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«Les coses importants s’aprenen però no s’ensenyen».
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Joan Brossa.
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Ya estuve en los nuevos Encantes viejos/nuevos. Y me compre una camarilla que ya os enseñaré, y desde luego es un gran y funcional espacio que tiene muchas virtudes. Pero antes de ver el nuevo, recordemos como eran los Encants Vells. Estuvimos poco antes de que cerraran y fué espectacular. Aquí os dejo unas fotos.
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El crisol de razas y colores era importante y estaba como veis, repleto de gente que trapicheaba por allí, con su afición, su negocio, o su modo de sacarse unos cuartos. Es curioso que en el nuevo mercado, unos grandes murales fotográficos nos recuerdan como eran estos viejos Encantes. Esta es también mi humilde contribución.
Un Agosto más vuelve el horror al barrio de Gracia, después de hibernar todo el año, la mutación VZ8 del virus zombi cobra vida e infecta a miles de personas en todo el mundo. Esta extraña mutación del virus zombi no convierte a los infectados en caníbales si no que les impulsa a caminar sin rumbo fijo por las calles y plazas del barrio de Gracia en Barcelona.
Las fiestas de Gracia se remontan al año 1850, siempre fue una sencilla fiesta vecinal pero en el año 1968 todo cambió cuando en Evans City (Pensilvania) EE.UU. se declaró la primera invasión zombi. Al poco tiempo, la infección apareció en Gracia donde arraigó para mutar años después en lo que hoy conocemos como cepa VZ8, una variante del virus zombi que se caracteriza por activarse solo en el mes de Agosto e impulsar a los infectados a dirigirse a Gracia.
Yo, nacido y vivido siempre en Gracia he desarrollado de manera natural anticuerpos que me hacen inmune a la infección, esta inmunidad no se da en todos los nativos de Gracia, muy al contrario, son ellos los que infectados en su infancia, hacen de su fiesta anual el principal foco de propagación del virus.
Mediante una hábil estratagema de mi mujer -también infectada por el virus- me he visto arrastrado a las calles en plena orgía zombi. El panorama es desolador, miles de zombis llenan las calles de Gracia. Uniformados con pantalón corto, camiseta y sombrero de paja; cámara de fotos en una mano y vaso de plástico con cerveza en la otra; sudorosos y malolientes se mueven al son de la música.
Digámoslo alto y claro, aunque se perjudique la marca España o la marca Catalunya: la «Real Guerra Mundial Z» la tenemos en Gracia. Ven a salvarme Gerry Lane (Brad Pitt), por tus muertos, sorry, por tus zombis ¡¡¡
En tiempos de crisis, falta de liderazgo y dominio de lo económico, nos queda sumergirnos en la realidad y el mundo de la vida, Y si salimos a la calle, en Barcelona, nos encontramos con una ciudad vendida al turismo. Más que comercios de proximidad, negocios de cara al turismo. De los grandes y pequeños especuladores, que hincharon la burbuja inmobiliaria, hemos pasado a los negociantes que alquilan sus pisos por días, haciendo competencia desleal al sector hotelero.
En Cataluña se estima que hay un millón de camas en alojamientos no reglados frente a 600.000 plazas legales. El fenómeno de los pisos turísticos expulsa vecinos y amarga la vida y el sueño a los que les toca al lado. Mientras estos especuladores compiten con los hoteleros, algunos hoteleros de la ciudad no están de acuerdo en cambiar el Plan de Usos de Ciutat Vella y abrir más hoteles de operadores internacionales que colapsarán el mercado. Dueños de pisos turísticos, hoteleros responsables con los valores de la ciudad y nuevos inversores pugnan sobre cómo sacarle el máximo rendimiento a la gallina de los huevos de oro.
Y vemos vecinos resistiendo a la gentrificación, un mal de las ciudades angloamericanas que, como sea, quieren implantarnos: tolerando los apartamentos turísticos u obligando el Ayuntamiento a hacer reformas en los miles de edificios antiguos, impagables para muchos inquilinos. Sin haber implementado legal, técnica y financieramente una política de rehabilitación, nos quieren las calles llenas de andamios en la ciudad escaparate, cada vez más escasa de vecinos, comparsas en extinción.
Realmente, el mundo no es un parque temático, tal como nos quieren hacer creer. Hay gente que pasa hambre y que ha sido desahuciada de su hogar: colas en las parroquias que reparten comida; llenos los comedores sociales; Arrels, Cáritas y todas las ONGs trabajando a tope. Y hay personas que se han acercado a una manifestación y han perdido el bazo o un ojo. En el parque temático, la vida no es diversión continua, como se aparenta para los turistas, sino que va en serio.
