AC/DC – It’s a Long Way To The Top (Bon Scott 1976 HQ)

Tras una tensa semana, con viaje incluido, recibo la sorpresa mas esperada. El paquete del ipad ya esta en casa. Ciertamente, la espera ha merecido la pena. El ipad no deja de sorprenderme positivamente.

Ver como maneja los videos incrustados, la calidad de su construcción o la comodidad que supone tirarte en el sofa y pasearte por la web es algo que no tiene precio. ¿Donde estan ahora todos aquellos detractores que hace un año le auguraban un fracaso sonado?

Ciertamente el Ipad significa una gran evolución y su calidad es tan alta que ahora, un año despues de su salida al mercado es cuando sus competidores pugnan por hacerse un hueco en el mercado. Es tal la innovación y la sensación de estar tocando el futuro, que me hace replantearme si tiene sentido trastear con pc’s con windows.

La experiencia apple no tiene fisuras. Todo funciona suave, facil y eficazmente. Bueno, para celebrarlo os dejo esta cancion de los ac/dc de 1976. En aquellos tiempos no existia internet y los personal computers estaban naciendo. Y solo han pasado 35 años 😉

Nieva en el Mont Blanc Hotel Village.

En febrero 2006 estuve en el Mont Blanc Hotel Village y se pasó dos dias nevando con una furia inusitada. Supongo que es lo normal en febrero en el Valle d’Aosta al pie del Mont Blanc. Recuerdo un lugar encantador, con todas las comodidades para pasar unos dias alejados de la ciudad. Donde poder practicar cualquier deporte relacionado con el montañismo y la nieve o simplemente, disfrutar de una buena mesa observando como la tormenta lo cubre todo con su manto blanco.

Las vistas eran impresionantes aunque aquellos días no fueron los mas propicios. Definitivamente, mi camara digital del 2006 no daba mas de si y el clima no acompañaba. Ademas de trabajar duramente, 🙂 realizamos una excursión en motos de nieve, que nos llevó a un refugio de montaña donde compartimos mesa con los guias del lugar. El plan previsto era bajar del refugio sin las motos, realizando un trekking nocturno, pero las condiciones no eran las adecuadas y aquella opción quedó descartada.

Al día siguiente, dejamos la montaña y fuimos a visitar Arona en el Lago Mayor, y disfrutamos del tipismo de Novara y de su gente. Si teneis la oportunidad de estar por allí,  no dejeis de comprar queso parmesano en cualquiera de las muchas tiendas que encontrareis.

 

  • Toraja
 Mont Blanc Hotel Village

Que frio hacía. Se impone llevar ropa tecnica adecuada para la nieve y botas de montaña. Estuvo 2 dias nevando sin parar y el cielo era oscuro y gris.

 Arona Novara

En Arona se puede pasear, hacer shopping y comprar esas magnificas especialidades italianas. Todo la ciudad esta pensada para que no te vayas sin haber dejado tus euros.

Google Art.

No dejeis de visitar el nuevo proyecto de Google, que nos ofrece una ventana a las mejores colecciones de arte de esos museos que a veces hemos traido por aquí.  

Ya no hay que desplazarse al Metropolitan Museum, ni al MoMA en New York. Google nos pone a nuestro alcance obras de las mejores pinacotecas y museos del mundo: el Hermitage en St. Petersburg, Tate Britain & The National Gallery en Londres, Museo Reina Sofia en Madrid, la Galería de los Uffizi en Florencia o el Museo Van Gogh en Amsterdam.

La maxima definición para unas obras intemporales. Salvaguardadas para siempre en el mundo digital. A salvo de los vaivenes del tiempo y de las miserias de los hombres.

http://goo.gl/oosNX

Two Americans walk on the moon. Rome News Tribune.

