Desde noviembre de 2010, cuando se consagró el templo de la Sagrada Familia, ya se puede visitar su interior y admirar uno de los lugares mas alucinantes creados por la mano del hombre. Sin duda la obra de Gaudi traspasa los lindes de su fe, para convertirse en un icono del arte, de la arquitectura y de la naturaleza reflejado en un templo de una belleza sublime.
Cuando traspasamos las puertas, y penetramos en la nave, nos parece recorrer un bosque primordial. Un caleidoscopio de simetrias imposibles abarca una visión que nos lleva a mirar hacia arriba. Siempre hacia arriba, en un mudo acto de reverencia y admiración por la belleza que contemplamos. Por la contemplacion de la gracia del bosque original que nos lleva a un cielo de luz.
Una belleza sobria, diáfana, contenida en su expresión pero poderosa en su concepción. Hay detalles que parecen salidos de obras de arquitectura contemporanea, otros parecen recordarnos los usos de la edad media. El conjunto se abre a nuestros ojos, con mucho que explicar y recordar. Nos pide una mayor concreción. Un mayor esfuerzo para entender la pasión que esconde cada capitel, cada columna, cada pieza arquitectonica.
Soberbio sería una descripción banal. Siglos venideros le darán la dimensión que se merece. Me parece una joya arquitectonica recien iluminada. Un paseo sutil sobre una caligrafia hecha de piedra pulida. Las fotos no le hacen justicia, hay muchas imagenes mas, que escapan al querer atraparlas. Que se desvanecen entre las luces del templo.
¿Cuanto tiempo aguantaran esas columnas de porfirio? ¿Cuantos miles de años deben resistir? Esta previsto acabar las obras allá en el 2030. Tal vez lo veamos, tal vez no. El templo se erguirá magnifico como un faro. El tunel del ave, discurre cerca y sus vibraciones estaran allí, dia a dia. Mientras tanto, y hasta que finalicen las obras, acceder a la nave central cuesta 13 €.
Demasiado dinero si esperas volver cada semana o cada dia para ver la obra de Gaudí. Ese genio que nos envia su legado desde el siglo XIX. Nunca nada tan viejo, fue tan moderno. Si vivis en Japón y leeis esto, ya sabeis lo que debeis hacer. Sentis una llamada irrefrenable para vislumbrar algo que se escapa a la comprensión. Solo debeis venir y comtemplar el vacio luminoso del bosque, entre los arboles, sus ramas, las hojas …
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