Fantastico film de Bryan Singer que resetea una serie que había decaído en nuestro imaginario colectivo tras la muerte del profesor Xavier, de Scott y Fénix. Estaba claro que esto no podía ser y si leísteis la patrulla X en vuestra infancia, nunca entendisteis este tono y triste cariz que tomaba la serie.
Por suerte, en el film que hoy criticamos, todo se vuelve divertido cuando en la mejor escena del film, Quicksilver hace de las suyas. No os pego el video del YouTube, porque es mejor ver la escena por primera vez y disfrutar como lo hicimos nosotros. Una escena brillante en su concepción y realización que nos deja con ganas de mas.
Toda la película tiene un planteamiento que reivindica el papel de nuestros héroes mutantes en sus arquetípicos roles. En esa lucha entre salvaguardar y proteger a la raza humana o aniquilar las amenazas que se derivan de ella contra el poder del grupo de mutantes liderado por Magneto. Aunque ¿No había otras historias en aquellos comics que os encantaron cuando erais unos críos?
En cualquier caso, los viajes en el tiempo son siempre un gran recurso a la hora de arreglar las cosas. Skynet lo tenia claro. 🙂 Muy recomendable.
Llevaba unos meses sin terminar esta novela de Carl Sagan. Como sabeis, Sagan fue, un gran científico divulgador, que nos hizo disfrutar con Cosmos, aquella serie de documentales de los 80’s que debatía, y cito textualmente de la wiki, la historia de la astronomía y de la ciencia, el origen de la vida, el conocimiento sobre el lugar que ocupa nuestra especie y nuestro planeta en el universo, las modernas visiones de la cosmología y las últimas noticias de la exploración espacial; en particular, las misiones Voyager.
Sin duda fué una gran serie, al igual que lo esta siendo la nueva versión que se esta emitiendo estas semanas. Una magnifica oportunidad, de desbrozar la mente de paja y superstición y zambullirse en la maravilla de la ciencia como jamas hemos visto. Dicho, esto que tal vez sea una disgresion, me viene a cuento porque a veces, las casualidades existen y el hecho de que lleve meses sin acabar un libro del padre de la serie Cosmos y alguien presumiblemente ajeno a estos temas, me pregunte por la nueva versión de la serie, es sin duda una coincidencia digna de mi atención.
El libro, no es la mejor novela de ciencia ficción que podáis encontrar pero nos muestra la calidad de la mente que la escribió. Sus sueños y pasiones y la esperanza que trasnsmite en nuestra civilización es un aliciente más en los días de absurdidad e indignación que en este país nos ha tocado vivir.
Seguramente ya habréis visto la muy digna película protagonizada por Jodie Foster, por lo que ya sabeis de que va. Os recomiendo la novela, por la honestidad de sus planteamientos, por la claridad de su discurso y por tal vez, la ingenuidad con la que Sagan nos describe a esos inquisitores lideres religiosos y zafios políticos que básicamente, en nuestra civilización, solo sirven para emponzoñar todo lo que tocan.
«En Mozambique se dice que los monos no hablan porque saben que, si llegan a articular una sola palabra, el hombre los pondrá a trabajar.»
Para los que les gustan las películas de cine con historia detrás, con una buena fotografía y una gran banda sonora, os recomiendo esta película de Ben Stiller que se estrenó en 2013 y que ahora se puede adquirir en DVD o Blu-Ray. Creo que tal vez sea una de las mejores películas del año pasado y que se sale del registro habitual en estos últimos tiempos en el cine de Hollywood, plagado de superhéroes de la Marvel.
Cuenta con magnificos actores que nos cuentan una tierna historia llena de la hermosura de las cosas hechas con el corazón. Con un Ben Stiller, alejado de sus roles al uso, con el que nos iremos de viaje iniciático en la búsqueda de un fotógrafo de los de antes. El ultimo fotógrafo de la revista Life, de los que todavía tiran con película de negativo y con una bella cámara Nikon F3/T.