Google ha incorporado miles de periodicos de los siglos XIX y XX principalmente norteamericanos y canadienses a su buscador de noticias. Puede parecer una noticía baladí pero a mi me produce una extraña emoción el poder ver la mayor hemeroteca de la historia a un par de clicks.

Hay para todos los gustos. La navegación es sencillisima y también hay periodicos en castellano. Me he copiado esta noticia de julio del 69 y otra de John Glenn que me ha motivado, viniendo del «The Tuscaloosa news«.

Rémi GAILLARD. Los videos mas graciosos hablan Francés.

No se si conoceis a este tipo, yo lo acabo de descubrir. Su humor iconoclasta arrasa en internet. Sus videos son los mas vistos y sus gracias son celebradas con las carcajadas del personal. Realmente os lo recomiendo.

No dejeis de ver sus clips en el youtube o en su web para olvidaros un rato de las preocupaciones del dia. Dadle un respiro a la crisis. Mañana será diferente y nuevas oportunidades surgirán.

Aficionado a los disfraces gigantes, hay videos sencillamente geniales donde solo podemos partirnos el culo de reir mientras Gaillard se mete en todos los lios posibles junto con sus sufridos ayudantes.

Tradicionalmente Francia siempre nos brindó grandes genios del humor y Rémi es sin duda un buen ejemplo heredero de los clásicos. Hoy, los comicos tienen nuevas formas de comunicarse y la web es una de ellas.

Su pasión por el golf, la parodia de peliculas y su manía por los policias lo convierten en el mas perseguido en el pais vecino. Los franceses tienen muchas cosas y muy buenas. Carla Bruni es una de ellas. Otra es Rémi Gaillard.

 

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Profesiones de los Papalagi.

PROFESIONES DE LOS PAPALAGI Y LAS CONFUSIONES QUE DE ELLAS RESULTA

 

Cada Papalagi tiene una profesión. Es difícil decir exactamente lo que esto significa. Es algo para lo que se debe tener un gran apetito, pero parece ser que la mayor parte del tiempo falta. Tener la profesión significa hacer siempre las mismas cosas. Hacerlas tan a menudo que incluso podrías hacerlas con los ojos cerrados y sin esfuerzo alguno. Si mis manos no hicieran nada más que construir cabañas o tejer esteras, entonces mi profesión sería la de constructor de cabañas o tejedor de esteras.

Hay profesiones masculinas y femeninas. Lavar taparrabos en la laguna y abrillantar las pieles de los pies son profesiones femeninas; navegar en un barco por el mar y disparar a los pichones en el bosque son profesiones masculinas. Las mujeres generalmente abandonan sus profesiones cuando se casan, pero es realmente entonces cuando el hombre emprende la suya. Un alii otorga sólo su hija a un pretendiente que esté preparado para su profesión. Es norma que todo hombre blanco tenga su profesión.

Es por ello por lo que cada Papalagi tiene que escoger una profesión para el resto de su vida, al mismo tiempo que se le aplican sus tatuajes de pubertad. Ésta es una ocasión muy importante y una aiga le dedica tanto tiempo como a qué comer el día siguiente. Si por ejemplo escoge la profesión de tejedor de esteras, un alii lleva al chico a un hombre que no hace otra cosa que tejer esteras. Este hombre debe mostrar al muchacho cómo tejer esteras, enseñarle a tejer esa estera del mismo modo que él lo hace, sin mirar. A menudo el aprendizaje toma largo tiempo, pero cuan do lo domina deja al hombre y la gente dice que ya sabe un oficio.

  

El Papalagi tiene tantas profesiones como piedras hay en la laguna. Todo lo que hace lo convierte en una profesión. Cuando alguien recolecta las hojas del árbol, ejerce una profesión. Cuando alguien lava los cuencos de la comida, ejerce una profesión. Todo lo que hacen, con sus manos o con sus cabezas, lo llaman profesión. Es también una profesión el tener pensamiento y el mirar a las estrellas. Realmente no hay nada que un hombre pueda hacer que no sea convertido en profesión por los Papalagi.

