Hay cosas que nunca deberían suceder. Ridley Scott ya nos defraudó con su precuela de Alien. Ahora, en una muestra de senectud ya no sabe que hacer para estropear su legado y se atreve con su obra magna.
Han pasado treinta y cuatro años desde Blade Runner y seguramente no es tiempo suficiente. En cualquier caso, esto es lo que hay…
Hoy he reciclado dos bolsas llenas de libros, mayoritariamente best sellers que no significaban nada. Viejos libros de los cuales no guardaba ningún recuerdo, y otros más que se merecían dejar de ocupar espacio en mi librería. Porque, si no vas a releerlos, ¿Qué sentido tiene guardar tanto libro?.
Aun habiendo eliminado unos 30 o 40, la biblioteca continua inundada en varias filas de volúmenes, sin espacio para otros objetos que requieren atención. Ahora mismo, mis libros electrónicos crecen, pero el papel se come mis estanterías como una plaga de otro tiempo y lugar.
Me quedan clásicos e incunables y ciertas áreas que todavía no he explorado como la ciencia ficción y el terror. Acumulo, series y grandes obras, junto con otros autores que no se si merecen mi atención. Me asalta una voluntad, tal vez insana de eliminar todo lo de un autor. Me llama, eliminar Katherine Neville y también todo Vázquez Figueroa, aunque disfrute Manaos, ya he eliminado Tuareg. Su absurdo final, se lo merecía.
¿Y que me decís de Ken Follet y la nefasta continuación de los Pilares de la Tierra, Un mundo sin fin? ¿Alguien pudo soportar tamaño tostón? Son libros de tapa dura, que me costaron un dinero, que serán probablemente defenestrado sin remisión en la próxima ocasión. Tal vez elimine todo Tom Clancy y todo Clive Cussler. Y también, todo Michael Crichton.
Mientras tanto, atesoro a Boris Vian, Thompson, Kurt Vonegut, Bukowsky, Philip Roth y otros muchos que me merecen un respeto y veneración. El mundo no seria lo mismo sin ellos. Por supuesto, probablemente podríamos expurgar bastante de Anne Rice y quedarnos con lo esencial. También guardar los clásicos de la ciencia ficción, pero todos ellos están digitalizados ya…
Literatura que ya no recordare en poco tiempo, cuando la senectud me aparque en cualquier negra cuneta.
No se podía esperar que J.J. Abrams realizara un reboot tan magistral como el que hizo con Star Treck en el 2009. Y ciertamente no lo ha conseguido. Si asististeis al estreno del episodio IV en el 77, querra decir que ya teneis unos añitos y que, ciertamente, esperabais mas. No una bonita re edición de la misma película, con un Han Solo muy mayor y una Leia con demasiado flow.
Siento decir esto, porque siempre fui un fan acérrimo, pero no entiendo porque han debido de casi copiar los argumentos de la primera trilogía. Ya se que todo el mundo echa pestes de los primeros episodios I, II y III, pero sin duda se merecían un poco mas de crédito. En ellos siempre encontramos una nueva trama, un giro inesperado, o una visión de la mejor Space Opera. Ahora hacemos una repetición de la película que estrenó la saga. Me sonrojo.
En este episodio VII parece que se les acabaron las ideas y debían repetir lo que sabían que todos los fans adorarían. Una vuelta a los orígenes de la primera película de Star Wars. Pero es que no se trataba de hacer homenajes. Se trataba de ir más allá. Todos queríamos mucho más. Y alguien no ha estado a la altura requerida. Por favor, busquen al responsable y devuélvanle a la mesa de despacho que no debió abandonar jamás.
Bueno. Esto no da para mucho. Es una gran película de Star Wars, pero repetida. Debéis verla !!.
Una vieja película que vi hace muchísimos años ya y que sucedía en una lúgubre Estación Polar donde se experimentaba con monos y donde los personajes pugnaban por sobrevivir mientras una desconocida amenaza los iba atrapando uno a uno. La Cosa y otras películas bebieron de las fuentes de este clásico.
Durante mucho tiempo he buscado el titulo en internet infructuosamente. Si buscáis, aparece la «Estación Polar Cebra» de siempre. Pero hace poco apareció este link que nos lleva directos al titulo. Luego, con una búsqueda mas razonable encontramos la película en si. Muy recomendable.
Llevo como quince días recomendando a todo el mundo esta película. Supongo que ya no es de extrañar, que vosotros también debáis sufrir esta tortura. Es hora de ir a ver esta película por varias razones. Aquí teneis unas cuentas. Usadlas a discreción.
Soberbia.
