Valentina de Guido Crepax. Desde TOTEM con amor.

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Desde los profundos años 80’s recuperamos esta pagina de la Valentina de Guido Crepax. Un comic icónico que nos subyugaba. Valentina se paseaba desnuda por las paginas de la revista TOTEM, en este caso el numero veintidos. Y desplegaba todos sus fetichismos mientras se enfrentaba a la maga Baba Yaga.

Me pregunto, para cuando podremos ver aquellas revistas de comics de aquellos años escaneadas para su disfrute en la red o en la tableta. ¿Es que no hay alguien que haya visto el potencial? Yo tengo toda la colección, salvaguardada en mi capsula temporal, pero mi vista se hace cada vez mas borrosa, el papel amarillea, y por mas que lo intento, no puedo agrandar las viñetas…

Dankalos y El ultimo baluarte de la esclavitud.

Van recorriendo vastas regiones tribus nómadas que no logran saciar su hambre, que viven de un puñado de “ dura » cruda y de un poco de la leche de sus flacas cabras. Cuando se les acaba la “ dura «, matan a las cabras y se las comen, después se aprietan el cinto, en espera de la muerte.

Simplemente inhumanas son las consecuencias de esta miseria material, de este hambre secular, “ Los hombres del desierto, escribe Rebeaud, se hallan en estado de guerra permanente. La guerra es una necesidad cotidiana. En un país semejante el mínimo aumento de población tiene un solo significado : el hambre. Cada niño que nace tiene que hacer desaparecer a un hombre. El que mata en la tribu vecina aumenta las posibilidades de vida enla propia.

No exagero y doy las pruebas de lo que digo. La costumbre de estas regiones, especialmente en el desierto sómalo, establece que un joven, para tener el derecho de casarse, debe haber matado por lo menos a un hombre. He indagado las razones de esto, y se me ha contestado, con la mayor sencillez: Hay demasiadas familias. Para fundar una familia nueva, es preciso, en primer lugar, hacer desaparecer otra vieja.»

Las mismas observaciones hizo el doctor Collombet. “ Con frecuencia se ven en las aldeas sómalas guerreros que ostentan en el brazo brazaletes de cobre o de plata. Cada uno de estos adornos representa un hombre muerto o asesinado. Un somalí se gloriará siempre de haber matado niños, mujeres, viejos, individuos indefensos ajenos a su tribu. Los jóvenes deseosos de casarse encontrarán con mayor facilidad una novia cuanto mayor sea el número de los asesinatos que hayan cometido.En este país el asesinato voluntario y premeditado está elevado al grado de institución».

Este estado de guerra permanente perpetúa y agrava usos crueles, costumbres repugnantes, que nuestra mentalidad no logra ni siquiera concebir o querría confinar en elmundo de lo fabuloso. En cambio, pertenecen al mundo de la exploración y de la ciencia. He aquí la atestiguación de un famoso explorador, Wilfred Thesiger. Hijo de un empleado de la legación británica en Abisinia, dedica a ese país un interés hereditario. En el invierno 1933-34 realizó una excursión en el país de Aussa, entre los Dankalos, en busca del misterioso río Auash, del cual se sabe que no llega al mar.

En una conferencia pronunciada en la Real Sociedad Geográfica de Londres, y publicada en el Geographical Journal de enero de 1935, Thesiger narra las vicisitudes de su expedición, dándonos un cuadro tanto más impresionante, en cuanto se presenta muy medido y sereno, de las condiciones ultra bárbaras que reinan en algunas zonas de la Abisinia, y en las que el gobierno de Addis Abeba no ha introducido el más mínimo tono de vida civilizada.

El explorador pone eficazmente de relieve la naturaleza de estas poblaciones dankalas y el género de vida que llevan :« La gran ambición de todo dankalo consiste en reunir mayor número de trofeos que su vecino. Castran, siempre, a los muertos, a los moribundos y a los prisioneros. No hay peligro de exagerar la importancia que los dankalos atribuyen a esta práctica de guerra. Se llevan a cabo expediciones con el solo objeto de reunir trofeos, pues la posición de un hombre en la tribu depende únicamente del número de sus trofeos.

Cuando un dankalo ha llegado a tener diez trofeos, se  ha ganado el derecho de llevar un brazalete de hierro. Un complicado sistema de condecoraciones revela sus hazañas a los contemporáneos y una fila de piedras ante su sepulcro trasmite su fama a la posteridad.« El método más usado para registrar los homicidios es el de colgar del puñal o del fusil un pedazo de cuero, envuelto en lata, por cada trofeo.

