Escenario: Tienes que hacer un viaje en avión.
• Año 1969: Te dan de comer, de beber y los periódicos que quieras. Todo servido por azafatas espectaculares.
• Año 2009: Entras en el avión abrochándote el cinturón de los pantalones que te han hecho quitar para pasar el control, te sientan en una butaca en la que si respiras profundo le metes el codo en el ojo al de al lado y si tienes sed el azafato te ofrece una carta con cuatro latas a precio de oro. Si protestas, cuando aterrizas te meten el dedo por el culo para ver si llevas drogas.
Escenario: Disciplina escolar.
• Año 1969: Haces una putada en clase. El profesor te mete dos hostias, y, al llegar a tu casa, tu padre te arrea otras dos.
• Año 2009: Haces una putada en clase. El profesor te pide disculpas. Tu padre le monta un pollo al profesor y a ti, para que se te pase el disgusto, te compra una moto.
Escenario: Fran y Marcos se reparten unos puñetazos después de clase.
• Año 1969: Los compañeros los animan, Marcos gana. Se dan la mano y terminan siendo colegas.
• Año 2009: La escuela se cierra. Tele5 proclama el mes antiviolencia escolar. El periódico 20 Minutos dedica cinco columnas al asunto, y Antena 3 aposta (de nuevo) a Matías Prats, en pleno temporal, frente a la puerta del colegio, para presentar el telediario.
Escenario: Luis, jugando a la pelota, rompe el cristal de un coche en el barrio; su padre saca el cinturón y le da un par de correazos.
• Año 1969: Luis aprende la lección y tiene más cuidado la próxima vez, crece normalmente, va a la universidad y se convierte en un hombre de negocios con éxito.
• Año 2009: Arrestan al padre de Luis por maltrato a menores. Sin la figura paterna, Luis se une a una banda callejera. Los psicólogos convencen a su hermana de que el padre abusaba de ella, y lo mantienen en la cárcel de por vida. La madre de Luis se enrolla con el psicólogo. Mercedes Milá abre la final de Gran Hermano con un discurso relativo a la noticia.
Escenario: Juan se cae mientras echaba una carrera y se araña en la rodilla. Su profesora, María, se lo encuentra llorando al borde del camino. María lo abraza para confortarlo.
• Año 1969: Al poco rato, Juan se siente mejor y sigue jugando.
• Año 2009: María es acusada de perversión de menores y se va al paro. Se enfrenta a tres años de cárcel. Juan se pasa cinco años de terapia en terapia. Sus padres demandan al colegio por negligencia y a la profesora por trauma emocional, ganando ambos juicios. María, en paro y endeudada, se suicida tirándose de un edificio. Cuando aterriza, lo hace encima de un coche y también rompe una maceta. El dueño del coche y el dueño de la planta demandan a los herederos de María por destrucción de la propiedad (y ganan). Tele5 y Antena 3 coproducen el telefilm, y, definitivamente, el plató de los informativos queda ya emplazado en medio de la calle.
Escenario: El fin de las vacaciones.
• Año 1969: Después de chuparse una caravana del copón, con toda la familia metida en un seiscientos, tras un mes de vacaciones en un apartamento cochambroso de la costa, se terminan las vacaciones. Al día siguiente, se trabaja normalmente, y no pasa nada.
• Año 2009: Después de volver de Cancún, de un viaje con todos los gastos pagados, la gente sufre trastornos del sueño, avitaminosis, cefaleas, depresión y amenorrea.
Conclusión: Nos hemos vuelto gilipollas.
Fuente: Mail recibido.







Las bombillas de bajo consumo se están imponiendo poco a poco en nuestros hogares, suponen un paso adelante en la sostenibilidad medioambiental, consumen menos energía que las incandescentes o tradicionales, el uso de una bombilla de bajo consumo, en lugar de una tradicional, supone una emisión de 20 kilos menos de CO2 a la atmósfera.
El accidente de Chernóbil no fue técnicamente una explosión nuclear, sino una explosión del vapor acumulado dentro del núcleo por una sucesión de negligencias y fallos de diseño. Cuando el reactor reventó quedó expuesto al aire y de su interior escapó, se calcula, el 3,5% del material radiactivo. Es decir, que todavía queda dentro casi el 95% del combustible nuclear, lo que da una idea de la magnitud del desastre que estuvo a punto de devastar media Europa. Los isótopos del yodo 131, los que se alojan en la glándula tiroides, el que provocó tantos cánceres, comenzaron a evaporarse a los ocho días del accidente. Dentro de unos cinco años se disiparán los de estroncio 90 y cesio 137, tremendamente contaminantes. Pero el plutonio 239, la principal amenaza que escapó del reactor número cuatro, ese no se irá hasta dentro de 24.000 años.
A esa masa incandescente, ese corium como le llaman algunos científicos, ese elemento nuevo que sigue ahí dentro del reactor, latente, le llaman la materia de los seis extremos: extremadamente potente, extremadamente caliente, extremadamente densa, extremadamente corrosiva, extremadamente tóxica y extremadamente radiactiva. Valery reconoce que aunque llevan 26 años estudiándolo, midiendo su temperatura, la humedad, la densidad, su concentración de gases, el nivel de rayos gamma y beta, no tienen ni idea de cómo evolucionará. Es como un monstruo incubándose dentro de un enorme sarcófago de cemento construido a marchas forzadas. El sellado del ataúd de hormigón se está resquebrajando, así que se está construyendo uno nuevo, mucho más grande, y que pretende enterrar el magma nuclear durante otros 100 años. “Realmente estamos postergando la decisión de qué se hace con el reactor número cuatro, aplazando la solución hasta que se desarrolle una nueva técnica, una nueva fórmula pata tratar ese magma nuclear, algún tipo de contenedor, no sé, algo”. Y lo dice el director general adjunto de la central nuclear de Chernóbil, el hombre encargado de desmantelar la instalación, el responsable de que eso que sigue ahí dentro siga ahí dentro. Asusta…
