No teneis escapatoria y si la Parca visitó ayer a Gabo y se lo llevó para su Cartagena, Barranquilla o Macondo ideal, tened por seguro que vosotros no escapareis. El autor de la tal vez mejor novela de todos los tiempos en castellano, «Cien años de soledad», es sin duda un personaje inmortal pero aun asi, no escapó ni supo como evitar un traspaso que hacia días que se barruntaba.
Gabriel Garcia Marquez, falleció ayer y nosotros le rendimos homenaje como solo uno de nuestros mayores héroes se puede merecer. El escritor capaz de realizar una obra como la novela que le llevó a la fama y que traspasa los limites de la literatura para adentrarnos en el viaje por un espacio-tiempo mágico que solo entrevemos cuando nos mecemos en la noche y soñamos.
El nos dedicó lo mejor de si mismo, su mejor obra, en una fiesta para la cultura y el idioma que reinventa e ilumina. Nos transporta a una nueva frontera entre el viejo y el nuevo mundo donde las referencias nos abrazan dándonos abrigo y esperanza. Si Gabo nos amó, tal vez tengamos aun alguna oportunidad. Solo debemos intentar estar a la altura de un maestro universal.
El lo consiguió todo y su vida valió mucho la pena. Y si un pendejo como Vargas, le dio un puñetazo es porque lo hizo bien. Soberanamente bien. De puta madre, carajo !!.
Mi necesidad de seguir un comportamiento homicida a escala masiva no puede remediarse, pero no tengo otra forma de realizarme.
Existe la idea de que un tal Patrick Bateman es una especie de abstracción, porque yo no existo de verdad…sino solo como ente, como algo ilusorio. Y aunque pueda ocultarte mi mirada fria, si me das la mano notaras que mi carne roza la tuya e incluso tal vez intuyas que es probable que tengamos estilos de vida parecidos… Pero yo, sencillamente, no estoy. Tengo todas las caracteristicas de un ser humano. Carne, sangre, piel, pelo… Pero ni una sola emoción clara e identificable, excepto la avaricia y aversión. Esta ocurriendo algo terrible dentro de mi. Y no sé por qué. Mis sangrientas lujurias nocturnas están empezando a apoderarse de mí. Me siento letal, al borde del frenesí. Creo que mi máscara de salud mental está a punto de desmoronarse…
Estoy a punto de cabrearme al llegar a «Espace», porque estoy convencido de que no nos van a dar una mesa decente, pero nos la dan, y el alivio me envuelve como a una ola impresionante.
Creo que mi máscara de salud mental está a punto de desvanecerse.
Me siento como un monstruo contemporáneo envuelto en una malsana envidia y un materialismo feroz.
Eres una jodida puta fea. Voy a matarte a navajazos y luego jugaré con tu sangre.
Me agrada diseccionar mujeres ¿Tú crees que estoy completamente loco?
Tengo que ir a devolver unas cintas de video
¡Esta noche he tenido que matar a mucha gente!
Camarero: -¿Le gustaría oír a usted las especialidades para hoy de la casa? Patrick Bateman: -No si quieres conservar tu brazo.»
Soy un jodido psicópata malvado
Intenta conseguir una reserva en el Dorsia ahora,maldito cabronazo.
No debe estar cuantificado el intangible impacto que la Wikipedia ha tenido en nuestras vidas. Probablemente nunca habréis pensado en la gran ventaja que ha supuesto para la humanidad, el disponer de un acceso inmediato al conocimiento de nuestra civilización, de nuestros pueblos, culturas o pensamientos.
Por supuesto esto es solo el comienzo y a pesar de los turbulentos tiempos en los que nos ha tocado vivir, la Wikipedia nos aporta la esperanza necesaria para creer en un mañana donde nuestra civilización sea mas libre, solidaria y justa.
La Fundación, cuna y motor de la Enciclopedia Galactica, necesita fondos para continuar. Hari Sheldon os reclama unos pocos créditos para seguir contribuyendo e invirtiendo en el progreso de la humanidad. La expansión y el futuro de la Galaxia dependen de ello. Yo ya he donado.