Nadie puede ostentar una cintura de colores, ni peine en los cabellos, ni puede decorar su puñal hasta que no haya matado por lo menos a un enemigo. Cuando haya matado dos, podrá perforarse las orejas. Para ser exacto, yo no he visto que ninguno llevara los testículos de sus víctimas colgados al cuello, como Nesbitt asegura que acostumbran hacer. Ellos niegan esta costumbre. Y no creo que la nieguen por pudor, dado que no tienen dificultad en reconocer que son capaces de despanzurrar a una mujer encinta para mutilar al hijo que lleva en el vientre. Pero los he visto llevar en torno de los pulsos los testículos de los animales muertos por ellos. Se persignan en la frente con la sangre de un animal degollado. Probablemente hacen lo mismo con la sangre humana ».

Fuente:

Fuente imagen: http://comic-historietas.blogspot.com/20…

¿Que es la riqueza?

Hacía tiempo que tenia ganas de responder a esta pregunta. ¿Que es la riqueza? La  Wiki tiene respuestas para todo y en este caso nos dice : «La riqueza es la abundancia de recursos valuables, posesiones materiales o el control de tales activos. « Pero debeis de tener en cuenta que a lo largo de la historia, este concepto se ha traducido en diferentes tipos de recursos valuables, como por ejemplo, esclavos en la antiguedad, las especies en la epoca de Marco Polo, o el petroleo en la actualidad.

Pero tambien puede tener diferente significados segun los diferentes tipos de sociedad. ¿que significaria ser rico para los hombres primitivos? Tal vez tener suficientes pieles para intercambiar, puntas de flechas o tal vez un buen refugio donde poder resguardarse del frio. Cada epoca, a si mismo, ha tenido sus propios signos de riqueza. Una forma de demostrar a los demas, nuestra posición en el escalafón social. Al fin y al cabo, una forma de mostrar, mas alla de la salud de nuestros genes, nuestra capacidad de proveer recursos y conseguir un mejor apareamiento. Como veíamos en otro post, un BMW en la puerta ejerce una poderosa fascinación.

En cualquier caso, si ahora os parece que soys mas pobres que las ratas, preocupados por ese concepto llamado dinero, debeis tener en cuenta que ese es solo un valor relativo. Un valor actual en función del tipo de sociedad en la que vivimos donde intercambiamos nuestra fuerza de trabajo por bienes de consumo en una sociedad de mercado. Pero que segun los patrones de otras epocas, soys grandes privilegiados donde disfrutais de medios para conservar la salud y la vida, teneis facilmente acceso a los alimentos y refugio sin necesidad de arriesgar demasiado. Y donde podeis hacer uso de conocimientos adquiridos a lo largo de generaciones y a su vez construir vuestra propia visión de la realidad que os rodea.

Llegados a este punto de nuestra sociedad, donde existen suficientes recursos, energia y alimentos para todos, es hora de cambiar el concepto actual de riqueza. Es hora de conseguir un nuevo concepto que defina que es ser rico. A mi me gustaria que ese modelo se basara en nuevos conceptos como ideas, innovación, desarrollo sostenible, ecologia, reparto social, progreso humano, energia renovable, solidaridad, utopia.

Os pongo una imagen del Tio Gilito. Un personaje con el que nos identificábamos en nuestra infancia y que ya faltaba en nuestro blog. Su afición por las piscinas de dinero, su inmensa caja fuerte de la colina y su desmesura a la hora de acaparar riqueza, serán siempre uno de nuestros referentes.

¿ QUE ES LA RIQUEZA ?

A dos grupos de personas se les hizo la siguiente pregunta:
¿Qué es la riqueza?

El primer grupo contestó de la siguiente manera:

Arquitecto: Tener proyectos que me permitan ganar mucho dinero.
Ingeniero: Desarrollar sistemas que sean útiles y muy bien pagados.
Abogado: Tener muchos casos que dejen buenas ganancias y tener un BMW.
Médico: Tener muchos pacientes y poder comprar una casa grande y bonita.
Gerente: Tener la empresa en niveles de ganancia altos y crecientes.
Atleta: Ganar fama y reconocimiento mundial, para estar bien pagado.