Una película que habla de negativos extraviados y de fotógrafos de otro tiempo. Que nos cuenta el fin de una era, para la revista en papel LIFE, que fue el gran escaparate de su tiempo y que tristemente desapareció en 2007. Un viaje de descubrimiento interior al que todos deberíamos prestar atención. Al fin y al cabo, un buen despido, jubilación o cambio en tu vida puede ser una magnífica oportunidad de encontrarnos a nosotros mismos.
Os traigo un par de temas del film. El que mas me gusta es «Wake up» del grupo Arcade fire y el Space Oditty de Bowie. En este caso, la versión del cantante canadiense Chris Hadfield, que a la hora de hacer este cover, se lo curró bastante con los decorados y eso…, 😉
Mi necesidad de seguir un comportamiento homicida a escala masiva no puede remediarse, pero no tengo otra forma de realizarme.
Existe la idea de que un tal Patrick Bateman es una especie de abstracción, porque yo no existo de verdad…sino solo como ente, como algo ilusorio. Y aunque pueda ocultarte mi mirada fria, si me das la mano notaras que mi carne roza la tuya e incluso tal vez intuyas que es probable que tengamos estilos de vida parecidos… Pero yo, sencillamente, no estoy. Tengo todas las caracteristicas de un ser humano. Carne, sangre, piel, pelo… Pero ni una sola emoción clara e identificable, excepto la avaricia y aversión. Esta ocurriendo algo terrible dentro de mi. Y no sé por qué. Mis sangrientas lujurias nocturnas están empezando a apoderarse de mí. Me siento letal, al borde del frenesí. Creo que mi máscara de salud mental está a punto de desmoronarse…
Estoy a punto de cabrearme al llegar a «Espace», porque estoy convencido de que no nos van a dar una mesa decente, pero nos la dan, y el alivio me envuelve como a una ola impresionante.
Creo que mi máscara de salud mental está a punto de desvanecerse.
Me siento como un monstruo contemporáneo envuelto en una malsana envidia y un materialismo feroz.
Eres una jodida puta fea. Voy a matarte a navajazos y luego jugaré con tu sangre.
Me agrada diseccionar mujeres ¿Tú crees que estoy completamente loco?
Tengo que ir a devolver unas cintas de video
¡Esta noche he tenido que matar a mucha gente!
Camarero: -¿Le gustaría oír a usted las especialidades para hoy de la casa? Patrick Bateman: -No si quieres conservar tu brazo.»
Soy un jodido psicópata malvado
Intenta conseguir una reserva en el Dorsia ahora,maldito cabronazo.
The Bang Bang Club fue una etiqueta asociada principalmente con cuatro fotógrafos activos en los municipios de Sudáfrica entre 1990 y 1994, durante la transición del sistema de apartheid al gobierno basado en el sufragio universal. Este período vió mucha violencia entre facciones negras, sobre todo, los combates entre la ANC y el IFP, tras el levantamiento de las prohibiciones de ambos partidos políticos.
Kevin Carter, Greg Marinovich, Ken Oosterbroek, y João Silva fueron los cuatro fotógrafos asociadas con el nombre, aunque un número indeterminado de fotógrafos y reporteros gráficos trabajó junto a ellos (como James Nachtwey y Gary Bernard).
El nombre de » The Bang Bang Club» nació a partir de un artículo publicado en la revista sudafricana Living. Originalmente llamado The Bang Bang Paparazzi , fue cambiado a » Club» debido a que los miembros consideraron que la palabra paparazzi tergiversaba su trabajo. El nombre proviene de la propia cultura en que vivian. Los residentes de los municipios hablaron a los fotógrafos sobre el » bang-bang «, en referencia a la violencia que ocurre dentro de sus comunidades , pero más literalmente, » bang-bang » se referia al sonido de los disparos y es un término coloquial utilizado por los fotógrafos de conflicto.
Sus fotografías en aquellos años convulsos en Sudáfrica, contribuyeron a desenmascarar la guerra sucia de las fuerzas de seguridad del gobierno blanco, que proporcionaban armas y entrenamiento a las facciones rivales, a cambio de colaborar con ellos en el intento de destruir al partido de Nelson Mandela, el Congreso Nacional Africano o CNA.