Si un hombre dice que él es un tussi-tussil, entonces eso es ya una profesión. No hace nada más que escribir una carta tras otra. Él no cuelga su estera de dormir de las vigas del techo. No va a su choza-cocina para freírse él mismo algunas frutas y no se limpia sus utensilios de comer. Come pescado, pero nunca sale a pescárselo. Come fruta, pero nunca la arranca él mismo del árbol. Sin embargo, escribe una carta tras otra, porque resulta que su trabajo es el de tussi-tussi. Todas estas acciones son profesiones: llevar los utensilios de comer, coger peces y recoger fruta. Y sólo aquellos que ostentan esa profesión están cualificados para ejercerla.

Resulta que los Papalagi pueden únicamente hacer su propio trabajo y ni siquiera el jefe, que posee mucha sabiduría en su cabeza y fuerza en sus brazos, puede subir su envuelve-cama de las vigas ni lavar él mismo los utensilios de comer. Y ocurre también que el hombre que puede escribir una fantástica tussi no es necesariamente capaz de navegar en una canoa, y viceversa. Tener una profesión significa sólo andar, sólo degustar, sólo oler, sólo luchar; siempre conocer una sola cosa.

Ese saber-sólo-una-cosa es un grave peligro y una imitación, porque puede llegar un tiempo en que nadie sea capaz de remar una canoa a través de la laguna.

El Gran Espíritu nos ha dado manos para coger los frutos de los árboles, o para arrancar las raíces de taro de la ciénaga. Las hemos recibido para defender nuestros cuerpos contra nuestros enemigos y para darnos placer cuando tocamos, bailamos o en otros alborozos. Pero no las obtuvimos solamente para desgajar fruta de los árboles o para desenterrar raíces. Ellas deben ser nuestros criados y nuestros soldados todo el tiempo.

 

Pero los Papalagi no lo entienden. Nosotros podemos ver claramente que su modo de vida es equivocado y que está en claro desacuerdo con los deseos del Gran Espíritu, porque hay gente blanca que ya no puede caminar y que acumula grasa en la parte más baja de sus ancas, como los cerdos. Viéndose forzados por su profesión a estar sentados todo el tiempo, no pueden ya levantar ni tirar una lanza, porque sus manos pueden únicamente sostener el hueso-que-escribe y ellos están siempre sentados en la sombra, escribiendo tussi. Han llegado a ser incapaces de domar ponis salvajes, porque siempre están mirando a las estrellas o desentrañando sus propios sentimientos.

Sólo uno pocos Papalagi pueden todavía correr y saltar como niños, después de haber crecido. Cuando caminan arrastran los pies y se mueven como si continuamente estuviesen cargados. Niegan y ocultan su debilidad diciendo que correr, retozar y saltar está por debajo de la dignidad de un hombre con orgullo. Pero esto es hipocresía; como sus huesos se han endurecido y se han vuelto quebradizos, la felicidad ha abandonado sus músculos, porque están condenados a muerte por su trabajo. La profesión también es un aitu que destruye la vida; un aitu que murmura promesas dulces a los oídos de la gente y al mismo tiempo les chupa la sangre de sus cuerpos.

Las profesiones también hieren a los Papalagi en otro sentido y cada vez se distinguen más y más como aitus.

Por ejemplo, es grande construir una cabaña, cortar los árboles y convertirlos en tablones, levantar las maderas, cubrirlas con el tejado y, finalmente, cuando los tablones y las vigas del techo están fuertemente atadas unas a otras con fibras de coco, cubrirlo todo con hojas secas y cañas de azúcar. No tengo que deciros que es una gran alegría cuando un pueblo construye una nueva cabaña para su jefe, compartiendo la alegría también mujeres y niños.