The Bang Bang Club fue una etiqueta asociada principalmente con cuatro fotógrafos activos en los municipios de Sudáfrica entre 1990 y 1994, durante la transición del sistema de apartheid al gobierno basado en el sufragio universal. Este período vió mucha violencia entre facciones negras, sobre todo, los combates entre la ANC y el IFP, tras el levantamiento de las prohibiciones de ambos partidos políticos.
Kevin Carter, Greg Marinovich, Ken Oosterbroek, y João Silva fueron los cuatro fotógrafos asociadas con el nombre, aunque un número indeterminado de fotógrafos y reporteros gráficos trabajó junto a ellos (como James Nachtwey y Gary Bernard).
El nombre de » The Bang Bang Club» nació a partir de un artículo publicado en la revista sudafricana Living. Originalmente llamado The Bang Bang Paparazzi , fue cambiado a » Club» debido a que los miembros consideraron que la palabra paparazzi tergiversaba su trabajo. El nombre proviene de la propia cultura en que vivian. Los residentes de los municipios hablaron a los fotógrafos sobre el » bang-bang «, en referencia a la violencia que ocurre dentro de sus comunidades , pero más literalmente, » bang-bang » se referia al sonido de los disparos y es un término coloquial utilizado por los fotógrafos de conflicto.
Sus fotografías en aquellos años convulsos en Sudáfrica, contribuyeron a desenmascarar la guerra sucia de las fuerzas de seguridad del gobierno blanco, que proporcionaban armas y entrenamiento a las facciones rivales, a cambio de colaborar con ellos en el intento de destruir al partido de Nelson Mandela, el Congreso Nacional Africano o CNA.
Dos miembros del club ganaron el premio Pulitzer por sus fotografías. Greg Marinovich ganó el Pulitzer de Spot News Photography en 1991 por su cobertura de la matanza de Lindsaye Tshabalala en 1990. Kevin Carter ganó el Pulitzer de Fotografía en 1994 por su fotografía, en 1993 de un buitre que parecía estar acechando a una niña casi muerta de hambre en un campamento de ayuda humanitaria en el sur de Sudán.
“Noté que el sol se encontraba detrás del hombre en llamas”, escribió el fotógrafo Greg Marinovich respecto a cómo capturó el momento que lo hizo ganar el Premio Pulitzer en 1991. “El medidor de luz de la cámara no funcionaba por lo que abrí la rendija completamente: f5.6 debería ser suficiente”.
El 18 de abril de 1994, durante un tiroteo entre la Fuerza de Pacificación Nacional y africanos partidarios del Congreso Nacional en el municipio Thokoza , fuego amigo mató a Oosterbroek e hirió gravemente a Marinovich .
En julio de 1994 , dos meses mas tarde de la muerto de Oosterbroek, Carter se suicidó. El 23 de octubre de 2010, Silva pisó una mina mientras patrullaba con soldados estadounidenses en Kandahar, Afganistán y perdió ambas piernas por debajo de la rodilla. Se trataba de la segunda vez que habia sido herido en una zona de guerra.
Publicado en el 2000, el libro El club del bang bang, es considerado de lectura obligada para cualquier periodista que se dedique al fotoreportaje o en cualquier caso, a realizar su trabajo en zonas de conflicto.
Una película sobre el grupo, dirigido por Steven Silver y protagonizada por Taylor Kitsch, Ryan Phillippe y Malin Akerman, se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2010.
Yo la vi ayer y me impresionó por la gran historia de estos héroes casi siempre anónimos. Ahora busco el libro de forma compulsiva. Este post, es solo un refrito. Una pincelada de las vidas desgarradoras de estos cuatro fotógrafos que podeis encontrar en la web a poco que escarveis.
El 22.11.2013 se cumplen 50 años del asesinato del 35º presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, a manos de Lee Harvey Oswald.
