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Una gilipollez.
En torno a la palabra violencia circulan tantos intereses, y tan bastardos, que de vez en cuando conviene reflexionar sobre su significado. ¿Es violencia, por ejemplo, que el precio de la electricidad dependa de una subasta? Si tenemos en cuenta que este invierno muchas familias están pasando frío porque no pueden pagar el recibo de la luz, quizá ese tráfico de vatios constituya una forma de violencia atroz, aunque se ejerza desde detrás de una mesa de caoba, oliendo a Armani y con un sello de oro en el dedo anular. Ahora mismo hay muchos bebés amoratados, con bronquitis, muchos bebés y muchos ancianos pasando un frío espantoso debido a los movimientos especulativos de empresas que actúan prácticamente en régimen de monopolio. Esta clase de violencia criminal no está incluida en la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, pero hace mucho daño, a veces mata. Nos escandaliza sin embargo más un contenedor de basura chamuscado. En estos momentos, hay en las cárceles o en las comisarías chicos y chicas detenidos porque sí, por reclamar lo evidente o porque pasaban por allí.
Bueno, en el espacio de una columna cabe lo que cabe, pero sobran ejemplos de violencia institucional. La del precio del gas, sin ir más lejos. También es violencia, creemos, robar el dinero a los contribuyentes para entregárselo a los bancos. O amnistiar a los grandes defraudadores. Un caso de violencia sin límites es la biografía reciente de Blesa, que mientras hundía Caja Madrid se subía el sueldo y estafaba a los pequeños ahorradores, y daba órdenes obscenas desde su Ferrari y sus yates, todo ello sin dejar de matar mamíferos de 400 quilos con su rifle de diez mil euros, obsequio de la casa. Al ministro del Interior le conmueve ver un escaparate roto, pero un escaparate roto, amigos, es una gilipollez comparado con un correo electrónico de Aznar.
Autor: Juan José Millás. El País.
Acabemos con lo de: «O te portas bien o Papá Noel no te traerá nada»
John Lennon – Happy Xmas [War Is Over] Lyrics HD
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No hay ningún motivo para celebrar nada. Tal vez sea el peor momento desde que se recuperaron las libertades en este país. O tal vez nunca fué asi y realmente todo estaba atado. Hemos retrocedido al franquismo y los pobres ilusos votantes del PP se preguntan si era esto lo que esperaban. Sus hijos ya son mas pobres, mas esclavos de lo que nunca fuimos.
Ellos también lo son, también sus derechos son conculcados, mientras las arcas de la casta rebosan. Mientras el saqueo, la estafa, el robo y la corrupción siguen galopando ante nuestras miradas. Tal vez no se enteran, o no quieren enterarse. Nunca se había visto tamaña desfachatez. Me pregunto hasta cuando va a durar esto.
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El Barça gana la Supercopa al Atlético de Madrid y sale con vida.
Me gusta que gane el Barça, pero todavía me gusta más cuando gana a equipos como el Atlético de Madrid de la Supercopa, equipos con el objetivo único de no dejar jugar, que se dedican al empujón, la patada y la marrullería.
El método “puerco” que invento Mourinho, que pese a entrenar equipos grandes como el Chelsea, el Inter o el Real Madrid hace que estos jueguen como equipos pequeños cuando juegan contra el Barça.
En este partido de vuelta de la Supercopa me parecía estar viendo los partidos contra el Real Madrid, un equipo dando leña y esperando un golpe de suerte para marcar, jugadores protestando todo al árbitro, Simeone como Mourinho dando la vara al 4º arbitro y gesticulando como un poseso, árbitros acomplejados, sin personalidad ni valor para sacar tarjetas desde que Mou los acuso por la expulsión de Pepe. La permisividad de los árbitros con los equipos que juegan contra el Barça es algo inexplicable y que merece ser investigado.
Sí, disfruto mucho cuando pese a todo el Barça gana a estas bandas.
El barrio de Gracia en Barcelona es atacado por los zombis.
Un Agosto más vuelve el horror al barrio de Gracia, después de hibernar todo el año, la mutación VZ8 del virus zombi cobra vida e infecta a miles de personas en todo el mundo. Esta extraña mutación del virus zombi no convierte a los infectados en caníbales si no que les impulsa a caminar sin rumbo fijo por las calles y plazas del barrio de Gracia en Barcelona.