Pero, ¿y si solamente se permitiese a unos pocos de nosotros ir al bosque a talar los árboles y a cortarlos en tablones? ¿Y si a aquéllos pocos se les prohibiera asistir al levantamiento de las maderas, porque su trabajo sólo es derribar árboles y cortar tablones? ¿Y si a la otra gente que ha levantado las maderas no se le permitiera asistir al entramado del techo porque su trabajo es sólo de instalador de maderas? ¿Y si a los hombres que han tejido los tejados no se les permitiera asistir a la colocación de las cañas de azúcar, porque tejedor de esteras es su profesión? ¿Y si a ninguno de ellos se les permitiera recoger de la playa los guijarros usados para el endurecimiento del suelo, porque ese sería el trabajo de aquellos cuya profesión es recolector de guijarros? ¿Y si sólo aquéllos que van a habitar la casa tomaran parte en las festividades de inauguración y todos los que han ayudado a construirla, no?

Os reís y con certeza diréis: si no se nos permitiera ayudar en todas las cosas que requieren nuestra fuerza masculina, la mitad de la diversión se habría ido; media diversión no ¡toda la diversión! Y él, que nos esperaba para usar nuestras manos para un único propósito, nos esperaba para hacer como si todos esos que han ayudado a construirla, no?

Os reís y con certeza diréis: si no se nos permitiera ayudar en todas las cosas que requieren nuestra fuerza masculina, la mitad de la diversión se habría ido; media diversión no, ¡toda la diversión! Y él, que nos esperaba para usar nuestras manos para un único propósito, nos esperaría para hacer como si todos nuestros miembros y nuestros sentidos estuvieran paralizados o muertos.

Ésta es la razón de la amargura de los Papalagi. Algunas veces es estupendo ir a buscar el agua de la ría, puede ser incluso agradable hacerlo un par de veces. Pero si debes transportar el agua de la salida a la puesta del sol, día tras día, cada hora hasta que falla tu fuerza, trayendo y trayendo, al final tirarás tu cubo con ira, amargado por la esclavitud de tu cuerpo. Porque no hay nada tan duro para un hombre como hacer la misma cosa una y otra vez.

Pero hay Papalagi para los que ir a buscar agua de pozo día tras día sería un motivo de alegría; hay unos que no hacen otra cosa que levantar sus manos y dejarlas caer otra vez, o llevar un palo, y tienen que hacer eso en un lugar mugriento donde ni siquiera el sol ni el aire fresco pueden penetrar, y ellos no hacen nada que requiera su fuerza o les reporte felicidad. Considerando la forma de pensar de los Papalagi, levantar tu mano y empuñar bastones es muy importante, porque quizás de ese modo pones la máquina en marcha o le das órdenes; ponla en marcha y así hace aros de yeso y escudos para el pecho, fabrica pantalones-vaina o algo parecido. Hay más gente en Europa con el rostro gris ceniza que árboles hay en nuestras islas. Porque no obtienen ningún placer de su trabajo, porque su trabajo se come toda su alegría y porque nunca hacen nada por su propio gusto, ni siquiera una hoja, no importa cuánto tiempo trabajen. Por eso un odio latente anida en el interior de la gente con profesión. Algo vive reprimido dentro de sus corazones, como un animal encadenado, rebelándose pero todavía incapaz de liberarse. Llenos de odio y envidia miran y comparan los trabajos de los otros entre sí. La gente habla sobre trabajos de clase más baja y más alta, aunque todos los oficios fuerzan a la gente a hacer sólo medio trabajo. Un ser humano no es sólo una mano, un pie, o una pierna, sino que es todo junto… Únicamente cuando todos los sentidos y todos los miembros trabajan juntos, puede el corazón de un hombre ser feliz y estar saludable, y no cuando se permite vivir únicamente a una parte y el resto de él tiene que hacerse el muerto. Esto engendra gente enferma y desesperada.