El habitante de siempre o el inmigrante poco pueden hacer ante los privilegios financieros de algunas mafias, que acaparan locales y desertizan la calle. El parque temático tiene un precio y lo pagan los que sobreviven en los barrios turistizados; y no se paga con la tasa turística, que revierte en la Fórmula I y en publicidad para hacer a Barcelona más destino de deseo, con más despedidas de soltero, cruceros, congresos y celebraciones de empresas. Y es que en este desierto administrativo de ideas, se nos quiere hacer creer que el mejor negocio con la ciudad es venderla al mejor postor, más que seguir invirtiendo en un patrimonio físico, paisajístico y social construido con décadas de esfuerzo.
Manifestaciones cada día, contra lo recortes en todos los sectores; mareas de muchos colores. Acciones cada semana contra sacrificar el Port Vell, la Barceloneta, Ciutat Vella, Poble Sec, la Sagrada Familia, el Parc Güell y todo lo que el turismo se vaya a llevar por delante. Aún hay vecinos y vecinas, quizás una minoría, que quieren a su barrio y su gente. Y uno se pregunta ¿cuánto aguantará la capacidad de carga de la ciudad? Pero enseguida nos damos cuenta de que es una pregunta retórica: la realidad nos muestra que será hasta que no de para más, hasta que reviente. Entonces será cuando volveremos a pensar; y esperemos que no sea demasiado tarde.
Y si salimos de Barcelona, parece que, a pesar de sus problemas, en algunas ciudades hay mayor equilibrio y una gran vitalidad social y cultural: Reus, Granollers, Olot, Figueras… Y entonces nos preguntamos, ¿por qué, con tanto paro y marginación, no hay saqueos y disturbios como ya ha sucedido en en Francia, en Londres, en Estocolmo? Posiblemente sea gracias a una estructura territorial bien trabada, a unas redes sociales en las que sobresale la solidaridad, a que aún no tenemos guetos ni estamos gentrificados, a una Ley de Barrios del tripartito que mitigó los enclaves más explosivos. Y de nuevo uno se pregunta ¿hasta cuándo aguantarán los jóvenes como civilizados indignados? ¿Vamos a hacer algo para que consigan un lugar en esta sociedad en transformación o les vamos a ayudar a hacer las maletas?
Autor: Josep Maria Montaner, es arquitecto y catedrático de la ETSAB-UPC
Fuente: El País.
Paseaba plácidamente por Arenys de Munt cuando una extraña fuerza me impulso a visitar el misterioso Dolmen de Vallgorguina, un lugar relacionado desde tiempos inmemoriales con brujas y aquelarres. En la actualidad sigue siendo un sitio muy frecuentado por ocultistas y adeptos a diferentes prácticas mágicas, incluidos los rituales satánicos.
El Dolmen de Vallgorguina también llamado la Pedra Gentil está situado en el municipio de Vallgorguina, Barcelona, dentro del Parque Natural del Montnegre i el Corredor, hay que tomar la carretera C-61 que va de Sant Celoni a Arenys de Mar y en el kilómetro 13,200 seguir la pista forestal que va hasta el Santuario del Corredor, antes de llegar al Santuario encontraremos un camino donde debemos dejar el coche y después de cinco minutos de ligera subida llegaremos al Dolmen.
El dolmen de Vallgorguina está formado por 7 megalitos verticales, que soportan un gran bloque megalítico superior horizontal. Los 7 megalitos verticales no son todos de una única pieza, sino que 3 de ellos constan de una gran piedra y otra pequeña piedra superior yuxtapuesta, uno de ellos consta de 3 partes (base inferior, gran piedra central y pequeña piedra superior). Su altura exterior es de 1,53 metros (interior: 1,28 metros).
La disposición de los megalitos es de forma circular, con una distancia entre ellos que oscila entre los 20 y 39 cm, dejando una gran apertura entre dos megalitos, de 81 cm, a modo de puerta de entrada.
El gran megalito superior horizontal, está partido por la mitad, con una cierta separación entre sus dos partes (25 centímetros). Su longitud máxima es de 3,16 metros y su anchura, de 2,54 metros.
Poco conocemos de la verdadera historia del dolmen, ya que nunca ha sido excavado o documentado arqueológicamente, se cree que fue construido entre el 3.500 y el 2.000 a.C..
Dice la leyenda que el dolmen de la Pedra Gentil era el punto de encuentro de todas las brujas de la comarca desde tiempos inmemoriales, aquí celebraban sus aquelarres y rituales mágicos, de hecho, la denominación de Gentil es porque en ella se realizaban rituales paganos.
En nuestra visita encontramos una montaña solitaria y soleada, sin brujas que saludar ni aquelarres donde participar, por lo que deduzco que la poderosa fuerza que me hizo llegar hasta el Dolmen no tenía nada de sobrenatural, tan solo era que mi mujer quería verlo, que no es poco.