Porque es una magnifica película que nos retrotrae al cine que se hacia en los 50’s. Donde había un tempo diferente. Al menos, los principios de la película, nos sumergen en un cine de formato clásico. Un cine que del que ya casi no disfrutamos últimamente, atrapados por la inmediatez de unos efectos especiales que quieren epatar pero que no pueden sustituir una gran historia. Pero esta película no es eso. Habla de relaciones humanas. Trasciende los limites del formato de ciencia ficción esperable. Debo volver a verla.
El planeta se nos va de las manos.
En la película aparece muy bien reflejado el efecto Dust Bowl que sucedió en los años de la depresión Americana allá por los años 30 del siglo pasado en las grandes llanuras de EEUU, azotadas por gigantes tormentas de polvo que arrasaban un suelo, consecuencia como no podía ser de otra manera, de la sobreexplotacion y de los errores que esta humanidad voraz deja a su paso. En nuestra era, estamos jugando con fuego y el calentamiento global llama a nuestra puerta. No tenemos backup para la ecología de un mundo al que este virus humano le trae sin cuidado.
La carrera espacial esta en mantillas.
Estamos totalmente a merced de lo que ocurra en esta barca que surca los océanos del espacio sin ningún rumbo prefijado. No sabemos hasta cuando ni hasta donde nos llevara este viaje que ya dura unos cuantos millones de años. Sea durante nuestra vida o no, estamos abocados a sucumbir victimas de cualquier cataclismo cósmico que afecte a nuestro planeta, a nuestro sol o a nuestra galaxia. Seria largo de enumerar los peligros que podrían acabar con nosotros. Pero los dinosaurios, aquellos dominadores de hace 65 millones de años, nos contemplan desde el Hall of the Fame de las especies que han cruzado el umbral de la total extinción. ¿seremos nosotros los próximos?
La estupidez humana.
Vivimos años oscuros, dominados por el miedo y la falta de liderazgo. Vivimos en un vergel que no sabemos manejar ni respetar. Nuestra vida es un futil parpadeo sin sentido porque no somos capaces, como especie, de articular caminos que nos saquen de una sociedad arcaica donde el reparto justo de los bienes esta en manos de clases o castas de dirigentes que no saben o no quieren mirar mas allá de sus propios intereses. Debemos superar esta etapa y asociarnos de formas diferentes para conseguir salir de esta rueda de hámster humana que nos hemos montado. Miles de millones de vidas trabajando para producir unos bienes perecederos que son fagocitados y consumidos. Vidas desaprovechadas en luchas fratricidas o en esfuerzos ímprobos para conseguir lo mas básico. Somos tan estúpidos como siempre hemos sido. En la película también, veréis la estupidez de nuestra sociedad actual, reflejada.
Hacia donde vamos.
Debemos diversificar nuestros esfuerzos. Como especie, debemos saber a donde vamos. Estamos aquí, no para luchar por sobrevivir, sino para tener un futuro mejor. Para que nuestros hijos tengan un porvenir en donde puedan explorar sus limites como personas y donde las oportunidades de vida sean una constante perfectamente establecida para todos. Nuestro horizonte esta en la conquista espacial y en encontrar nuevos planetas que puedan albergarnos como especie. Estamos a muchos años de conseguirlo y mas lo estaremos sino cambiamos nuestra mentalidad cortoplacista y no dejamos de desperdiciar inmenso recursos en guerras de todo tipo, convencionales o económicas. La posibilidad de cambiar este panorama está en nuestras manos consiguiendo cambiar el status quo. La fuerza y los recursos que se acumulan en este planeta son ingentes y puestos al servicio de un objetivo común mas allá de las estrellas, podría ser lo que marcara la diferencia en innovación tecnológica y el motor que cambiara nuestra sociedad desde los cimientos. Esta película nos muestra esa esperanza como algo tangible que debería abrir nuestras mentes y nuestro imaginario colectivo a un sueño de libertad factible, donde la humanidad se reencuentra con su destino en la exploración espacial. Nuestra última frontera. Por eso debéis verla.
No es Matrix pero tiene un punto. No es 2001 una odisea en el espacio, pero comparten planteamiento y formas de ver un destino que nos aguarda en las estrellas. Pero sin duda, Interestellar es una gran película que debéis ir a ver urgentemente si quereis poder hablar como Sheldon Cooper, sobre Relatividad General, Multiversos y causalidad en cualquier tertulia que se precie.
La película suscita varios interrogantes y es interesante comprobar como se reinterpreta de forma diferente según el espectador. De nuestro director favorito de Batman, responsable de la mejor trilogía del murciélago que se recuerda, Christofer Nolan nos lleva a un viaje por el espacio y por las relaciones humanas digno del mejor cine con mayúsculas.