Dos miembros del club ganaron el premio Pulitzer por sus fotografías. Greg Marinovich ganó el Pulitzer de Spot News Photography en 1991 por su cobertura de la matanza de Lindsaye Tshabalala en 1990. Kevin Carter ganó el Pulitzer de Fotografía en 1994 por su fotografía, en 1993 de un buitre que parecía estar acechando a una niña casi muerta de hambre en un campamento de ayuda humanitaria en el sur de Sudán.
“Noté que el sol se encontraba detrás del hombre en llamas”, escribió el fotógrafo Greg Marinovich respecto a cómo capturó el momento que lo hizo ganar el Premio Pulitzer en 1991. “El medidor de luz de la cámara no funcionaba por lo que abrí la rendija completamente: f5.6 debería ser suficiente”.
El 18 de abril de 1994, durante un tiroteo entre la Fuerza de Pacificación Nacional y africanos partidarios del Congreso Nacional en el municipio Thokoza , fuego amigo mató a Oosterbroek e hirió gravemente a Marinovich .
En julio de 1994 , dos meses mas tarde de la muerto de Oosterbroek, Carter se suicidó. El 23 de octubre de 2010, Silva pisó una mina mientras patrullaba con soldados estadounidenses en Kandahar, Afganistán y perdió ambas piernas por debajo de la rodilla. Se trataba de la segunda vez que habia sido herido en una zona de guerra.
Publicado en el 2000, el libro El club del bang bang, es considerado de lectura obligada para cualquier periodista que se dedique al fotoreportaje o en cualquier caso, a realizar su trabajo en zonas de conflicto.
Una película sobre el grupo, dirigido por Steven Silver y protagonizada por Taylor Kitsch, Ryan Phillippe y Malin Akerman, se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2010.
Yo la vi ayer y me impresionó por la gran historia de estos héroes casi siempre anónimos. Ahora busco el libro de forma compulsiva. Este post, es solo un refrito. Una pincelada de las vidas desgarradoras de estos cuatro fotógrafos que podeis encontrar en la web a poco que escarveis.
. El gordo y el flaco fue el nombre que se le puso en español al famoso dúo cómico Laurel & Hardy, formado por el actor estadounidense Oliver Hardy (el gordo) y el actor inglés Stan Laurel (el flaco), en este video los vemos bailando al son del clásico «Oye como Va» de Carlos Santana.
Un fantástico montaje con fragmentos de los musicales clásicos de Hollywood, en el que podemos ver a Rita Hayworth, Fred Astaire, Gene Kelly, Frank Sinatra y muchos mas bailando al ritmo de la música de «Stayin’ Alive», la famosa canción disco de los Bee Gees compuesta para la banda sonora de la película Saturday Night Fever.
Se han acabado los periodos de silencio, quien va andando no produce pensamientos caminados, va consumiendo algo que sale de su mp3 y le entra por los oídos, el que viaja en metro aprovecha el trayecto para hablar por teléfono o para responder un e-mail, y cualquier momento libre se rellena con la información ilimitada que produce la pantalla del teléfono o de la tableta. Nadie tiene paciencia ya para sentarse a oír un álbum de música completo, hay tiempo para oír una sola canción, que se vende en iTunes por separado; el disco entero nos roba el tiempo que podríamos aprovechar consumiendo otra cosa.
Lo mismo pasa con el cine, comprometerse durante dos horas eternas con una película parece excesivo, si se tienen las series de televisión que vienen dosificadas en cómodas cápsulas de 45 minutos, cápsulas asépticas como las de la máquina de Nespresso, que nos ahorran el tiempo que nos tomaría el lidiar con la cafetera manual, y el esfuerzo de enfrentarnos con la monserga del café molido. Y con los periódicos empieza a suceder lo mismo, ya no se lee el periódico, se leen dos o tres noticias extirpadas del corpus, troceadas en links, y para los libros cada vez hay más plataformas que ofrecen textos breves, que puedan leerse en la pantalla del teléfono en un trayecto de autobús. Todo el tiempo que se ahorra en no oír discos completos, ni ver películas largas, ni leer libros gruesos, ¿en qué se aplica?: en consumir más fragmentos: una partida de Angry Birds, una noticia extirpada del periódico, un paseo por el timeline de Twitter, etcétera.
