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Una odisea esta siendo esta restauración. Y por motivos ajenos a mi voluntad. Hace un par de findes, la saqué a pasear por el barrio gotico y los aledaños de la plaça Sant Jaume, fotografiando con una cámara de hace 40 años que adquirí en un rastrillo. Y nos lo pasamos muy bien haciendo un photowalk con un carrete de 36 fotos en blanco y negro.
Ahora bien, a partir de ese momento todo fué a peor. Llevé el carrete a Fotoprix para revelarlo y para que me hicieran un CD. Todo por 10,05 €. Tras unos días de espera recibí un cd que solo me sirve de posavasos. Lo probé en varios ordenadores sin conseguir leerlo en ninguno. A continuación miré los negativos y un odio cerval a los laboratorios fotográficos que creía olvidado en la noche de los tiempos, resurgió en todo su esplendor.
Los macacos del laboratorio, me habían cortado los negativos en tiras de cuatro sin respetar las fotos ni sus espacios. Simplemente, por donde mejor les pareció, cortaron en absurdas diagonales que estropeaban cualquier toma que estuviera a su alcance. Indignado para siempre con una compañía que teóricamente debe dar un servicio profesional, solo pude darle mi feedback al chaval de la tienda y despedirme de él para siempre jamas.
No he hecho un titular, porque los franquiciados y sus negocios, no tienen ninguna culpa de los desaguisados de su laboratorio y en la tienda a la que iba, siempre me trataron muy bien. No puedo entender como alguien puede tratar un soporte tan delicado como son los negativos fotográficos con tan poca profesionalidad y rigor. Del CD, para que hablar…
Dispuesto a no dejarme desmotivar por la adversidad, monte de nuevo el escanner de negativos que esperaba no tener que usar más, de lo harto que acabe hará ya un par de años. A continuación os pongo los resultados. El scanner arrastra la suciedad de cientos de carretes del siglo pasado y resalta las ralladuras, imperfecciones y polvo que abundan en la atmosfera de mi habitación resultando una tarea frustrante y tediosa, el escanear un solo carrete.
En realidad esta aventura analógica, tiene para mí el objetivo de obtener los magnificos resultados que la Ricoh GR obtiene en blanco y negro pero a un precio irrisorio, a la vez que rescato viejas y bellas cámaras del ostracismo de décadas. Ahora creo haber descubierto un laboratorio en el barrio de Gracia que tal vez colme mis expectativas, ya os contaré. De momento, mirad las fotos. (Otro approach, podría ser configurar mi E-pl2 para conseguir lo mismo, pero seguramente me perdería entre los recovecos de los menus. Ya probaré.)
En general, las pruebas no son tan nítidas como las de la Olympus 35 RC que os mostré hace unos días y enfocar de forma precisa tiene más dificultades al no disponer de telémetro. También, al solo tener dos velocidades, 1/40 s ó 1/200 s, la cámara no es la mejor para tomas instantáneas en condiciones inciertas. Viendo las muchas fotos movidas o desenfocadas, no puedo dejar de admirar el gran trabajo que realizaba mi padre, usando una cámara Regula que algún dia habré de rescatar.
Aun asi, la cámara se ha portado estupendamente, los sellos que puse han hecho su trabajo. Los automatismos van finos y es una cámara perfectamente funcional. No se puede pedir mas por 25€ que me costó. 😉