Pero no es de John F. Kennedy y de su asesinato de lo que quiero hablar si no de la penúltima novela del maestro Stephen King titulada 22/11/63, la fecha del asesinato de J.F.K.
Stephen King hace tiempo que tiene un lugar destacado en el Olimpo de escritores, es el autor de obras maestras como: It, El misterio de Salem’s Lot, Cementerio de animales, Cujo, Misery, Dolores Claiborne y muchas más aterradoras novelas que devore en mi tierna infancia. Pero después de algunos desencuentros que tuvimos, deje de leer sus libros. Sin embargo siempre estuvo presente en mi memoria y cuando me llegaron comentarios muy positivos sobre su novela 22/11/63 me apeteció volver a leer al maestro.
La comencé con un poco de reparo porque trata sobre los viajes en el tiempo y este es un tema muy trillado que para mí acostumbra a ser confuso y pesado, sin embargo en esta novela King lo presenta de una manera original y sencilla.
Como ejemplo solo tres apuntes, el viaje nos lleva siempre al mismo lugar y fecha del pasado, en el presente solo pasan unos minutos aunque estés años en el pasado y por último, cada vez que vuelves al pasado se produce un reset de las actuaciones anteriores del viajero en el tiempo.
Con estos principios, King nos cuenta una historia original que te engancha de principio a fin, transcurre en la época del asesinato de J.F.K y nos muestra magistralmente cómo eran los EEUU de finales de los 50 y principios de los 60.
Si hay algo que objetar a la novela es que en la parte central nos cuenta muchas cosas de las que podríamos prescindir y ahorrarnos algunas de las 859 páginas que tiene la edición de bolsillo. Sin embargo, para mí, este es uno de los grandes libros de Stephen King.
El 7 de noviembre de 2013 se cumple el centenario del nacimiento de Albert Camus (1913 – 1960), fue un novelista, ensayista, dramaturgo, filósofo y periodista francés nacido en Argelia en una familia de colonos franceses (pieds-noirs).
Camus murió el 4 de enero de 1960 a los 47 años, en un accidente de coche cerca de Le Petit-Villeblevin, sobre cuyas causas se han publicado posteriormente especulaciones no confirmadas.
Entre su variada obra destacan obras maestras como El extranjero (1942) y La peste (1947), desarrolló un humanismo fundado en la conciencia del absurdo de la condición humana. En 1957, a la edad de 44 años, se le concedió el Premio Nobel de Literatura por el conjunto de una obra que pone de relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres de hoy.
Desde aquí recordamos algunas de las citas de Albert Camus, un intelectual que hablaba alto y claro pero que calló demasiado pronto.
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“La única manera de lidiar con este mundo sin libertad es volverte tan absolutamente libre que tu mera existencia sea un acto de rebelión”
“Llega siempre un tiempo en que hay que elegir entre la contemplación y la acción”
“Ellos mandan hoy… ¡porque tú obedeces!”
“Cada vez que un hombre en el mundo es encadenado, nosotros estamos encadenados a él. La libertad debe ser para todos o para nadie”
“Todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro”
“El gran Cartago lideró tres guerras: después de la primera seguía teniendo poder; después de la segunda seguía siendo habitable; después de la tercera ya no se encuentra en el mapa”
“He comprendido que hay dos verdades, una de las cuales jamás debe ser dicha”
“En estos momentos están poniendo bombas en los tranvías de Argel. Mi madre puede estar en uno de esos tranvías. Si la justicia es eso, prefiero a mi madre”
“Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa”
“Puede que lo que hacemos no traiga siempre la felicidad, pero si no hacemos nada, no habrá felicidad”
“El acto más importante que realizamos cada día es tomar la decisión de no suicidarnos”
Se han acabado los periodos de silencio, quien va andando no produce pensamientos caminados, va consumiendo algo que sale de su mp3 y le entra por los oídos, el que viaja en metro aprovecha el trayecto para hablar por teléfono o para responder un e-mail, y cualquier momento libre se rellena con la información ilimitada que produce la pantalla del teléfono o de la tableta. Nadie tiene paciencia ya para sentarse a oír un álbum de música completo, hay tiempo para oír una sola canción, que se vende en iTunes por separado; el disco entero nos roba el tiempo que podríamos aprovechar consumiendo otra cosa.
