una tierna historia llena de la hermosura de las cosas hechas con el corazón. Con un Ben Stiller, alejado de sus roles al uso, con el que nos iremos de viaje iniciático en la búsqueda de un fotógrafo de los de antes. El ultimo fotógrafo de la revista Life, de los que todavía tiran con película de negativo y con una bella cámara Nikon F3/T.
Una película que habla de negativos extraviados y de fotógrafos de otro tiempo. Que nos cuenta el fin de una era, para la revista en papel LIFE, que fue el gran escaparate de su tiempo y que tristemente desapareció en 2007. Un viaje de descubrimiento interior al que todos deberíamos prestar atención. Al fin y al cabo, un buen despido, jubilación o cambio en tu vida puede ser una magnífica oportunidad de encontrarnos a nosotros mismos.
Os traigo un par de temas del film. El que mas me gusta es «Wake up» del grupo Arcade fire y el Space Oditty de Bowie. En este caso, la versión del cantante canadiense Chris Hadfield, que a la hora de hacer este cover, se lo curró bastante con los decorados y eso…, 😉
Un carrete de cuando en cuando no os hará daño al bolsillo y es una costumbre tan sana recuperar lo básico, lo primordial, la magia que os atrapó hace unos años ya. Os traigo una muestra de la Oly 35 Rc, esa maquina analógica que cada dia me gusta más.
Un edificio del millor barri del mon, en Gracia. En el encuentro entre Travesera de Gracia con la calle Mayor. Una esquina universal donde el tiempo fluye y las vidas se entrecruzan. Foto sin retoques, tal cual.
Hay veces que hay que aprovechar las oportunidades y esto es lo que ocurrió cuando una Rollei 35 SE black pasó por mis manos el año pasado por un precio bastante razonable viendo lo que piden en el ebay. Una cámara Rollei 35 SE de los años 70’s fabricada en Rollei Singapore desde Noviember de 1979 hasta Septiembre de 1981 con el famoso objetivo Sonnar 2,8/40mm y en un perfecto estado.
Su dueño anterior, le hizo unas magnificas fotos que hoy me apetece rescatar y modificar. Las fotos eran en un perfecto color, muy contrastadas y fieles a la realidad del gran objeto de colección que mostraban. Ahora, las he retocado para vosotros, usando el Perfects Effects con texturas y efectos para simplemente, jugar un poco. La Rollei 35 SE era una cámara que no nos habriamos permitido en aquellos años. Ahora, tampoco deberíamos. Pero en cualquier caso, rescatar aquellas joyas de la ingeniería fabricadas por marcas que eran sinónimo de calidad es siempre una gozada. Miradla bien. Es una preciosidad.
Con el tamaño de un paquete de cigarrillos, para funcionar como cámara de fotos, utiliza unos rodillos de 35 mm que contienen una larga tira de acetato impregnado de un compuesto de haluros de plata, que en contacto con la luz, reaccionan químicamente, para después, al ser bañados y revelados mediante adecuadas soluciones químicas, producen una tira plástica llamada negativo. A continuación, estos negativos pueden ser escaneados o bien, sus imagenes pueden ser ampliadas en papel mediante una transferencia luminosa que nos devuelve la imagen en su forma positiva.
Viviendo en la modernez, sé que lo anterior os suena a chino, pero es lo que hay. Durante el ultimo par de siglos, estos procedimientos arcaicos se usaron para obtener fotografías que se imprimían en papel pero que extrañamente no salían de una impresora como la que usais ahora. ¿Habeis visto el Planeta de los Simios? ¿La original del Charlton Heston, ehh? ¿Os acordais de la Zona Prohibida?, pues en la cueva donde encuentran la muñeca parlanchina, aquellos tios que acabaron bajo tierra cuando los primeros monos empezaron a dominar la Tierra, ya os digo, ellos, todavía usaban cámaras como esta. Fijaos si son viejas… 😉
El otro dia paseando, vimos esta escena. Tras varios crops y pasada por el Perfect Efects, pues queda chula. La Ricoh GR da mucho de sí. De lejos ya daba miedo. De cerca, todavía más. Hay selfies que estremecen.
Gracias a Xataka foto nos enteramos de que este editor de efectos fotográficos esta disponible por unos días. Yo ya me lo descargue en este enlace, y la verdad es que me esta gustando. Visualiza todos los formatos y añade un montón de efectos que añadidos a los que ya trae la Ricoh GR, pues te dan un monton de posibilidades.
Cada dia estoy mas contento con esta maquina. Os la recomiendo encarecidamente. Una power shot que dispara como una réflex. Divertida, ligera, hábil, nitida y precisa que también requiere su punto de aprendizaje pero las recompensas son tantas que no las puedo enumerar.
The Bang Bang Club fue una etiqueta asociada principalmente con cuatro fotógrafos activos en los municipios de Sudáfrica entre 1990 y 1994, durante la transición del sistema de apartheid al gobierno basado en el sufragio universal. Este período vió mucha violencia entre facciones negras, sobre todo, los combates entre la ANC y el IFP, tras el levantamiento de las prohibiciones de ambos partidos políticos.
Kevin Carter, Greg Marinovich, Ken Oosterbroek, y João Silva fueron los cuatro fotógrafos asociadas con el nombre, aunque un número indeterminado de fotógrafos y reporteros gráficos trabajó junto a ellos (como James Nachtwey y Gary Bernard).