La canción de Lluis Llach, “País Petit” en versión de Manu Guix, acompaña unas selectas y preciosas imágenes de Catalunya que explican porque vienen tantos putos turistas a visitarnos. Se recomienda verlo en pantalla completa.
La banca privada (taula de canvi) apareció en Barcelona durante el reinado de Jaime I El Conquistador. La legislación romana y goda que regían este negocio fue sustituida por los «Usos de Barcelona».
Estos son algunos de los artículos de esta legislación bancaria:
El 13 de febrero de 1300 se estableció que cualquier banquero que se declarara en bancarrota sería humillado por toda Barcelona por un voceador público y forzado a vivir en una estricta dieta de pan y agua hasta que devolviese a sus acreedores la cantidad completa de sus depósitos.
El 16 de mayo de 1301 se decidió que los banqueros estarían obligados a obtener fianzas y garantías de terceras partes para poder operar, y a aquellos que no lo hicieran no se les permitiría extender un mantel sobre sus cuentas de trabajo. El propósito de ello era señalar a todo el mundo que estos banqueros no eran tan solventes como aquellos que usaban manteles, es decir, que estaban respaldados por fianzas. Cualquier banquero que rompiera esta regla (por ejemplo, que operase con un mantel, pero sin fianza) sería declarado culpable de fraude.
Sin embargo, los banqueros pronto empezaron a engañar a sus clientes. Debido a esos engaños, el 14 de Agosto de 1321 se estableció que aquellos banqueros que no cumpliesen inmediatamente sus compromisos, se les declararía en bancarrota y si no pagasen sus deudas en el plazo de un año, caerían en desgracia pública, lo que sería pregonado por voceros por toda Catalunya. Inmediatamente después, el banquero sería decapitado directamente enfrente de su mostrador y sus propiedades vendidas para pagar a sus acreedores.
Existen evidencias documentales de que esto se cumplía.
En el año 1360 el negocio del banquero Francesc Castelló entró en bancarrota y el 10 de noviembre de ese mismo año fue decapitado frente a su mostrador, en estricto cumplimiento de la ley.
No siempre las leyes mejoran con el paso del tiempo, no quiero decir que de entrada les cortemos la cabeza, podríamos empezar cortándoles las gónadas. Y si no escarmientan …..
En estos tiempos que necesitamos obtener financiación a cualquier precio, seria una buena medida cobrar una entrada por visitar el Park Güell, así, ingresaríamos una cantidad importante para la ciudad de Barcelona y controlaríamos la continua degradación a la que es sometida la zona monumental y boscosa del parque por los miles de turistas que lo visitan cada día.
En el año 2000 visitaban el Park Güell 1,6 millones, en el 2009 eran 4 millones y actualmente ya son más de 9 millones las personas que lo visitan cada año.
En el año 2008 un 85% eran visitantes no barceloneses y un 15% vecinos, ahora los vecinos han huido y el porcentaje esta en 98% de visitantes no barceloneses.
Un informe municipal hecho en el mes de julio de 2012, dice que entre 23.000 y 30.000 visitantes pasan por el parque cada día. Si la entrada costara 5 euros, se recaudarían unos 150.000 euros diarios, que son 54,7 millones de euros anuales.
Ahora que los vecinos ya no pueden disfrutar del parque, es de justicia que los visitantes compensen por las molestias y contribuyan a su mantenimiento, no es justo que el desgaste del parque lo tenga que soportar la ciudad de Barcelona, o sea, nosotros los vecinos.
En consecuencia, propongo :
Estarán exentos de este pago los vecinos de la ciudad, porque siempre han tenido el parque a su disposición, porque ya contribuyen con los impuestos a su mantenimiento y porque su afluencia es inapreciable, como dicen las estadísticas.
En las Fiestas de la Merçe de Barcelona, hemos podido ver al grupo ingles «Gandini Juggling», una de las mejores compañías de juegos malabares que existen actualmente.
Su espectáculo «Smashed» es una mezcla de malabarismos y teatro, una serie de cuadros vivientes con imágenes de relaciones tensas, amor e inocencia perdidos, nostalgia y el extraño encanto de un té de media tarde. Trajes, corbatas, vestidos cortos, música excelente, manzanas, platos y unas coreografías muy cuidadas inspiradas en los trabajos de Pina Bausch, la gran maestra de la danza contemporánea.
Su actuación en el el Parque de la Ciudadela hizo disfrutar a grandes y pequeños mientras sacaba del error a los que creíamos que ya lo habíamos visto todo en el tema, en resumen, un espectáculo totalmente recomendable y un grupo a seguir.