El segundo grupo contestó lo siguiente:

Preso de por vida: Caminar libre por las calles.
Ciego: Ver la luz del sol y a la gente que quiero.
Sordo: Escuchar el sonido del viento y cuando me hablan.
Mudo: Poder decir a las personas cuánto las amo.
Inválido: Correr en una mañana soleada.
Persona con una enfermedad terminal: Poder vivir un día más.
Huérfano: Poder tener a mi mamá, mi papá, mis hermanos, y mí
Familia.

«No midas tu riqueza por el dinero que tienes, mide tu riqueza por aquellas cosas que no cambiarías por dinero»

Profesiones de los Papalagi.

PROFESIONES DE LOS PAPALAGI Y LAS CONFUSIONES QUE DE ELLAS RESULTA

 

Cada Papalagi tiene una profesión. Es difícil decir exactamente lo que esto significa. Es algo para lo que se debe tener un gran apetito, pero parece ser que la mayor parte del tiempo falta. Tener la profesión significa hacer siempre las mismas cosas. Hacerlas tan a menudo que incluso podrías hacerlas con los ojos cerrados y sin esfuerzo alguno. Si mis manos no hicieran nada más que construir cabañas o tejer esteras, entonces mi profesión sería la de constructor de cabañas o tejedor de esteras.

Hay profesiones masculinas y femeninas. Lavar taparrabos en la laguna y abrillantar las pieles de los pies son profesiones femeninas; navegar en un barco por el mar y disparar a los pichones en el bosque son profesiones masculinas. Las mujeres generalmente abandonan sus profesiones cuando se casan, pero es realmente entonces cuando el hombre emprende la suya. Un alii otorga sólo su hija a un pretendiente que esté preparado para su profesión. Es norma que todo hombre blanco tenga su profesión.

Es por ello por lo que cada Papalagi tiene que escoger una profesión para el resto de su vida, al mismo tiempo que se le aplican sus tatuajes de pubertad. Ésta es una ocasión muy importante y una aiga le dedica tanto tiempo como a qué comer el día siguiente. Si por ejemplo escoge la profesión de tejedor de esteras, un alii lleva al chico a un hombre que no hace otra cosa que tejer esteras. Este hombre debe mostrar al muchacho cómo tejer esteras, enseñarle a tejer esa estera del mismo modo que él lo hace, sin mirar. A menudo el aprendizaje toma largo tiempo, pero cuan do lo domina deja al hombre y la gente dice que ya sabe un oficio.

  

El Papalagi tiene tantas profesiones como piedras hay en la laguna. Todo lo que hace lo convierte en una profesión. Cuando alguien recolecta las hojas del árbol, ejerce una profesión. Cuando alguien lava los cuencos de la comida, ejerce una profesión. Todo lo que hacen, con sus manos o con sus cabezas, lo llaman profesión. Es también una profesión el tener pensamiento y el mirar a las estrellas. Realmente no hay nada que un hombre pueda hacer que no sea convertido en profesión por los Papalagi.

Si un hombre dice que él es un tussi-tussil, entonces eso es ya una profesión. No hace nada más que escribir una carta tras otra. Él no cuelga su estera de dormir de las vigas del techo. No va a su choza-cocina para freírse él mismo algunas frutas y no se limpia sus utensilios de comer. Come pescado, pero nunca sale a pescárselo. Come fruta, pero nunca la arranca él mismo del árbol. Sin embargo, escribe una carta tras otra, porque resulta que su trabajo es el de tussi-tussi. Todas estas acciones son profesiones: llevar los utensilios de comer, coger peces y recoger fruta. Y sólo aquellos que ostentan esa profesión están cualificados para ejercerla.

Resulta que los Papalagi pueden únicamente hacer su propio trabajo y ni siquiera el jefe, que posee mucha sabiduría en su cabeza y fuerza en sus brazos, puede subir su envuelve-cama de las vigas ni lavar él mismo los utensilios de comer. Y ocurre también que el hombre que puede escribir una fantástica tussi no es necesariamente capaz de navegar en una canoa, y viceversa. Tener una profesión significa sólo andar, sólo degustar, sólo oler, sólo luchar; siempre conocer una sola cosa.

Ese saber-sólo-una-cosa es un grave peligro y una imitación, porque puede llegar un tiempo en que nadie sea capaz de remar una canoa a través de la laguna.

El Gran Espíritu nos ha dado manos para coger los frutos de los árboles, o para arrancar las raíces de taro de la ciénaga. Las hemos recibido para defender nuestros cuerpos contra nuestros enemigos y para darnos placer cuando tocamos, bailamos o en otros alborozos. Pero no las obtuvimos solamente para desgajar fruta de los árboles o para desenterrar raíces. Ellas deben ser nuestros criados y nuestros soldados todo el tiempo.

