Leo asustado que la nueva deforma energética del ministro Soria, penará las instalaciones de autoconsumo no declaradas con multas de hasta 30 M€ (ojo, no pesetas, euros!).
Ahora, estoy acojonado con mi instalación de autoconsumo. Tengo una pequeña placa solar (si, lo confieso!! ahora entiendo que es un objeto demoníaco), que alimenta un ventilador. No hace ruido, no tiene pilas, ni interruptores, ni enchufes. Tampoco dá casi aire pero eso es lo de menos. Funciona incluso con la luz de una lámpara. Lo compramos a una empresa juguetera que no citaré para no causarles problemas, para un ejercicio de la escuela de mi hijo, hace unos años ya, cuando la energia solar se veía como una promesa de futuro en el pais con mayor potencial de generación fotovoltaica de toda Europa.
Pero ahora veo mi error y estoy dispuesto a rectificar. Las placas solares, como las armas, las carga el diablo y sin duda son un objeto prohibido que debemos desterrar de nuestros hogares. Sus pingues beneficios se verian mermados. Sus energías contaminantes, carbon, gas, nuclear, deberemos amortizarlas por unos cuantos siglos más al menos.
Hice un post, hace unos cuantos años ya, a favor del autoconsumo y desde entonces el precio de las placas solares habrá bajado alrededor de un 80%. Hoy por fín. despues de tanto tiempo de espera, tenemos una ley que lo regula y que nos hace ver cuan equivocados estábamos. Todos los puestos de trabajo que se podrian generar, la nueva industria que nos haría salir de la crisis como la espuma, eran un cuento de la lechera que no contaba con los chantajes llamados deficits de tarifa, que esas grandes compañias electricas nos reclaman a traves sus cómplices gobiernos en nómina.
Actualización 26-11-2019
El pasado abril de 2019 el Gobierno español aprobó un Real Decreto con el fin de impulsar el autoconsumo eléctrico (con energías renovables) en España, permitiendo una reducción considerable en el recibo de la luz, pudiendo ahorrar hasta un tercio de la factura. Se permitirá la instalación de un mecanismo más simplificado, el cual permite que las comercializadoras eléctricas puedan compensar a las personas que practiquen dicho autoconsumo, descontando de la factura de los consumidores la electricidad que ellos mismos estén aportando a la red eléctrica y no estén consumiendo en la empresa u hogar.
Actualización 08-03-2020







El accidente de Chernóbil no fue técnicamente una explosión nuclear, sino una explosión del vapor acumulado dentro del núcleo por una sucesión de negligencias y fallos de diseño. Cuando el reactor reventó quedó expuesto al aire y de su interior escapó, se calcula, el 3,5% del material radiactivo. Es decir, que todavía queda dentro casi el 95% del combustible nuclear, lo que da una idea de la magnitud del desastre que estuvo a punto de devastar media Europa. Los isótopos del yodo 131, los que se alojan en la glándula tiroides, el que provocó tantos cánceres, comenzaron a evaporarse a los ocho días del accidente. Dentro de unos cinco años se disiparán los de estroncio 90 y cesio 137, tremendamente contaminantes. Pero el plutonio 239, la principal amenaza que escapó del reactor número cuatro, ese no se irá hasta dentro de 24.000 años.
A esa masa incandescente, ese corium como le llaman algunos científicos, ese elemento nuevo que sigue ahí dentro del reactor, latente, le llaman la materia de los seis extremos: extremadamente potente, extremadamente caliente, extremadamente densa, extremadamente corrosiva, extremadamente tóxica y extremadamente radiactiva. Valery reconoce que aunque llevan 26 años estudiándolo, midiendo su temperatura, la humedad, la densidad, su concentración de gases, el nivel de rayos gamma y beta, no tienen ni idea de cómo evolucionará. Es como un monstruo incubándose dentro de un enorme sarcófago de cemento construido a marchas forzadas. El sellado del ataúd de hormigón se está resquebrajando, así que se está construyendo uno nuevo, mucho más grande, y que pretende enterrar el magma nuclear durante otros 100 años. “Realmente estamos postergando la decisión de qué se hace con el reactor número cuatro, aplazando la solución hasta que se desarrolle una nueva técnica, una nueva fórmula pata tratar ese magma nuclear, algún tipo de contenedor, no sé, algo”. Y lo dice el director general adjunto de la central nuclear de Chernóbil, el hombre encargado de desmantelar la instalación, el responsable de que eso que sigue ahí dentro siga ahí dentro. Asusta…