Ahora no hay superhéroes, aunque tal vez, nuestro protagonista comparte las características que todos esperamos encontrar en uno. Sus convicciones, son el entramado que sostiene una aventura iniciática que recorre los infiernos de los viajes espaciales y en la que el futuro de la humanidad esta comprometido.
Recomendable novela de ciencia ficción que ganó todos los premios y que os llevara en un viaje donde la maravilla del encuentro con una civilización extraterrestre se nos antoja un viaje iniciático para la raza humana.
Esta novela clásica de la mejor ciencia ficción es sin duda una de las piezas maestras del genero.
Con un formato sobrio en su concepción, es una gran novela que nos transporta en un viaje de descubrimiento en la frontera de nuestro conocimiento, y que nos permite enfrentarnos a los nuevos retos que la exploración de este universo requiere.
Se lee fácil y aunque me gustaron mas Mundo Anillo o Portico, no deja de ser una muy meritoria obra de ciencia ficción hard, de lo mejorcito de Arthur C. Clarke.
Según apuntan en todos sitios, absteneros de leer segundas y terceras partes.
En la guerra interminable, su autor, nos presenta la desgarrada y terrible experiencia de un soldado espacial, atrapado en una guerra que le separará de todo lo conocido incluida su propia vida.
Episodios de batallas ubicados en remotos sistemas solares a los que nuestro protagonista, habrá de llegar gracias a los saltos colapsares y que poco a poco, desubicaran su existencia con la de sus conocidos, familiares o amigos.
Aislados en continuos viaje por el espacio einsteniano, cada salto o batalla representa una lucha contra la estadística y el terror a una muerte que diezma a los soldados de esta guerra sin fin. Tarde o temprano, esta realidad se convierte en la única posible existencia para un guerrero que deja atrás cualquier esperanza de sobrevivir.
¿No os ha pasado que volvéis de algún viaje y vuestros conocidos os parecen afectados por algún virus que los aleja o convierte en algo desconocido para vosotros? ¿Os preguntáis si una suerte de pulso electromagnético cerebral, les ha afectado mutando sus líneas de pensamiento y convirtiéndoles en posibles adeptos a alguna secta desconocida con abyectos propósitos?
De eso habla esta novela, que te atrapa en una historia de la que difícilmente podrás escapar hasta que te la acabes. Del aislamiento del ser humano cuando vive una experiencia traumática tras otra, victima pasiva de una ruleta del destino que se lleva a sus compañeros y que nadie de los que se quedan atrás, su familia o compañeros civiles, puede comprender o compartir.
Su autor combatió en la guerra de Vietnam y lo que describe, es su particular exorcismo de una contienda que le dejó una terrible huella. Su homenaje y legado pacifista en forma de novela de ciencia ficción, ganó los premios Nébula y Hugo en 1975 y 1976 respectivamente. Sin duda un gran libro que podéis encontrar en cualquier parte por un módico precio.
Llevaba unos meses sin terminar esta novela de Carl Sagan. Como sabeis, Sagan fue, un gran científico divulgador, que nos hizo disfrutar con Cosmos, aquella serie de documentales de los 80’s que debatía, y cito textualmente de la wiki, la historia de la astronomía y de la ciencia, el origen de la vida, el conocimiento sobre el lugar que ocupa nuestra especie y nuestro planeta en el universo, las modernas visiones de la cosmología y las últimas noticias de la exploración espacial; en particular, las misiones Voyager.
Sin duda fué una gran serie, al igual que lo esta siendo la nueva versión que se esta emitiendo estas semanas. Una magnifica oportunidad, de desbrozar la mente de paja y superstición y zambullirse en la maravilla de la ciencia como jamas hemos visto. Dicho, esto que tal vez sea una disgresion, me viene a cuento porque a veces, las casualidades existen y el hecho de que lleve meses sin acabar un libro del padre de la serie Cosmos y alguien presumiblemente ajeno a estos temas, me pregunte por la nueva versión de la serie, es sin duda una coincidencia digna de mi atención.
El libro, no es la mejor novela de ciencia ficción que podáis encontrar pero nos muestra la calidad de la mente que la escribió. Sus sueños y pasiones y la esperanza que trasnsmite en nuestra civilización es un aliciente más en los días de absurdidad e indignación que en este país nos ha tocado vivir.
Seguramente ya habréis visto la muy digna película protagonizada por Jodie Foster, por lo que ya sabeis de que va. Os recomiendo la novela, por la honestidad de sus planteamientos, por la claridad de su discurso y por tal vez, la ingenuidad con la que Sagan nos describe a esos inquisitores lideres religiosos y zafios políticos que básicamente, en nuestra civilización, solo sirven para emponzoñar todo lo que tocan.
«En Mozambique se dice que los monos no hablan porque saben que, si llegan a articular una sola palabra, el hombre los pondrá a trabajar.»