 

Pero los Papalagi no lo entienden. Nosotros podemos ver claramente que su modo de vida es equivocado y que está en claro desacuerdo con los deseos del Gran Espíritu, porque hay gente blanca que ya no puede caminar y que acumula grasa en la parte más baja de sus ancas, como los cerdos. Viéndose forzados por su profesión a estar sentados todo el tiempo, no pueden ya levantar ni tirar una lanza, porque sus manos pueden únicamente sostener el hueso-que-escribe y ellos están siempre sentados en la sombra, escribiendo tussi. Han llegado a ser incapaces de domar ponis salvajes, porque siempre están mirando a las estrellas o desentrañando sus propios sentimientos.

Sólo uno pocos Papalagi pueden todavía correr y saltar como niños, después de haber crecido. Cuando caminan arrastran los pies y se mueven como si continuamente estuviesen cargados. Niegan y ocultan su debilidad diciendo que correr, retozar y saltar está por debajo de la dignidad de un hombre con orgullo. Pero esto es hipocresía; como sus huesos se han endurecido y se han vuelto quebradizos, la felicidad ha abandonado sus músculos, porque están condenados a muerte por su trabajo. La profesión también es un aitu que destruye la vida; un aitu que murmura promesas dulces a los oídos de la gente y al mismo tiempo les chupa la sangre de sus cuerpos.

Las profesiones también hieren a los Papalagi en otro sentido y cada vez se distinguen más y más como aitus.

Por ejemplo, es grande construir una cabaña, cortar los árboles y convertirlos en tablones, levantar las maderas, cubrirlas con el tejado y, finalmente, cuando los tablones y las vigas del techo están fuertemente atadas unas a otras con fibras de coco, cubrirlo todo con hojas secas y cañas de azúcar. No tengo que deciros que es una gran alegría cuando un pueblo construye una nueva cabaña para su jefe, compartiendo la alegría también mujeres y niños.

Pero, ¿y si solamente se permitiese a unos pocos de nosotros ir al bosque a talar los árboles y a cortarlos en tablones? ¿Y si a aquéllos pocos se les prohibiera asistir al levantamiento de las maderas, porque su trabajo sólo es derribar árboles y cortar tablones? ¿Y si a la otra gente que ha levantado las maderas no se le permitiera asistir al entramado del techo porque su trabajo es sólo de instalador de maderas? ¿Y si a los hombres que han tejido los tejados no se les permitiera asistir a la colocación de las cañas de azúcar, porque tejedor de esteras es su profesión? ¿Y si a ninguno de ellos se les permitiera recoger de la playa los guijarros usados para el endurecimiento del suelo, porque ese sería el trabajo de aquellos cuya profesión es recolector de guijarros? ¿Y si sólo aquéllos que van a habitar la casa tomaran parte en las festividades de inauguración y todos los que han ayudado a construirla, no?

Os reís y con certeza diréis: si no se nos permitiera ayudar en todas las cosas que requieren nuestra fuerza masculina, la mitad de la diversión se habría ido; media diversión no ¡toda la diversión! Y él, que nos esperaba para usar nuestras manos para un único propósito, nos esperaba para hacer como si todos esos que han ayudado a construirla, no?

Os reís y con certeza diréis: si no se nos permitiera ayudar en todas las cosas que requieren nuestra fuerza masculina, la mitad de la diversión se habría ido; media diversión no, ¡toda la diversión! Y él, que nos esperaba para usar nuestras manos para un único propósito, nos esperaría para hacer como si todos nuestros miembros y nuestros sentidos estuvieran paralizados o muertos.

Ésta es la razón de la amargura de los Papalagi. Algunas veces es estupendo ir a buscar el agua de la ría, puede ser incluso agradable hacerlo un par de veces. Pero si debes transportar el agua de la salida a la puesta del sol, día tras día, cada hora hasta que falla tu fuerza, trayendo y trayendo, al final tirarás tu cubo con ira, amargado por la esclavitud de tu cuerpo. Porque no hay nada tan duro para un hombre como hacer la misma cosa una y otra vez.