Los Papalagi viven en confusión con sus profesiones. Ellos no se dan cuenta de eso y en caso de que me oyeran hablar de este modo, seguramente me llamarían loco, porque yo habría juzgado sin haber tenido una profesión o haber trabajado un solo día como trabaja un europeo.

Pero esos Papalagi nunca han sido capaces de explicarnos o hacernos entender por qué debemos hacer más trabajo del que Dios nos pide para satisfacer nuestra hambre y proporcionarnos un tejado sobre nuestras cabezas, y para el disfrute de una fiesta y sus preparativos en la plaza del pueblo. Nuestras ocupaciones pueden parecer diminutas y carentes de las habilidades de un oficio, pero cada hombre de verdad y hermano de la isla hace su trabajo alegremente, y nunca con tristeza. Para eso preferiría no trabajar en absoluto. Esto es lo que nos distingue de los Papalagi. El hombre blanco suspira cuando habla sobre su trabajo, como si estuviera siendo aplastado por su peso; sin embargo nuestros jóvenes caminan a los campos de taro cantando, y con una canción lavan las doncellas los taparrabos en el rápido arroyo. Con certeza el Gran Espíritu no nos desea con cabellos grises como resultado de algún trabajo, ni nos quiere arrastrándonos como una babosa de mar en la laguna, o como un sapo en la tierra. Nos quiere haciendo nuestras cosas orgullosos y erguidos, y que seamos gente de ojos felices y miembros flexibles. Siempre.

 

Ricard Opisso y la última noche en el sitio de Stalingrado.

Recuerdo bien como conocí a Opisso. Era una de aquellas noches de los 80’s donde sabias donde empezabas pero desconocías donde acabarías. En aquella época nos movíamos por el Roba Estesa, un bar musical que nos gustaba especialmente y donde nuestra cuadrilla se juntaba los viernes y sabados, cuando el dinero alcanzaba y la oportunidad era propícia.

En aquel bar pasamos muy buenos ratos y cuando la movida canalla derivaba, había otros lugares a los que acudir, como el Drugstore del Paseo de Gracia o el bar Estudiantil de la plaza Universidad, donde podias continuar a la sombra de la noche, un horita mas, unos momentos mas.

Siempre encontrabas personajes extraños. Y se cruzaban referencias y grupos dispares. No sabiendo a veces a que parte de la ciudad te podia llevar la ultima copa. Recuerdo una vez, compartiendo la trasera de una furgoneta 2 cv con los habituales y con Jordi Beltran conduciendo hacia no se sabía que última fiesta.

Una de aquellas noches acabé en un altillo creo que de la calle Provenza o Valencia, esquina con Via Layetana en una casa con unas almenas muy caracteristicas donde un desconocido y yo nos esforzabamos por reconstruir el coctel perfecto para la última noche en el sítio de Stalingrado. Un vaso de ginebra y unas gotas de limón. 

Era lo unico de que disponíamos en aquel altillo piojoso. Recuerdo que el servicio estaba fuera del piso y que la cocina era un espectaculo dantesco de mugre y destrucción.

No me quedé mucho rato. No sabía cuales eran las aviesas intenciones del individuo. Visto con el tiempo, tal vez estuve a punto de conocer el lado oscuro una noche como aquella, pero lo que si recuerdo es que la conversación giraba sobre ilustradores y autores de comic.

Y mientras yo hablaba de Moebius y de Hugo Pratt, él me mostró un cuaderno alargado, del tamaño de los nuevos monitores lcd de 24 pulgadas lleno de ilustraciones de Ricard Opisso. Lleno del sutil arte de aquel ilustrador que compartió su tiempo con Gaudi, Picasso y con tantos otros.

No recuerdo el nombre de aquel pavo. Jamás volví a cruzarme con él. Pero sí recuerdo a Opisso y a su obra.  

The Walking Dead. La serie.