Lo mismo pasa con el cine, comprometerse durante dos horas eternas con una película parece excesivo, si se tienen las series de televisión que vienen dosificadas en cómodas cápsulas de 45 minutos, cápsulas asépticas como las de la máquina de Nespresso, que nos ahorran el tiempo que nos tomaría el lidiar con la cafetera manual, y el esfuerzo de enfrentarnos con la monserga del café molido. Y con los periódicos empieza a suceder lo mismo, ya no se lee el periódico, se leen dos o tres noticias extirpadas del corpus, troceadas en links, y para los libros cada vez hay más plataformas que ofrecen textos breves, que puedan leerse en la pantalla del teléfono en un trayecto de autobús. Todo el tiempo que se ahorra en no oír discos completos, ni ver películas largas, ni leer libros gruesos, ¿en qué se aplica?: en consumir más fragmentos: una partida de Angry Birds, una noticia extirpada del periódico, un paseo por el timeline de Twitter, etcétera.
Este nuevo mundo vertiginoso, este ir y venir permanentemente de un fragmento a otro, es el único que conocen los niños contemporáneos, que viven en tránsito del iPad a la Playstation y cuando logran escapar de ese bucle, sus padres, convencidos de que la hiperactividad del siglo XXI es una cosa positiva, y aterrorizados ante la posibilidad de que su hijo se aburra, lo llevan a un cursillo de karate, de tenis, a clases de natación, de inglés o chino, a cualquier actividad que impida que el niño esté sin hacer nada.
La hiperactividad de nuestro siglo es tan potente que ya el significado de la palabra ocio, que quería decir estar sin hacer nada, hoy significa tirarse en canoa por los rápidos de un río, ir a África de safari fotográfico, recorrer 10 kilómetros con la técnica del senderismo o ver, de una sentada, una temporada completa de Breaking Bad. Frente a este panorama de vértigo, ¿en dónde queda Montaigne, ese señor sentado en una silla, sin hacer nada más que reflexionar?
Tanta hiperactividad debería ser contrapesada con periodos de inactividad, de silencio, de concentración en una sola idea; porque de esos periodos de calma, de aburrimiento incluso, salen las grandes obras, detrás de cada poema, de cada sinfonía o novela, de cada lienzo, hay una persona que ha pasado largos periodos sin hacer nada. Lo mínimo que va a quedarnos de esta era proclive a los fragmentos, llena de niños sobre estimulados, que no tienen espacios para la reflexión y el silencio, es un mundo sin artistas.
Leí esta novela prestada hace muchos años y debo decir que me gustó mucho. Sobre todo la descripción del protagonista de la novela. Sin duda, el laberinto. Una ciudad abandonada hace eones, que se autoprotege con infinidad de trampas que convierten su exploración en un suicida ejercicio.
Un laberinto que te atrae y te mata. Un laberinto donde las pruebas a las que te deberás someter, conformarán tu destino mas incierto. Un camino repleto de los cadaveres de los que te precedieron en la busqueda de los secretos de la ciudad.
¿Que llevaría a alguien a un lugar asi? La metáfora se encierra en una trama que nos describe la soledad del alma del ser humano que ha tocado el cielo como Icaro y que ha caido a los infiernos de la desesperación. ¿Acaso no todos estamos en un laberinto rodeados de trampas que debemos sortear, atrapados por una realidad que nos moldea implacable?.
De nuevo he vuelto a releer esta novela, y me sigue pareciendo sobérbia. Ahora me ha parecido mas corta que la vez anterior. Pero esto ya me ha pasado con otros libros. Creo que todo ocurre mas rapido a mi edad. El tiempo se comprime y lo que en la juventud eran inmensidades de duración, ahora adolece de una sutil aceleración temporal.