Pero hay Papalagi para los que ir a buscar agua de pozo día tras día sería un motivo de alegría; hay unos que no hacen otra cosa que levantar sus manos y dejarlas caer otra vez, o llevar un palo, y tienen que hacer eso en un lugar mugriento donde ni siquiera el sol ni el aire fresco pueden penetrar, y ellos no hacen nada que requiera su fuerza o les reporte felicidad. Considerando la forma de pensar de los Papalagi, levantar tu mano y empuñar bastones es muy importante, porque quizás de ese modo pones la máquina en marcha o le das órdenes; ponla en marcha y así hace aros de yeso y escudos para el pecho, fabrica pantalones-vaina o algo parecido. Hay más gente en Europa con el rostro gris ceniza que árboles hay en nuestras islas. Porque no obtienen ningún placer de su trabajo, porque su trabajo se come toda su alegría y porque nunca hacen nada por su propio gusto, ni siquiera una hoja, no importa cuánto tiempo trabajen. Por eso un odio latente anida en el interior de la gente con profesión. Algo vive reprimido dentro de sus corazones, como un animal encadenado, rebelándose pero todavía incapaz de liberarse. Llenos de odio y envidia miran y comparan los trabajos de los otros entre sí. La gente habla sobre trabajos de clase más baja y más alta, aunque todos los oficios fuerzan a la gente a hacer sólo medio trabajo. Un ser humano no es sólo una mano, un pie, o una pierna, sino que es todo junto… Únicamente cuando todos los sentidos y todos los miembros trabajan juntos, puede el corazón de un hombre ser feliz y estar saludable, y no cuando se permite vivir únicamente a una parte y el resto de él tiene que hacerse el muerto. Esto engendra gente enferma y desesperada.

Los Papalagi viven en confusión con sus profesiones. Ellos no se dan cuenta de eso y en caso de que me oyeran hablar de este modo, seguramente me llamarían loco, porque yo habría juzgado sin haber tenido una profesión o haber trabajado un solo día como trabaja un europeo.

Pero esos Papalagi nunca han sido capaces de explicarnos o hacernos entender por qué debemos hacer más trabajo del que Dios nos pide para satisfacer nuestra hambre y proporcionarnos un tejado sobre nuestras cabezas, y para el disfrute de una fiesta y sus preparativos en la plaza del pueblo. Nuestras ocupaciones pueden parecer diminutas y carentes de las habilidades de un oficio, pero cada hombre de verdad y hermano de la isla hace su trabajo alegremente, y nunca con tristeza. Para eso preferiría no trabajar en absoluto. Esto es lo que nos distingue de los Papalagi. El hombre blanco suspira cuando habla sobre su trabajo, como si estuviera siendo aplastado por su peso; sin embargo nuestros jóvenes caminan a los campos de taro cantando, y con una canción lavan las doncellas los taparrabos en el rápido arroyo. Con certeza el Gran Espíritu no nos desea con cabellos grises como resultado de algún trabajo, ni nos quiere arrastrándonos como una babosa de mar en la laguna, o como un sapo en la tierra. Nos quiere haciendo nuestras cosas orgullosos y erguidos, y que seamos gente de ojos felices y miembros flexibles. Siempre.

 

Ricard Opisso y la última noche en el sitio de Stalingrado.

Recuerdo bien como conocí a Opisso. Era una de aquellas noches de los 80’s donde sabias donde empezabas pero desconocías donde acabarías. En aquella época nos movíamos por el Roba Estesa, un bar musical que nos gustaba especialmente y donde nuestra cuadrilla se juntaba los viernes y sabados, cuando el dinero alcanzaba y la oportunidad era propícia.

En aquel bar pasamos muy buenos ratos y cuando la movida canalla derivaba, había otros lugares a los que acudir, como el Drugstore del Paseo de Gracia o el bar Estudiantil de la plaza Universidad, donde podias continuar a la sombra de la noche, un horita mas, unos momentos mas.

Siempre encontrabas personajes extraños. Y se cruzaban referencias y grupos dispares. No sabiendo a veces a que parte de la ciudad te podia llevar la ultima copa. Recuerdo una vez, compartiendo la trasera de una furgoneta 2 cv con los habituales y con Jordi Beltran conduciendo hacia no se sabía que última fiesta.

Una de aquellas noches acabé en un altillo creo que de la calle Provenza o Valencia, esquina con Via Layetana en una casa con unas almenas muy caracteristicas donde un desconocido y yo nos esforzabamos por reconstruir el coctel perfecto para la última noche en el sítio de Stalingrado. Un vaso de ginebra y unas gotas de limón. 

Era lo unico de que disponíamos en aquel altillo piojoso. Recuerdo que el servicio estaba fuera del piso y que la cocina era un espectaculo dantesco de mugre y destrucción.

