El rito del exorcismo ha caído prácticamente en desuso en la Iglesia católica de EE.UU.. Pero los pocos sacerdotes del país que tienen formación para ser exorcistas afirman estar abrumados por las peticiones de gente que teme estar poseída por el Diablo.
La demanda es tan grande que los obispos estadounidenses han celebrado una conferencia para ayudar a los miembros del clero a distinguir entre los que de verdad necesitan un exorcismo y los que necesitan un psiquiatra.
«No todo el mundo que piensa que necesita un exorcismo lo necesita realmente», explica el obispo Thomas J.Paprocki de Springfield, Illinois, que organizó la conferencia. «Solo se utiliza en aquellos casos en los que el Diablo esté implicado de una forma extraordinaria al estar verdaderamente en posesión de la persona». «Pero es poco frecuente, es algo fuera de lo normal, y por eso el uso del exorcismo también es poco frecuente y se sale de lo normal», añade. «Aunque tenemos que estar preparados».
El exorcismo es tan antiguo como el cristianismo en sí. En el Nuevo Testamento se narra cómo Jesús expulsaba demonios.
El rito del exorcismo está basado en una oración en la que el sacerdote invoca el nombre de Jesús. El cura utiliza agua sagrada y una cruz, y puede modificar la oración en función de la reacción de la persona poseída, explica Matt Baglio, un periodista de Roma que escribió el libro The rite: the making of a modern exorcist (El rito: cómo se hace un exorcista moderno). «La oración viene del poder del nombre de Jesús y de la Iglesia. No viene del poder del exorcista. El sacerdote no tiene poderes mágicos», señala Baglio, cuyo libro está siendo llevado al cine.
Hay mucho cinismo entorno al exorcismo. Baglio afirma que los charlatanes se aprovechan de los creyentes vulnerables y provocan en ellos daños físicos o espirituales. Como hay tan pocos sacerdotes que practiquen exorcismos y el tema está tan estigmatizado, a los exorcistas no les gusta que se los identifique. Los intentos de entrevistarlos no han tenido éxito.
Según el obispo Paprocki , entre los signos típicos de estar poseído por un demonio se encuentran hablar en una lengua que la persona nunca ha aprendido, demostraciones extraordinarias de fuerza, una repentina aversión a cosas espirituales como el agua sagrada o el nombre de Dios, y un insomnio grave, falta de apetito y cortes, rasguños y mordeduras en la piel.
Una persona que afirma estar poseída debe pasar un examen médico para descartar que sea una enfermedad, según las directrices que publicó el Vaticano en 1999. que sustituyeron a las publicadas en 1614.
El obispo Paprocki señala que el Diablo es una fuerza real y constante, aunque poca gente necesita un exorcismo para enfrentarse a ella. El Diablo no suele poseer a personas con buena vida espiritual.
Fuentes: The New York Times
Video con fotos y audio del exorcismo real de Anneliese Michel (1952 – 1976) . Escalofriante.