Os recomiendo la novela, sin duda. Vereis que se parece a las obras clasicas de aquellos años, donde estas historias se publicaban por entregas en las revistas que dieron fama al genero de la ciencia ficción. Ahora supongo que solo la podreis encontrar en papel, en alguna libreria de viejo, en algun mercadillo o en algun lugar así.
Aunque, a poco que busqueis alternativamente, la hayareis sin ninguna complicación. Por muchos, entre los que me encuentro, es considerada un clasico imprescindible, de la mejor ciencia ficción de todos los tiempos.
Interesante articulo. Si quereis saber mas, miraros esta entrevista. Esta forma de pensar todavía no ha llegado a las grandes empresas, todavía atrapadas en el brain storming y en el trabajo en equipos. Ya va siendo hora que se tenga en cuenta a los introvertidos.
“A los introvertidos siempre se les pide que cambien, que no piensen tanto y más bien actúen, que hablen duro, que salgan más a fiestas, pues su forma de ser resulta un obstáculo para triunfar en la vida. Pero según un nuevo libro titulado Quiet (Callado), escrito por Susan Cain, ese podría ser un gran error. En su texto, Cain, una abogada introvertida que se dedicó a este tema, defiende ese temperamento con argumentos científicos. Dice que, pese a que la sociedad premia a los individuos que hablan primero, con voz recia, y cautivan a los demás con su carisma, sin los retraídos el mundo habría perdido las grandes ideas de, por ejemplo, Albert Einstein, Bill Gates, Marcel Proust, Charles Darwin y J.K Rowling, entre muchos otros.
“Los introvertidos son a los extrovertidos lo que las mujeres eran a los hombres en los años cincuenta: ciudadanos de segunda clase, aunque con mucho talento”, dice Cain. Para la autora, esa actitud nace de la ignorancia. Muchos los ven equivocadamente como antisociales que odian a sus semejantes. Lo hacen porque las personas calladas e introspectivas prefieren los ambientes poco estimulantes, no solo en términos de gente sino también de luminosidad, ruido y acción. Pero no son necesariamente tímidas, pues lo que ellas temen es ser desaprobadas. De esta forma, se puede ser introvertido pero no tímido, como Bill Gates, quien a pesar de ser callado y retraído, no tiene problema en hablar frente a un auditorio repleto de personas. ??
Las investigaciones señalan que ser introvertido está en los genes y hace parte del temperamento, los rasgos de la personalidad detectables desde la primera infancia. En uno de los estudios consultados por Cain, los investigadores observaron 500 bebés de cuatro meses de edad. Para el experimento los niños fueron expuestos al sonido de voces, a móviles de colores y a olores fuertes. El profesor Jerome Kagan, director del trabajo, notó que el 20 por ciento movían las manos y piernas ante los estímulos, y por ello los llamó ‘altamente reactivos’. En seguimientos a los dos, cuatro, siete y 11 años, Kagan observó que esos mismos niños se fueron convirtiendo en individuos serios y reposados, a diferencia de los demás, que con el tiempo fueron necesitando de mucho más estímulo para dar lo mejor de sí. ??
Lo interesante de este trabajo fue ver que la alta sensibilidad de estos niños nada tiene que ver con la gente sino con el ambiente que los rodea y con sus preferencias por ciertos niveles de estimulación. Por esa forma de ser, Kagan dice que los introvertidos tienen una capacidad mayor de observar a la gente y las cosas, piensan mucho antes de actuar y son complejos emocionalmente, todo lo cual es subvalorado hoy en día.??
Y lo es porque la sociedad actual, según la autora, está fascinada con el ideal de extroversión que se empezó a gestar en 1920, cuando aparecieron las grandes empresas. Antes se le rendía culto al carácter, donde lo importante era ser disciplinado y honrado tanto en privado como en público. Pero el culto a la personalidad, que valora más cómo otros perciben al individuo, dio paso al ideal de extroversión que ensalza a los habladores, divertidos, fiesteros, carismáticos, y cataloga como enfermos o problemáticos a los introspectivos. Como sociedad, dice Cain, se prefiere la acción a la contemplación, el riesgo a la prudencia, la certeza a la duda. De hecho, quienes hablan rápidamente son catalogados como más competentes e inteligentes que los lentos.??