No me quedé mucho rato. No sabía cuales eran las aviesas intenciones del individuo. Visto con el tiempo, tal vez estuve a punto de conocer el lado oscuro una noche como aquella, pero lo que si recuerdo es que la conversación giraba sobre ilustradores y autores de comic.

Y mientras yo hablaba de Moebius y de Hugo Pratt, él me mostró un cuaderno alargado, del tamaño de los nuevos monitores lcd de 24 pulgadas lleno de ilustraciones de Ricard Opisso. Lleno del sutil arte de aquel ilustrador que compartió su tiempo con Gaudi, Picasso y con tantos otros.

No recuerdo el nombre de aquel pavo. Jamás volví a cruzarme con él. Pero sí recuerdo a Opisso y a su obra.  

The Walking Dead. La serie.

Ya conoceis nuestra pasión por los zombies. Desde los films de George A. Romero, hemos crecido apreciando cualquier buena pelicula de zombies y cualquiera de sus variaciones como la saga de 28 dias, los resident evil, etc. Ultimamente, los libros de Max Brooks con su Guia de supervivencia y Guerra mundial Z (todavia pendiente de comentar) son nuestras lecturas de cabecera. Y no podemos dejar de mencionar la gran Apocalipsis Z del escritor español Manel Loureiro que en 2008 nos tuvo en ascuas, esperando capitulo tras capitulo.

Hoy os recomendamos The Walking Dead, una serie de televisión desarrollada por Frank Darabont y basada en la serie de cómics homónima creada por Robert Kirkman y Tony Moore. Su episodio piloto, de sesenta minutos de duración, fue estrenado por la cadena AMC el 31 de octubre de 2010. En Hispanoamérica se estrenó el 1 de noviembre y se emite los lunes en primetime por Fox; en España cuatro días después, por Fox.

The Walking Dead cuenta la historia de las secuelas de un apocalipsis zombie y sigue a un pequeño grupo de supervivientes viajando a través de Estados Unidos en busca de un nuevo hogar lejos de las hordas de zombies. Después de despertar de un coma en un hospital abandonado, el oficial de policía Rick Grimes se da cuenta de que el mundo que conocía no existe, devastado por una epidemia zombie de proporciones apocalípticas. En los alrededores, en las afueras de Atlanta, un pequeño campamento lucha por sobrevivir mientras que «los muertos» los acechan a cada momento. El grupo es guiado por Rick Grimes, quien era un oficial de policía en el viejo mundo. Mientras su situación se vuelve más y más sombría, la desesperación del grupo por sobrevivir los obliga a hacer casi cualquier cosa para mantenerse con vida.

Hemos visto los 4 primeros capitulos y no nos han defraudado. Tal vez, nos sobran algunas escenas en la pineda (referencia obligada, cuando cualquier serie recurre a ahorrar presupuesto, con escenas de relleno, en cualquier bosque. (vease stargate SG-1)) aunque en general el desarrollo esta siendo bastante bueno y con la calidad suficiente para esperar el proximo capitulo con un anhelo de lo mas frikie.

Taza Betty Boop de Port Aventura.

Es una taza de color negro en relieve del famoso personaje de dibujos animados Betty Boop que sexy, nos guiña un ojo mientras monta su moto. En el reverso, las leyendas «Born Wild» y «Eat my dust». Preciosa.

La podreis encontrar en una de las tiendas del Oeste de Port Aventura. El coste es de 9,90 €. El tamaño es ideal para un cafe largo o bien para serviros un té al limon.Os dejo un par de fotos.

 

Nakama. Termino japones para definir Amigo, Camarada, Aliado.

Nakama, es el término japonés para amigo, camarada, de la tripulación, aliado,  compañero o pandilla. En la versión japonesa del anime One Piece, este término tiene un significado más profundo, describiendo los amigos que se parecen más a la familia, especialmente en el contexto de la tripulación de Luffy. Debido a esto, muchos populares fansubs no traducen este término. «Nunca traicionaría a mi nakama!» – Luffy en un ataque de ira.

Nakama tambien significa mejor amigo, o algo en ese sentido. «Nami es mi nakama!» – Dijo Luffy. Nakama es la palabra japonesa para un muy buen amigo. Llamar a alguien su nakama es como decirle a alguien que lo ama de una manera no-romántica. Esto se utiliza a menudo en el anime, como One Piece o Bleach, para describir el profundo apego entre los personajes. «Serías realmente capaz de hacer esto por mí? – Por supuesto, somos nakama después de todo.»