La Marcha del Silencio en homenaje a Alberto Nisman, el fiscal fallecido hace un mes en extrañas circunstancias coincidió con nuestra salida de Buenos Aires destino a Barcelona, nuestro hotel en la plaza del Obelisco estaba en el camino de la manifestación y para evitar vernos atrapados adelantamos una hora nuestra partida hacia el aeropuerto. Para aumentar el caos una fuerte lluvia cayó sobre la ciudad y colapsó todavía más el tráfico, tuvimos suerte de poder salir del centro mientras escuchábamos la apasionada retransmisión radiofónica de la manifestación. Durante nuestra estancia en Argentina pudimos constatar el rechazo popular hacia la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su gobierno.
Libro del montañero francés Maurice Herzog que describe la conquista de la primera cumbre de más de ocho mil metros, el Annapurna, el 3 de junio de 1950 y del precio que pagaron por ello, su autor y su compañero de cordada, Louis Lachenal.
Empece a leerlo en papel en una edición antigua con una bastante penosa traducción que no me satisfacía en absoluto. El libro se hace bastante tedioso al principio, en la descripción de los preparativos de la expedición y en el proceso de aproximación y exploración de las cimas más propicias para ser holladas por primera vez, en unos años en que todo estaba por descubrir.
Sin duda, un relato naif que describe con precisión los acontecimientos que llevaron a la conquista de la cumbre y a la posterior historia de terror en una montaña de mas de 8000 m donde el filo entre la vida y la muerte se vuelve muy delgado.
Lo que era una gesta de la mejor generación de montañeros franceses se convirtió en un calvario, cuando Maurice perdió los guantes en el descenso de la cumbre. Y cuando ya hacia rato que debían de haber comenzado la bajada sin perder un tiempo precioso haciendo fotos y colgando banderines, tal vez afectados por la euforia que se vive a esas altitudes, provocada por la falta de oxígeno y por las anfetaminas que en aquella época eran de uso común por los alpinistas.
Tras una noche terrible bajo la ventisca en el campo V, al día siguiente, en el descenso al campo IV se vieron obligados a vivaquear, junto con sus compañeros Tierry y Rebufat, en una grieta al no encontrar las tiendas.
Lo cierto es que la bajada al campo V y el vivac a 7500m provoco severas congelaciones en manos y pies a Maurice y en los pies de Lachenal que se resolvieron en la urgente amputación de los dedos congelados, sin anestesia y en condiciones infrahumanas mientras la expedición pugnaba por rescatar a los heridos y volver a la civilización en las estribaciones de la cordillera del Himalaya.
Sin duda, una expedición que en aquellas circunstancias y con aquel material, se saldara con sólo dos heridos graves y sin ninguna muerte, dice mucho a favor de un equipo humano de una calidad excepcional que realizó con éxito uno de los rescates de altura mas meritorios que se recuerdan.
Tras un parón de la lectura de la edición en papel de algunos meses (fue subsumida en mi biblioteca infernal), cayó en mis manos una edición digital con un lenguaje mucho mas moderno que me permitió llegar hasta el final. Sin duda una gran novela para los aficionados a las historias que se suceden en las fronteras de la zona de la muerte, en las cumbres de los Himalayas.
En mi visita a Niagara Falls. Canadá, paseando al anochecer me encontré con esta gasolinera solitaria, muy americana y envuelta en una nocturnidad de color muy atractivo que no pude dejar atrás sin capturarla.
No es Matrix pero tiene un punto. No es 2001 una odisea en el espacio, pero comparten planteamiento y formas de ver un destino que nos aguarda en las estrellas. Pero sin duda, Interestellar es una gran película que debéis ir a ver urgentemente si quereis poder hablar como Sheldon Cooper, sobre Relatividad General, Multiversos y causalidad en cualquier tertulia que se precie.
La película suscita varios interrogantes y es interesante comprobar como se reinterpreta de forma diferente según el espectador. De nuestro director favorito de Batman, responsable de la mejor trilogía del murciélago que se recuerda, Christofer Nolan nos lleva a un viaje por el espacio y por las relaciones humanas digno del mejor cine con mayúsculas.
Ahora no hay superhéroes, aunque tal vez, nuestro protagonista comparte las características que todos esperamos encontrar en uno. Sus convicciones, son el entramado que sostiene una aventura iniciática que recorre los infiernos de los viajes espaciales y en la que el futuro de la humanidad esta comprometido.