El nombre de » The Bang Bang Club» nació a partir de un artículo publicado en la revista sudafricana Living. Originalmente llamado The Bang Bang Paparazzi , fue cambiado a » Club» debido a que los miembros consideraron que la palabra paparazzi tergiversaba su trabajo. El nombre proviene de la propia cultura en que vivian. Los residentes de los municipios hablaron a los fotógrafos sobre el » bang-bang «, en referencia a la violencia que ocurre dentro de sus comunidades , pero más literalmente, » bang-bang » se referia al sonido de los disparos y es un término coloquial utilizado por los fotógrafos de conflicto.
Sus fotografías en aquellos años convulsos en Sudáfrica, contribuyeron a desenmascarar la guerra sucia de las fuerzas de seguridad del gobierno blanco, que proporcionaban armas y entrenamiento a las facciones rivales, a cambio de colaborar con ellos en el intento de destruir al partido de Nelson Mandela, el Congreso Nacional Africano o CNA.
Dos miembros del club ganaron el premio Pulitzer por sus fotografías. Greg Marinovich ganó el Pulitzer de Spot News Photography en 1991 por su cobertura de la matanza de Lindsaye Tshabalala en 1990. Kevin Carter ganó el Pulitzer de Fotografía en 1994 por su fotografía, en 1993 de un buitre que parecía estar acechando a una niña casi muerta de hambre en un campamento de ayuda humanitaria en el sur de Sudán.
“Noté que el sol se encontraba detrás del hombre en llamas”, escribió el fotógrafo Greg Marinovich respecto a cómo capturó el momento que lo hizo ganar el Premio Pulitzer en 1991. “El medidor de luz de la cámara no funcionaba por lo que abrí la rendija completamente: f5.6 debería ser suficiente”.
El 18 de abril de 1994, durante un tiroteo entre la Fuerza de Pacificación Nacional y africanos partidarios del Congreso Nacional en el municipio Thokoza , fuego amigo mató a Oosterbroek e hirió gravemente a Marinovich .
En julio de 1994 , dos meses mas tarde de la muerto de Oosterbroek, Carter se suicidó. El 23 de octubre de 2010, Silva pisó una mina mientras patrullaba con soldados estadounidenses en Kandahar, Afganistán y perdió ambas piernas por debajo de la rodilla. Se trataba de la segunda vez que habia sido herido en una zona de guerra.
Publicado en el 2000, el libro El club del bang bang, es considerado de lectura obligada para cualquier periodista que se dedique al fotoreportaje o en cualquier caso, a realizar su trabajo en zonas de conflicto.
Una película sobre el grupo, dirigido por Steven Silver y protagonizada por Taylor Kitsch, Ryan Phillippe y Malin Akerman, se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2010.
Yo la vi ayer y me impresionó por la gran historia de estos héroes casi siempre anónimos. Ahora busco el libro de forma compulsiva. Este post, es solo un refrito. Una pincelada de las vidas desgarradoras de estos cuatro fotógrafos que podeis encontrar en la web a poco que escarveis.
Sigo disfrutando como un enano con la Ricoh GR. Y aunque todavía no domino todos los menus, creo que con el tiempo, conseguiré hacerme con ella. Al fin y al cabo, ahora el problema no son las capas de settings de profundidad insondable de la Olympus sino el combinar las mejores opciones que se adapten a mis necesidades.
Ahora voy ligero y con un discreto equipaje. Nadie se da cuenta de que le estoy fotografiando. Y los paseos son una aventura para descubrir la maravilla que se esconde dentro de esta cámara en la que todo cabe y en la que todo esta todavía por descubrir. Ya llevo unos cientos de fotos y esto solo esta empezando.
De momento, y aunque todavía encuentro demasiado grano y el enfoque no lo acabo de entender, hoy he probado una nueva opción mágica en My settings 1 que es el realizar el bracketing de efectos. Como sabeis el bracketing siempre se ha usado para conseguir esos magnificos HDR’s que se ven por ahí. En su tiempo lo probé pero ya hace tiempo que solo me motivan las fotos de calle. Pero en la ricoh también puedes escoger tres efectos distintos para hacer el bracketing.
Como os decía, he usado los efectos de blanco y negro de alto contraste, proceso cruzado y película positiva. La verdad es que no se cual me gusta más. Venga, dejad vuestros comentarios y dad vuestra opinión. 😉
Daido Moriyama once said “when I go out into the city I have no plan. I walk down one street, and when I am drawn to turn the corner into another, I do. Really I am like a dog. I decide where to go by the smell of things, and when I am tired, I stop.” Talk about simplifying things, it’s really that simple – trust your instincts, simplify your gear, and enjoy your photography.
. Voy dando tumbos todavía con la ricoh gr. Todavía no le pillo el tranquillo a una configuración que me satisfaga en las tomas de calle. Claramente, algo se me escapa y no estoy consiguiendo los resultados esperados. Aunque no tengo ninguna prisa, y dada mi falta de habilidad, deberé aplicarme más. La cámara va muy bien y solo es cuestión de tiempo.
Por de pronto ya he instalado el programa Sylkypix que viene con la cámara y que me permite «revelar» los archivos RAW que produce la GR. Ahora empiezo a entender las capacidades del formato. Si, ya se que esto es básico, pero yo no me dedico a la fotografía profesionalmente. Solo soy un amateur de fin de semana que lucha por sacar tiempo de una vida a veces complicada de cojones.
Os dejo con una foto revelada que os aseguro no se parece en nada a la foto original. Las posibilidades son inmensas, aunque habrá que currar un poco para sacarle el jugo, como siempre.