Ya conoceis nuestra pasión por los zombies. Desde los films de George A. Romero, hemos crecido apreciando cualquier buena pelicula de zombies y cualquiera de sus variaciones como la saga de 28 dias, los resident evil, etc. Ultimamente, los libros de Max Brooks con su Guia de supervivencia y Guerra mundial Z (todavia pendiente de comentar) son nuestras lecturas de cabecera. Y no podemos dejar de mencionar la gran Apocalipsis Z del escritor español Manel Loureiro que en 2008 nos tuvo en ascuas, esperando capitulo tras capitulo.

Hoy os recomendamos The Walking Dead, una serie de televisión desarrollada por Frank Darabont y basada en la serie de cómics homónima creada por Robert Kirkman y Tony Moore. Su episodio piloto, de sesenta minutos de duración, fue estrenado por la cadena AMC el 31 de octubre de 2010. En Hispanoamérica se estrenó el 1 de noviembre y se emite los lunes en primetime por Fox; en España cuatro días después, por Fox.

The Walking Dead cuenta la historia de las secuelas de un apocalipsis zombie y sigue a un pequeño grupo de supervivientes viajando a través de Estados Unidos en busca de un nuevo hogar lejos de las hordas de zombies. Después de despertar de un coma en un hospital abandonado, el oficial de policía Rick Grimes se da cuenta de que el mundo que conocía no existe, devastado por una epidemia zombie de proporciones apocalípticas. En los alrededores, en las afueras de Atlanta, un pequeño campamento lucha por sobrevivir mientras que «los muertos» los acechan a cada momento. El grupo es guiado por Rick Grimes, quien era un oficial de policía en el viejo mundo. Mientras su situación se vuelve más y más sombría, la desesperación del grupo por sobrevivir los obliga a hacer casi cualquier cosa para mantenerse con vida.

Hemos visto los 4 primeros capitulos y no nos han defraudado. Tal vez, nos sobran algunas escenas en la pineda (referencia obligada, cuando cualquier serie recurre a ahorrar presupuesto, con escenas de relleno, en cualquier bosque. (vease stargate SG-1)) aunque en general el desarrollo esta siendo bastante bueno y con la calidad suficiente para esperar el proximo capitulo con un anhelo de lo mas frikie.

Plegaria del trabajador.

Señor, dame SABIDURÍA para entender a mi jefe

Señor, dame AMOR para perdonar sus actos

Señor, dame PACIENCIA para aceptar sus decisiones

Señor, te pido todo esto, porque si te pido fuerza……

Le doy una hostia que lo reviento ¡¡¡¡¡¡

Señor, ayúdame siempre a dar siempre el 100% en el trabajo

El 12% el lunes

El 23% el martes

El 40% el miércoles

El 20% el jueves

Y el 5% el viernes

Y ayúdame a recordar cuando tenga un día nefasto

y parezca que todo el mundo quiere joderme

que hacen falta 42 músculos para mostrar mi mejor sonrisa

y sólo 4 para alzar mi dedo corazón

y mandarlos a todos a tomar por el culo.

Tron Legacy mola y sale 13.

Si eres tan viejo como yo y te encantó Tron en el 82, debes ver Tron Legacy. La pelicula es una digna sucesora. El look y el diseño han sido puestos al dia y el ritmo sigue aquel patrón que tanto nos deleitó en la Tron original.

La historia, pues ya os la imaginais, el Jeff Bridges que siempre es el gafe que lo lía todo. En este caso, su personaje, se queda atrapado de nuevo en el mundo digital, víctima de su propio clon virtual.

Esta vez, és su hijo el protagonista que acude a salvarlo y el que llevará adelante la trama. Lo mejor es que sale 13, nuestra doctora favorita de House. Solo por su plano en la escena final ya vale la pena ver la pelicula.

El 3d y la musica de Daft punk son un aliciente mas. Os dejo con el trailer. Si os van los ordenadores, si esperais que algun día, la inteligencia artificial os haga la colada, esta es vuestra pelicula.