Las fiestas de Gracia se remontan al año 1850, siempre fue una sencilla fiesta vecinal pero en el año 1968 todo cambió cuando en Evans City (Pensilvania) EE.UU. se declaró la primera invasión zombi. Al poco tiempo, la infección apareció en Gracia donde arraigó para mutar años después en lo que hoy conocemos como cepa VZ8, una variante del virus zombi que se caracteriza por activarse solo en el mes de Agosto e impulsar a los infectados a dirigirse a Gracia.
Yo, nacido y vivido siempre en Gracia he desarrollado de manera natural anticuerpos que me hacen inmune a la infección, esta inmunidad no se da en todos los nativos de Gracia, muy al contrario, son ellos los que infectados en su infancia, hacen de su fiesta anual el principal foco de propagación del virus.
Mediante una hábil estratagema de mi mujer -también infectada por el virus- me he visto arrastrado a las calles en plena orgía zombi. El panorama es desolador, miles de zombis llenan las calles de Gracia. Uniformados con pantalón corto, camiseta y sombrero de paja; cámara de fotos en una mano y vaso de plástico con cerveza en la otra; sudorosos y malolientes se mueven al son de la música.
Digámoslo alto y claro, aunque se perjudique la marca España o la marca Catalunya: la «Real Guerra Mundial Z» la tenemos en Gracia. Ven a salvarme Gerry Lane (Brad Pitt), por tus muertos, sorry, por tus zombis ¡¡¡
El Peñón de Gibraltar, una clásica maniobra de distracción.
La energía solar es ETA.
Leo asustado que la nueva deforma energética del ministro Soria, penará las instalaciones de autoconsumo no declaradas con multas de hasta 30 M€ (ojo, no pesetas, euros!).
Ahora, estoy acojonado con mi instalación de autoconsumo. Tengo una pequeña placa solar (si, lo confieso!! ahora entiendo que es un objeto demoníaco), que alimenta un ventilador. No hace ruido, no tiene pilas, ni interruptores, ni enchufes. Tampoco dá casi aire pero eso es lo de menos. Funciona incluso con la luz de una lámpara. Lo compramos a una empresa juguetera que no citaré para no causarles problemas, para un ejercicio de la escuela de mi hijo, hace unos años ya, cuando la energia solar se veía como una promesa de futuro en el pais con mayor potencial de generación fotovoltaica de toda Europa.
Pero ahora veo mi error y estoy dispuesto a rectificar. Las placas solares, como las armas, las carga el diablo y sin duda son un objeto prohibido que debemos desterrar de nuestros hogares. Sus pingues beneficios se verian mermados. Sus energías contaminantes, carbon, gas, nuclear, deberemos amortizarlas por unos cuantos siglos más al menos.
Hice un post, hace unos cuantos años ya, a favor del autoconsumo y desde entonces el precio de las placas solares habrá bajado alrededor de un 80%. Hoy por fín. despues de tanto tiempo de espera, tenemos una ley que lo regula y que nos hace ver cuan equivocados estábamos. Todos los puestos de trabajo que se podrian generar, la nueva industria que nos haría salir de la crisis como la espuma, eran un cuento de la lechera que no contaba con los chantajes llamados deficits de tarifa, que esas grandes compañias electricas nos reclaman a traves sus cómplices gobiernos en nómina.
Actualización 26-11-2019
El pasado abril de 2019 el Gobierno español aprobó un Real Decreto con el fin de impulsar el autoconsumo eléctrico (con energías renovables) en España, permitiendo una reducción considerable en el recibo de la luz, pudiendo ahorrar hasta un tercio de la factura. Se permitirá la instalación de un mecanismo más simplificado, el cual permite que las comercializadoras eléctricas puedan compensar a las personas que practiquen dicho autoconsumo, descontando de la factura de los consumidores la electricidad que ellos mismos estén aportando a la red eléctrica y no estén consumiendo en la empresa u hogar.
Actualización 08-03-2020
7 de julio San Fermín. Encierro si, Corridas no.
Barcelona, una ciudad vendida al turismo.
Deriva.