Hoy, señala la autora, los colegios y las compañías están hechas para extrovertidos, quienes se sienten cómodos siendo el centro de atención, y poco se tiene en cuenta la necesidad de los introvertidos de estar a solas y permanecer callados. En el aula de clase, por ejemplo, desde muy pequeños se fomenta en los niños el trabajo en grupo, pues se cree que se aprende mejor así. Cain escribe que se ha llegado a tal extremo que en un colegio leyó un cartel con la nota: “no se le puede pedir ayuda al profesor a menos que todo el grupo tenga la misma pregunta”.?? En su recorrido por el Harvard Business School, una de las escuelas de negocios más prestigiosas que forma líderes mundiales, Cain encontró que allí no solo prefieren aceptar a los extrovertidos sino que promueven este estilo de personalidad a través del trabajo en grupo, de su capacidad de oratoria y sus habilidades sociales. Y en la iglesia evangelista de Saddleback, en California, se asombró al ver que a los pastores se les exige ahora más tiempo en actividades gregarias que en las contemplativas. ??
Las compañías promueven más a los extrovertidos a cargos de liderazgo, aunque recientes estudios hechos por Adam Grant, del Wharton School de la Universidad de Pensilvania, han revelado que los introvertidos muchas veces generan mejores resultados y son más exitosos al dirigir, pues tienden a escuchar las ideas en lugar de tratar de poner su sello propio. Esto se debe a que están motivados por la ilusión de ver cumplida una meta en el largo plazo y menos por su ego.??
Cain observó además que las oficinas están diseñadas al estilo ‘plan abierto’, sin paredes y con poca privacidad, lo que ha demostrado ser un impedimento para la creatividad. Aunque se cree que la productividad viene del grupo, la verdad es que la soledad y la posibilidad de enfocarse son necesarias para generar nuevas ideas. De hecho, el concepto de brainstorming, o‘lluvia de ideas’, aún muy popular en las empresas, está mandado a recoger pues se ha confirmado que es la peor manera de propiciar nuevos conceptos. Esto sucede porque cuando la gente trabaja así tiende a callar lo que piensa y prefiere alinearse con la primera idea que se expone, que no necesariamente es la mejor. ??
Steve Wozniak, cofundador de Apple, le reveló a Cain que“los inventores que he conocido son como yo, tímidos que viven en sus cabezas. Son como artistas. De hecho, los mejores de ellos lo son. Y los artistas piensan mejor solos… no en comités, ni en grupo”. ??Esa cultura imperante ha llevado a que los introvertidos crean que hay algo malo en ellos y traten de cambiar, lo que lleva a perder mucho talento y energía, pues ellos mismos no saben cómo pasar el tiempo. “Terminan yendo a fiestas cuando en realidad preferirían estar en casa leyendo, estudiando, meditando, pensando, inventando”, dice la autora. La gran mayoría desarrolla personalidades extrovertidas para lograr las metas anheladas, pero todos ellos saben que en algún momento del día se tienen que quitar la máscara. Muchos toman un tiempo a solas o se desquitan el fin de semana cuando se sumergen en una buena lectura.??
Cain asegura que su libro no critica a los extrovertidos, sino defiende los dos estilos de ver el mundo pues, según teorías de la evolución, la naturaleza los creó para tener estrategias diferentes para asegurar la supervivencia de la especie. Una consiste en mirar antes de actuar y la otra en hacerlo impulsivamente. Ambas funcionan en diferentes contextos y, como le dijo un biólogo a Cain, no hay uno mejor que otro. Lo que sí critica es el ideal extrovertido como norma, porque nunca ha sido bueno organizar una sociedad que le quita su esencia y energía a la mitad de la población. “Eso ya lo descubrimos con la discriminación de las mujeres hace muchas décadas y es hora de darse cuenta de esto con los introvertidos”.