Este nuevo mundo vertiginoso, este ir y venir permanentemente de un fragmento a otro, es el único que conocen los niños contemporáneos, que viven en tránsito del iPad a la Playstation y cuando logran escapar de ese bucle, sus padres, convencidos de que la hiperactividad del siglo XXI es una cosa positiva, y aterrorizados ante la posibilidad de que su hijo se aburra, lo llevan a un cursillo de karate, de tenis, a clases de natación, de inglés o chino, a cualquier actividad que impida que el niño esté sin hacer nada.
La hiperactividad de nuestro siglo es tan potente que ya el significado de la palabra ocio, que quería decir estar sin hacer nada, hoy significa tirarse en canoa por los rápidos de un río, ir a África de safari fotográfico, recorrer 10 kilómetros con la técnica del senderismo o ver, de una sentada, una temporada completa de Breaking Bad. Frente a este panorama de vértigo, ¿en dónde queda Montaigne, ese señor sentado en una silla, sin hacer nada más que reflexionar?
Tanta hiperactividad debería ser contrapesada con periodos de inactividad, de silencio, de concentración en una sola idea; porque de esos periodos de calma, de aburrimiento incluso, salen las grandes obras, detrás de cada poema, de cada sinfonía o novela, de cada lienzo, hay una persona que ha pasado largos periodos sin hacer nada. Lo mínimo que va a quedarnos de esta era proclive a los fragmentos, llena de niños sobre estimulados, que no tienen espacios para la reflexión y el silencio, es un mundo sin artistas.
Jaja, la vimos de estreno en Bilbao, en la primera sesión, despues de zamparnos un buen chuletón. Nada mejor para pasar la tarde que conociendo a los estimados frikies de Bilbao. El que teníamos detrás, repetia palabras inconexas, en los puntos algidos de la proyección, para darle mas énfasis zombie a la cuestión. Casi estoy por pensar que estaba en plena mutación.
Pues vamos, a ver, si os gustan las peliculas de Zombies, debeis ir a verla porque es una gran pelicula de Hollywood, llena de acción y aventura. Si os gusta Brad Pitt, no os la debeis perder. Sale en todos los planos, en todos los fregados, es el protagonista absoluto y sus rizos se desparraman por todo el film.
Ahora bien, si os leisteis el libro, sabed que salvo algún detalle del recorrido del protagonista, la trama no tiene nada que ver con el relato periodistico que os hizo vibrar. No hay nada de aquel documento que nos describía los avatares de la Guerra mundial contra los Zombies y en absoluto se parece a lo que vereis en el cine.
Supongo que la trama hubiese sido imposible de reflejar en un solo film. Tal vez deberían de haber hecho una trilogia, como las de Peter Jackson y el Señor de los anillos, pero claro, los zombies no son tan fotogenicos como los Orcos ¿o tal vez si? Creo que ha sido una oportunidad perdida.
Del final no vamos a hablar. ¿Es un final abierto? ¿para hacer una continuación? ¿O es un final cerrado que se carga cualquier posibilidad de secuela? No nos ha gustado el giro que lleva a la finalización del film, cuando lo que nos emocionó del libro fueron esas batallas contra los zombies, esos holocaustos de muerte y desesperación que solo se atisban en la pelicula.
Mi recomendación es que la veais, y a continuación os leais el libro para flipar de verdad con la terrorífica historia real de la Guerra Mundial Z de su autor, Max Brooks. Y sobre todo, lo que hubiese estado bien, lo que habria dado un plus a la pelicula, hubiese sido que los Zombies se comieran a alguien de la familia perfecta de Brad, principalmente a la mujer o tal vez a una de las hijas. Esa familia al gusto del inmaculado stablishment blanco americano, que parece rescatada de aquella mítica serie de la casa de la pradera, chirría por todos los lados.