En tiempos de crisis, falta de liderazgo y dominio de lo económico, nos queda sumergirnos en la realidad y el mundo de la vida, Y si salimos a la calle, en Barcelona, nos encontramos con una ciudad vendida al turismo. Más que comercios de proximidad, negocios de cara al turismo. De los grandes y pequeños especuladores, que hincharon la burbuja inmobiliaria, hemos pasado a los negociantes que alquilan sus pisos por días, haciendo competencia desleal al sector hotelero.
En Cataluña se estima que hay un millón de camas en alojamientos no reglados frente a 600.000 plazas legales. El fenómeno de los pisos turísticos expulsa vecinos y amarga la vida y el sueño a los que les toca al lado. Mientras estos especuladores compiten con los hoteleros, algunos hoteleros de la ciudad no están de acuerdo en cambiar el Plan de Usos de Ciutat Vella y abrir más hoteles de operadores internacionales que colapsarán el mercado. Dueños de pisos turísticos, hoteleros responsables con los valores de la ciudad y nuevos inversores pugnan sobre cómo sacarle el máximo rendimiento a la gallina de los huevos de oro.
Y vemos vecinos resistiendo a la gentrificación, un mal de las ciudades angloamericanas que, como sea, quieren implantarnos: tolerando los apartamentos turísticos u obligando el Ayuntamiento a hacer reformas en los miles de edificios antiguos, impagables para muchos inquilinos. Sin haber implementado legal, técnica y financieramente una política de rehabilitación, nos quieren las calles llenas de andamios en la ciudad escaparate, cada vez más escasa de vecinos, comparsas en extinción.
Realmente, el mundo no es un parque temático, tal como nos quieren hacer creer. Hay gente que pasa hambre y que ha sido desahuciada de su hogar: colas en las parroquias que reparten comida; llenos los comedores sociales; Arrels, Cáritas y todas las ONGs trabajando a tope. Y hay personas que se han acercado a una manifestación y han perdido el bazo o un ojo. En el parque temático, la vida no es diversión continua, como se aparenta para los turistas, sino que va en serio.
El habitante de siempre o el inmigrante poco pueden hacer ante los privilegios financieros de algunas mafias, que acaparan locales y desertizan la calle. El parque temático tiene un precio y lo pagan los que sobreviven en los barrios turistizados; y no se paga con la tasa turística, que revierte en la Fórmula I y en publicidad para hacer a Barcelona más destino de deseo, con más despedidas de soltero, cruceros, congresos y celebraciones de empresas. Y es que en este desierto administrativo de ideas, se nos quiere hacer creer que el mejor negocio con la ciudad es venderla al mejor postor, más que seguir invirtiendo en un patrimonio físico, paisajístico y social construido con décadas de esfuerzo.
Manifestaciones cada día, contra lo recortes en todos los sectores; mareas de muchos colores. Acciones cada semana contra sacrificar el Port Vell, la Barceloneta, Ciutat Vella, Poble Sec, la Sagrada Familia, el Parc Güell y todo lo que el turismo se vaya a llevar por delante. Aún hay vecinos y vecinas, quizás una minoría, que quieren a su barrio y su gente. Y uno se pregunta ¿cuánto aguantará la capacidad de carga de la ciudad? Pero enseguida nos damos cuenta de que es una pregunta retórica: la realidad nos muestra que será hasta que no de para más, hasta que reviente. Entonces será cuando volveremos a pensar; y esperemos que no sea demasiado tarde.
Y si salimos de Barcelona, parece que, a pesar de sus problemas, en algunas ciudades hay mayor equilibrio y una gran vitalidad social y cultural: Reus, Granollers, Olot, Figueras… Y entonces nos preguntamos, ¿por qué, con tanto paro y marginación, no hay saqueos y disturbios como ya ha sucedido en en Francia, en Londres, en Estocolmo? Posiblemente sea gracias a una estructura territorial bien trabada, a unas redes sociales en las que sobresale la solidaridad, a que aún no tenemos guetos ni estamos gentrificados, a una Ley de Barrios del tripartito que mitigó los enclaves más explosivos. Y de nuevo uno se pregunta ¿hasta cuándo aguantarán los jóvenes como civilizados indignados? ¿Vamos a hacer algo para que consigan un lugar en esta sociedad en transformación o les vamos a ayudar a hacer las maletas?
Autor: Josep Maria Montaner, es arquitecto y catedrático de la ETSAB-UPC
Fuente: El País.